Los fondos europeos de recuperación Next Generation EU se han convertido en la gran esperanza para reactivar la economía. Pero también han despertado ya los primeros recelos entre las comunidades autónomas por su sistema de reparto y la selección de los proyectos que podrán recibir esa generosa inyección económica. Una dura competencia territorial que ha quedado patente en el caso de los proyectos para albergar las futuras fábricas de baterías eléctricas por las que han mostrado interés una decena de autonomías.