Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Tras el potente 2024 y la vibrante recta final de 2023, la renta variable de EEUU se enfrenta a un verdadero punto de inflexión. Con los altos tipos de la Reserva Federal, unos bonos disparados y un ya frenético recorrido en los principales índices, hay quien ya advierte de una posible corrección en el S&P 500. Una opción sobre la que no hay un consenso, pues las medidas que podría aplicar el presidente electo Donald Trump cuando entre a la Casa Blanca este mismo enero, en particular los recortes de impuestos, han animado a muchos en la idea de otro gran impulso bursátil. Sin embargo, ahora los expertos están advirtiendo de una amenaza que empezará a ponerse a prueba con la temporada de resultados y que ha venido con la llegada del republicano: una fortaleza del dólar que tumbe el gran motor de Wall Street.

Mientras EEUU ataca el petróleo y gas ruso con una nueva ola de sanciones, desde Bruselas se estaría gestando un golpe incluso mayor. Tras el corte del último vínculo por tierra, el gasoducto Soyouz, que unía Rusia con Europa del este, pasando por Ucrania, la UE estaría preparando uno de los asaltos finales por la independencia completa de la energía rusa: unas restricciones que eliminen por completo las compras gas natural licuado ruso.

El mar Cantábrico, con sus aguas frías y profundas, se convierte ahora en un escenario clave en la batalla por los recursos energéticos en Europa. Este bastión del norte peninsular, acostumbrado a albergar a petroleros y cargueros que surcan sus rutas, observa estos días cómo un buque ruso desafía las sanciones impuestas por Estados Unidos, poniendo a prueba la resistencia de los mercados y la voluntad política de los compradores europeos. Estas nuevas sanciones amplían el impacto a buena parte de la 'flota fantasma' rusa (hasta 180 buques nuevos) y a los productores Gazprom Neft y Surgutneftegas. Todo con la estrecha colaboración de Reino Unido. Según informa Bloomberg, el Cool Rover, un buque cargado de gas natural licuado (GNL) procedente de la planta de Porto Vaya en Rusia, flota indeciso cerca de las costas de España y Portugal. El hecho de que el primer buque que está en esta situación sea en aguas ibéricas no es una casualidad, España será el país más afectado en la UE de las sanciones EEUU-Rusia.

El petróleo vive una jornada frenética con el barril de referencia europeo, el brent, disparándose hasta un 4,22% hasta superar los 80 dólares el barril. Estos movimientos se producen después de que se haya dado a conocer que EEUU impondrá una de la ronda de sanciones más duras que se recuerdan para tratar de golpear a la industria rusa. Concretamente irá con todo a por la 'flota fantasma' de Putin. Según publica Reuters, desde Washington impondrán medidas contra más 180 buques y dos importantes compañías petroleras.

Aunque el bitcoin sobre los 100.000 dólares parece un escenario idílico, los encargados de acuñar la criptomoneda necesitan que el precio suba más allá de los máximos históricos. Los costes de minado se han encarecido y su rentabilidad no solo depende de la cotización del activo, sino del precio de la energía, de la capacidad de computación y de la misma suerte. Algunos mineros necesitan que la cripto extienda su rally para cubrir los costes de sus operaciones.

La economía de España es una de las más endeudadas de la zona euro, con una deuda pública sobre PIB que supera el 105%. No obstante, estos niveles están lejos del 120% que alcanzó hace escasos años con la resaca de la crisis del covid. El fuerte crecimiento del PIB nominal ha ayudado a rebajar los niveles de deuda. Ahora, se espera que el impacto de los fondos europeos en la productividad, el crecimiento y los costes de financiación permitan reducir aún más la deuda pública, una previsión que hacen desde el BCE, pero que a la vez oculta una advertencia: esta misma previsión ha sido revisada muy a la baja ante la incapacidad de España de ejecutar (gastar) buena parte de estos fondos. La primera previsión que se realizó en 2022 hablaba de que los fondos europeos ayudarían a España a reducir la deuda pública entre 12 y 14 puntos, pero la incapacidad para gastar el dinero ha rebajado esa previsión de forma considerable.

Había quien pensaba que la crisis del cacao tenía fecha de caducidad. Sin embargo, cada vez hay más pesimismo en que la cosecha mundial se recupere y, en consecuencia, los precios vuelvan a la normalidad. Esta decepción generalizada es la que ha provocado que el precio de la onza lleve subiendo de forma salvaje desde la recta final de 2024. Los precios del contrato de la materia prima se han disparado un 54% en la bolsa de Londres respecto a noviembre, cuando aún había dudas sobre una posible recuperación. Ahora el pesimismo se impone y, a pesar de que las perspectivas han mejorado ligeramente, parecen totalmente alejadas de la idea de una vuelta a la normalidad de un mercado, por lo demás, roto.

A medida que la tensión se adueña del mercado de bonos de EEUU, con los rendimientos escalando nuevamente y apuntando ya al 5%, todas las miradas se han posado de nuevo en la renta fija. Sin embargo, la situación de los títulos norteamericanos han eclipsado otra subida rampante de los rendimientos de deuda de otra economía en la que ya se habla abiertamente de que pueden traer una crisis o, al menos, consecuencias presupuestarias directas en el corto plazo. Este es el caso de Reino Unido cuyos bonos están en caída libre y, los conocidos como gilts, ya están generando serios problemas para el gobierno y la economía.

Europa está viviendo un momento delicado con el gas. Tras dos años de un clima sorprendentemente templado, que desactivó una voracidad extrema, la realidad es que a la tercera va la vencida y el frío se ha extendido por la región. Un ejemplo claro es Madrid, con una temperatura mínima de nueve grados este miércoles, pero que llegará a los -2 la semana que viene y que seguirá bajando hasta los -7 grados (según la Aemet). Esto no es nada comparado con la situación de países como Austria, donde se esperan 15 grados bajo cero, según la Weather Services International. En Reino Unido la situación es de heladas con un grado esta semana de media (tres menos que su media histórica). Este frío inesperado ha llegado cuando el mercado de gas ya estaba presionado por múltiples frentes y, en consecuencia, los precios han subido con fuerza y las reservas de todos los países de la UE han caído en picado.

La Reserva Federal ha dejado claro desde el final de 2024 que el giro de los 'halcones' se ha completado. Hasta ese momento el futuro parecía una sucesión de recortes en los tipos de interés debido al rápido retroceso de la inflación y un enfriamiento paulatino en el mercado laboral. Sin embargo, Powell proclamó que, ante una posible reflación por el ascenso de Trump, el banco central seguiría manteniendo su escudo en lo más alto y apenas movería el precio del dinero, apoyado por una economía muy resistente todavía y un empleo que no cede un milímetro. Las proyecciones de su hoja de ruta (dot plot) apuntaban a dos recortes en todo 2025, mientras que el mercado de swaps la opción más probable es que haya un solo recorte de 25 puntos básicos en todo el año.