"¿Quien sabe realmente por qué hacemos lo que hacemos?". Esta es la pregunta que se hace la protagonista de A cuatro patas (Random House), la segunda novela de la artista multifacética Miranda July, al comienzo del viaje que cambiará su vida. Este personaje, una mujer sin nombre, se propone emprender un trayecto en coche desde Los Ángeles hasta Nueva York. Una ruta que, para la sorpresa de la propia narradora, se desvía del camino. Literal y figuradamente. Es lo que tienen las crisis: uno las sospecha hasta que asoman de repente, como una señal de stop desgastada por el tiempo a la que hay que obedecer. Es ley.