
A medida que la tensión se adueña del mercado de bonos de EEUU, con los rendimientos escalando nuevamente y apuntando ya al 5%, todas las miradas se han posado de nuevo en la renta fija. Sin embargo, la situación de los títulos norteamericanos han eclipsado otra subida rampante de los rendimientos de deuda de otra economía en la que ya se habla abiertamente de que pueden traer una crisis o, al menos, consecuencias presupuestarias directas en el corto plazo. Este es el caso de Reino Unido cuyos bonos están en caída libre y, los conocidos como gilts, ya están generando serios problemas para el gobierno y la economía.
El rendimiento de los bonos a diez años ha tocado este jueves el 4,925%, su nivel más alto desde 2008 tras subir 20 puntos básicos en cuestión de tres días. El interés de los bonos a 30 años ha subido incluso más, hasta el 5,471%, alcanzando sus cotas más altas desde 1998. El antiguo miembro del comité del Banco de Inglaterra, Martin Weale, comentaba en una entrevista a Bloomberg que, a pesar de que no ve una situación comparable a la caída inapelable de los gilts con el mini presupuesto de Lizz Truss, que obligó a su marcha del gobierno, sí que ve algunas similitudes con la crisis de deuda a 1976.
En aquel entonces, al igual que ahora, la libra se redujo de la mano de los bonos. Solo esta semana la libra esterlina se ha dejado un 1,7% en el intercambio con el dólar. Por regla general unos rendimientos más altos de la deuda respaldan la moneda. En 1976 esta combinación acabó con el margen presupuestario del gobierno, obligando a pedir un rescate al Fondo Monetario Internacional. Ahora la situación no es tan límite pero, según sus cálculos, el aumento de la deuda amenaza con acabar con las 9.900 millones de libras de margen del presupuesto, en una actualización que se daría en marzo.
En la presentación de su presupuesto, la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, prometió que iba a financiar con ingresos fiscales el gasto público, al menos en buena medida. La idea era mantener una sólida inversión pública al tiempo que eliminaba el potente déficit fiscal de 23.000 millones que se financió con una gran subida de impuestos. En ese sentido, se impuso un margen de endeudamiento limitado para su plan con unas metas de financiación a través de la deuda para el año 2030. Un margen muy estrecho que da solo esas 9.900 millones de libras. Un compromiso que el mercado de deuda podría tumbar si los bonos siguen su comportamiento actual y que obligaría a dos posibilidades: o ignorar esos límites y volver al déficit o ajustar las cuentas con recortes de gasto o subidas de impuestos.
Los intereses de deuda juegan un rol totalmente decisivo en el equilibrio presupuestario de la nación europea. No en vano el gobierno paga en intereses más de 100.000 millones de dólares al año. Es por ello que Deutsche Bank estima que los nuevos préstamos del Reino Unido serán de 10.000 millones de libras más alto de lo que se esperaba cuando Reeves presentó su presupuesto, mientras que Dan Hanson de Bloomberg Economics estima que el costo adicional del aumento de los rendimientos será de aproximadamente 12.000 millones. Una diferencia que está sacudiendo esos recuerdos y, aunque la situación no sea tan mala, desde luego abren la puerta a una nueva fuente de inestabilidad económica para Londres.
"Desde 1976 no hemos visto una combinación tóxica de una caída abrupta de la libra esterlina y un aumento de los tipos de interés a largo plazo, lo que llevó al rescate del FMI", dijo Weale, ahora profesor de Economía en el King's College de Londres. "Hasta ahora no estamos en esa posición, pero debe ser una de las pesadillas del canciller".
Desde Pimco, el mayor inversor de bonos del mundo, con 2 billones de dólares bajo gestión, creen que la ministra de hacienda deberá encontrar más dinero para salvar esta situación. "Si persisten las tendencias actuales de aumento de los rendimientos y desaceleración del crecimiento, aumentarán las posibilidades de que el gobierno recorte el gasto o aumente los impuestos para cumplir con sus nuevas reglas fiscales".
Desde Capital Economics tienen claro que el giro en el mercado de bonos sí tendrá un impacto para los presupuestos. "El margen de maniobra de Rachel Reeves se está reduciendo rápidamente a medida que aumentan los rendimientos de los bonos del Estado a largo plazo. En medio de una ola de ventas de bonos a nivel mundial", comenta Ruth Gregory, economista en jefe para Reino Unido de la firma. Según comentaba la experta solo los recientes movimientos ya habrían reducido el margen presupuestario en cerca de 1.000 millones de libras.
