Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Cuando se piensa en la economía española suele venir a la mente la imagen del turismo, la hostelería, la construcción o el sector automovilístico… Sin embargo, hay un grupo de empresas cuyo peso pasa bajo el radar, pero que se han posicionado como una de las industrias claves para España. El sector químico se ha consolidado desde la crisis financiera como un sector clave, con un crecimiento del 55% desde entonces y representando en la actualidad el 5,4% del PIB nacional. Además, los productos químicos están en el top 5 de las ventas al exterior, representando cerca del 14,4% de todas las exportaciones españolas.

España tiene una visión clara: quiere convertirse en el gran 'hub' de Europa en lo referente a gas. En ese sentido, el país ibérico ha realizado una potente inversión para tener la mayor infraestructura de regasificación de Gas Natural Licuado (GNL) de todo el continente. Aunque esta idea ha eclosionado ahora, forma parte de un plan estratégico de décadas que ha permitido que, con sus siete plantas, España sea la mayor potencia en este sentido de la UE, con el 30% de toda la capacidad de los Veintisiete y más que el doble de la que tiene Francia. Sin embargo, ya hay quien advierte de que esta ambición puede acabar mal para los intereses y la economía del país.

La gran resistencia rusa frente a los elevados costes de la guerra y las sanciones de Occidente se ha debido a numerosos factores. Una gran demanda de petróleo, ingresos inesperados... pero uno de los mayores escudos del país, que han servido para salvar sus presupuestos y su moneda, ha pasado bajo el radar: el Fondo Nacional de Riqueza de Rusia (NWF). Este vehículo es un fondo de emergencia creado originalmente para 'nivelar' la volatilidad del mercado petrolero en las cuentas rusas y generar plusvalías por el camino, sin embargo desde 2014 ha tenido un propósito muy diferente: actuar como un colchón financiero, seguir alimentando el gasto ruso y apuntalar su moneda.

Los 'ganadores' de la guerra han arrancado 2024 a velocidad de crucero. Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las grandes armamentísticas del viejo continente se dispararon en el parqué a medida que quedaba claro que los grandes países de la eurozona comenzarían a rearmarse. Todos los expertos esperaban que, tras dos años de ritmo frenético en el parqué, finalmente los inversores se acostumbraran a esta nueva realidad y estos valores bajasen las pulsaciones. Sin embargo, lejos de perder fuelle, estas firmas están viviendo un gran despertar en los últimos meses, no solo incidiendo como sector en zona de máximos históricos, sino anotando un auge del 7,13% en escaso mes y medio. Desde octubre la subida ya es del 30%.

EEUU está ante un verdadero problema con su deuda. El país norteamericano ha acudido a la misma de forma agresiva para mantener su gasto público a pleno pulmón e impulsar su economía. Un sólido crecimiento ha permitido que los niveles pasivo no se extiendan de forma crítica, pero EEUU ya está pagando esta 'fiesta de la deuda', que ha venido de la mano de unos tipos de interés desatados. El país norteamericano ahora está pagando cerca de 1 billón de dólares al año solo en intereses de la deuda, siendo este el segundo mayor gasto de todo su presupuesto, superando incluso al coste de Defensa.

Las salidas a bolsa han vivido su peor momento desde 2012 a nivel mundial y desde 2009 en el caso del mercado europeo. Durante los dos últimos años las empresas han evitado las OPVs por los elevados costes financieros que provoca los tipos de interés altos, los problemas geopolíticos; además de un contexto macroeconómico 'sombrío' les impidiese captar el máximo valor posible con este movimiento. Esto es lo que ha explicado una agenda de estrenos a cuentagotas, que parece llegar a su fin. Con los mercados pensando en recortes, la economía de EEUU resistiendo y la de Europa habiendo pasado ya lo peor, parece que se viene una ola de grandes salidas a bolsas.

Europa se ha encontrado ante una decisión inesperada. La guerra de Ucrania se está alargando y los activos rusos congelados por las autoridades europeas siguen bajo la administración del Club de los 27. Esta gran cartera, que se ha convertido en el principal 'prisionero de guerra' de Occidente, ha obtenido unos potentes beneficios de 4.400 millones de euros gracias a las condiciones financieras de altos tipos de interés y un mercado 'on fire' en 2023. En ese contexto, las altas esferas de Bruselas debaten ante la furia de Moscú qué hacer con ese remanente que ahora está en su poder.

El litio es un elemento clave para el futuro de la humanidad. Este bien estratégico es básico para la transición ecológica al ser clave para las baterías del coche eléctrico. La mayor parte de los expertos dan por hecho que su demanda irá creciendo año tras año y el mundo debe lanzarse a explorar yacimientos y comenzar a levantar refinerías. En ese sentido, China parece haber tomado la delantera, logrando un dominio prácticamente mundial de la materia prima con una oleada de compras estratégicas a lo largo y ancho de todo el planeta. Esta posición dominante por parte de Pekín ha dejado a EEUU en una situación precaria, con serios problemas para lograr un suministro fiable ante una demanda en crecimiento.

Tras años de acudir masivamente a la deuda para afrontar las diversas crisis (covid, inflación, suministros... etc) que han aquejado al continente, Europa se prepara para un año de moderación. Con la vuelta de la disciplina fiscal, unos tipos altos y una deuda sobre el PIB ya muy alta, todos los expertos dan por hecho que las emisiones de la UE se pondrán 'a dieta' y se reducirán de forma clara. Sin embargo, lo que han vivido el primer mes del año ha sido todo lo contrario, una voracidad colocadora histórica que, de hecho, ha provocado que el mes cierre con un récord absoluto en emisiones.

Estamos entrando en una etapa de superávit en lo que al petróleo se refiere. Con la cuenca pérmica de EEUU rindiendo a pleno pulmón, nuevos actores como Brasil, Canadá o Guyana sumándose a la 'fiesta' y una demanda castigada por la ralentización económica, parece que van a sobrar barriles y que ni siquiera la OPEP con sus agresivos recortes puede hacer nada para evitarlo. Sin embargo, una amenaza está haciendo que cada vez más expertos e instituciones hablen de que esta nueva era pueda durar solo este 2024 y ser el prólogo de un 'shock' histórico: la falta de inversión y escasez de petróleo.