Opinión | Amador G. Ayora
El Gobierno cierra su legislatura con la aprobación de la contrarreforma laboral, muy dañina para la economía. Tanto la implantación de controles horarios como la vuelta al sistema de convenios colectivos elevará el coste laboral de las empresas en un momento de desaceleración, en que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se encareció el 22% de un plumazo. Es el pacto de última hora alcanzando con los sindicatos para tenerlos satisfechos a espaldas de la gran patronal española, dirigida por Antonio Garamendi, que no logra colocar su mensaje de protesta en la calle.