El mismo primer ministro de Reino Unido ha sido llamado al parlamento para responder a este tema de forma urgente este viernes para responder a cual será la respuesta sobre "la creciente presión de los costes de endeudamiento en las finanzas públicas", comentaba Reuters. El secretario jefe del Tesoro, Darren Jones, en la Cámara de los Comunes ha respondido a esta preocupación alegando que "los mercados de bonos del Estado británico siguen funcionando de forma ordenada. Es normal que el precio y los rendimientos de los bonos del Estado varíen cuando hay movimientos más amplios en los mercados financieros".
¿Por qué están cayendo los bonos?
La reciente subida de los rendimientos en los bonos británicos ha venido en buena medida por la liquidación masiva que se produjo en el mercado de renta fija a nivel global (destacando EEUU y la propia Reino Unido). Al menos eso es lo que piensan expertos como Chris Turner, analista de ING, que explica en su último informe que "la liquidación del mercado de bonos global tocó una fibra sensible en el mercado de bonos del Estado". Además "la ampliación del diferencial "impulsó a los inversores a reducir su posición en la libra esterlina".
Michael Tucker, analista de la firma neerlandesa explica que esto justifica plenamente "los máximos de 1998" pues "aunque creemos que estructuralmente deberían ser más bajos" hay factores que impedir que los rendimientos caigan "al menos durante un tiempo". Tucker concretamente habla de unas "estrellas que se están alineando" contra la deuda británica. Entre los factores destacan "las ambiciones de gasto del Partido Laborista, la inflación persistente, las tasas más altas en Estados Unidos y las presiones de la oferta".
ING da por hecho que habrá una oferta muy elevada por "el gasto del gobierno laborista" pero también por la "continua regulación cualitativa del Banco de Inglaterra". Esto último es especialmente importante dado que para combatir la inflación el banco central ha optado por utilizar su balance de forma más agresiva que otras instituciones. En ese sentido al reducir en cerca de 100.000 millones de libras el mismo al año el mercado se encuentra con la pérdida de un gran actor para absorber toda esa oferta de bonos que ahora deberá tomar el mercado.
"La situación podría volverse especialmente sombría para los bonos si los datos de empleo de EEUU son especialmente sólidos"
En ese sentido creen que a diferencia de las horas más oscuras con Lizz Truss ahora "hay una buena demanda extranjera lo que reduce los riesgos de una crisis similar" por lo tanto descartan "ventas masivas". Desde BNY también niegan una posible comparación con esa experiencia. "Ya hemos visto caídas en los bonos, en algún momento se tocará fondo pero, a pesar de que hay problemas en Reino Unido, creo que comparar la situación con 2022 es exagerar".
Aunque ven sin duda un impacto claro de los bonos de EEUU en sus homólogos al otro lado del atlántico. "Los mayores rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos también han contribuido significativamente al aumento de los rendimientos", comentan desde ING. El motivo es que "El reciente aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos es coherente con nuestras preocupaciones sobre las presiones inflacionarias bajo el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y los altos déficits gubernamentales".
Desde PIMCO coinciden en que EEUU está siendo la clave para explicar esta situación. "Aunque factores específicos del Reino Unido, como el presupuesto, han contribuido al aumento, la mayor parte del incremento ha sido impulsado por aumentos en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense durante el mismo período", explicaba la firma en una entrevista a Reuters. Unos títulos más baratos y con mejores rendimientos en Washington suponen un imán para los inversores de renta fija que, en otro caso, podrían haber optado por los gilts. Esto se sumaría según PIMCO a los problemas que existen en Reino Unido. "Tanto el crecimiento más débil como las tasas de interés más altas ejercen presión sobre las finanzas públicas".
En ese sentido creen que el mercado de deuda británico podría enfrentarse a un verdadero Match ball este viernes. Desde TD securities comentan que "la situación podría volverse especialmente sombría para los bonos si los datos de empleo de EEUU son especialmente sólidos". Esta perspectiva daría fuerza a la Fed para mantener algo los tipos, arrastrando los rendimientos del bono estadounidense y, en consecuencia, llevándose con ellos a los 'gilts' en este proceso. En cualquier caso, ya no es un tema que afecte a los inversores, Reino Unido empieza 2025 jugándose su estabilidad presupuestaria en el mercado de bonos. Aunque esté lejos de una crisis, sobrevivir a la 'rebelión de los gilts' podría ser clave para los planes de un partido laborista que se ha encomendado a estos presupuestos para reactivar la economía del país en un momento complicado.