Director de elEconomista
Opinión | Amador G. Ayora

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, estaba eufórico el miércoles después de la visita realizada al Rey Felipe VI. Los periodistas que cubrían el acto no podían explicarse por qué. Al fin y al cabo, su nueva visita a La Zarzuela no era más que la prueba del fracaso político, después de tres meses de negociaciones, para alcanzar un acuerdo de Gobierno.

Opinión | Amador G. Ayora

Los dirigentes del PP se han convertido en una caja de sorpresas. Un día salen en los papeles de Panamá o de Jersey, y al siguiente aparecen tirando de talonario público para financiar a Ausbanc. La conocida asociación de banca se camuflaba bajo la apariencia de una sociedad sin ánimo de lucro para chantajear a las entidades financieras, como era conocido por todos.

La opinión del director de elEconomista

Se apaga el eco de los tambores de la Semana Santa y se encienden las luces del Real de la Feria de Sevilla, mientras el desfile de imputados (ahora investigados) por las páginas de los medios de comunicación es un río que no cesa.

Opinión | Amador G. Ayora

Si echa un ligero vistazo a la lista de titulares de cuentas en Panamá (Vladimir Putin, David Cameron, Mauricio Macri) se puede entender por qué es tan difícil erradicar los paraísos fiscales. Las grandes fortunas y los hombres más poderosos buscan cómo minimizar su factura fiscal. Hasta ahí nada que reprochar. El problema viene cuando ese dinero, aunque sea obtenido de manera lícita, se transfiere a otro país para eludir el pago de los tributos en el lugar de origen.

Opinión | Amador G. Ayora

Bajo la atenta mirada de Carlos III, una de las obras de arte que guarda en su despacho, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presumía hace meses de que los hombres de negro ya no merodean por allí, como si fueran los dueños del universo. El cumplimiento de las metas de déficit y el flamante crecimiento económico han alejado a esta especie de cuervos humanos del cadavérico aspecto que presentaba España en tiempos de Zapatero.

Opinión | Amador G. Ayora

S i una imagen vale más que mil palabras, las lágrimas derramadas delante de las cámaras por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, tras los atentados de Bruselas del pasado martes, debería mover a la reflexión. Mogherini añadió que era "un día muy triste para Europa". Con menos contemplaciones, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, abroncó el jueves a los 28 miembros de la Unión Europea por no haber puesto en marcha las medidas que prometieron tras el brutal atentado de la sala Bataclan de París.

La opinión del director de elEconomista

Algo no funciona en las medidas de política monetaria anunciadas la semana pasada por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. El euro no ha hecho más que apreciarse, cuando debería haber ocurrido justamente lo contrario.

Cuando nació elEconomista.es, hace ya una década, los lectores desconfiaban de la prensa en Internet; las redes sociales tenían un uso minoritario, no se usaba Twitter, ni Facebook, ni Instagram; España bordeaba el pleno empleo, con una tasa de paro de poco más del 8 por ciento, una deuda de alrededor del 35 por ciento y un déficit del 3 por ciento. Nadie sospechaba que estábamos a punto de entrar en una crisis de dimensiones desconocidas; tampoco se cuestionaba la solidez del euro, y mucho menos de la economía china o del coste de los hidrocarburos. Consulte el especial 10º Aniversario de elEconomista.es