Como el que se agarra a un clavo ardiendo, anima pensar que la propia naturaleza podría salir al rescate de la humanidad en su feroz batalla contra el coronavirus. En los próximos días se prevé en España un progresivo incremento de las temperaturas y se presupone que el calor hace pésimas migas con este tipo de virus. Ojalá sea así y el tiempo primaveral se sume a la causa. Al margen de la información meteorológica, también hay motivos para la esperanza al comprobar que la posible vacuna ya está actuando en el cuerpo de un puñado de personas y que la solidaridad multiplica su efecto balsámico entre toda la población.