España podría ser un punto clave para el suministro de gas a Europa ante la escala de tensión entre Rusia y la OTAN. Y es que las plantas de regasificación españolas concentran el 25% de la capacidad del Viejo Continente y el 30% de la capacidad de almacenamiento, lo que nos convierte en uno de los países mejor preparados para una gestión a gran escala del gas licuado (GNL).
En este contexto de incertidumbre, España tendría garantizado el suministro. Más del 45% del gas llegó al país por canalización principalmente desde Argelia, pero también desde Portugal y Francia. El restante entró en las 6 plantas de regasificación nacionales a través de barcos.
Sin embargo, en Europa -y especialmente en Alemania- el temor a un posible cierre del suministro ruso, que supone más de un tercio de las importaciones, es cada vez mayor. Expertos en el mercado gasista estiman que sería necesario movilizar permanente 140 metaneros y poner en tensión todas las infraestructuras para abastecer Europa si Putin decide cortar el suministro.
Gaseoductos
Estados Unidos está trabajando en alternativas que eviten esta dependencia energética. Hace unas semanas se conocía que los responsables del Gobierno estadounidense se plantean la posibilidad de envío procedentes de Qatar, así como de otros países exportadores. De hecho, Biden recibirá durante el día de hoy en la Casa Blanca al emir qatarí, Tamim bin Hamad al Zani.
Dentro de estas soluciones, España podría ser una de las puertas principales para hacer frente a Rusia con una masiva exportación de gas natural licuado a Europa.
En este punto, el principal problema del plan se encuentra en que, con las actuales conducciones conectadas a Francia, únicamente puede llevar a Europa un 13% de la capacidad del Nord Stream-1, pues solo pueden enviar 7 bcm (mil millones de metros cúbicos de gas) al año, frente a los 55 bcm que Rusia transporta a Alemania por el Báltico.
Esto nos recuerda que hace un par de años la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el regulador francés de la energía (CRE) denegaron el proyecto MidCat, que suponía la construcción de un gasoducto que conectaría las redes de distribución de gas natural de España y Francia. Y es que, por aquel entonces, las autoridades consideraron que este proyecto no satisfacía las necesidades de mercado europeo.
Para acabar con esta limitación de las exportaciones ante la falta de un gasoducto de gran tamaño que conecte a España con el Viejo Continente, el transporte marítimo a través de buques metaneros podría convertirse en una alternativa.
Reservas de gas en Europa
Actualmente las reservas de gas en Europa se encuentran entorno a un 39% de su capacidad total, frente al 52% que registraban hace justo un año. Según un análisis elaborado por S&P Global Platts, en estos momentos quedan nueve semanas de reservas de gas que al ritmo actual de consumo permitirían justo el suministro de las nueve semanas que quedan de invierno, gracias en parte a la oleada de buques de GNL que están llegando al continente.
Concretamente, en Alemania el porcentaje de los depósitos se reduce a un 37%. Mientas, en España, más dependiente del suministro de gas argelino, las reservas se encuentran a un 61% de su capacidad.