Redactor de Seguros en la sección de empresas. Graduado en periodismo y con máster de periodismo económico, llegué a elEconomista en el verano de 2023. Desde entonces, Macroeconomía y Branded Content ha sido mi recorrido en el periódico hasta llegar al mundo de los seguros. Contacto: aitor.caballero@eleconomista.es

El cambio climático y sus consecuencias han cambiado el paradigma económico mundial. Placas solares, aerogeneradores, la utilización de residuos... estas maneras de generar energía no son el futuro, sino que representan el presente. De hecho, en España se prevé que en este 2023 las renovables constituyan más del 50% de la generación de energía del país, algo que en 2022 no se pudo lograr (42,1% del total) debido en gran parte a la bajada de la energía hidráulica por la falta de lluvias. Esta energía generó un 39,7% menos que en 2021, lo que hizo descender el dato general de las renovables más de 4 puntos porcentuales respecto a 2021.

Las empresas son uno de los agentes más importantes en la emisión de gases de efecto invernadero. De hecho, como publicó en su momento The Carbon Majors, tan solo 100 empresas de todo el mundo, tanto del sector público como del privado, eran responsables del 70% de las emisiones de CO2. Es por ello que la transformación energética tendrá que atañer "inevitablemente" a las organizaciones si se quiere cumplir con los objetivos que busca la Agenda 2030.

El ser humano lleva contaminando el planeta desde hace miles de años. En concreto, hay estudios que datan a la Edad de Bronce como el primer momento de emisiones de gases de efecto invernadero por la fundición de metales. Esto se dio en los Balcanes, hace 5.600 años, según el estudio de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Desde entonces, las emisiones globales de CO2 no han parado de crecer salvo en años puntuales, como en 2020, donde hubo 2.000 millones de toneladas menos de dióxido de carbono en la atmósfera por la pandemia.

En 2007, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) creó el que se conoce como el primer bono verde, llamado Bono de Conciencia Climática (CAB en sus siglas en inglés). Tras 16 años desde esa fecha, podemos decir que la institución europea fue la precursora de unas inversiones que ahora mismo son vitales para la transformación energética y la reducción de emisiones, instando al sector público y privado a actuar ante un cambio climático que acecha.

El diario elEconomista.es, junto a KPMG y Mercancías al tren han celebrado este 24 de octubre el encuentro empresarial Mercancías al tren: claves de un transporte eficiente. El acto ha tratado de aunar a los principales operadores de transporte de mercancías por ferrocarril de España, al sector empresarial y las instituciones públicas, para conversar sobre la importancia de trasladar carga de la carretera al tren para reducir las emisiones de CO2 del sector transporte.

Emprender es para muchos la ilusión de toda una vida, pero también puede resultar una tarea ardua llevarla a acabo con éxito. De hecho, tan solo cuatro de cada diez empresas que se crean superan los cinco años de vida, según el último informe de crecimiento empresarial de Cepyme, Situación de las pymes en España en comparación con otros países europeos. Esto demuestra que montar una empresa desde cero no es tarea fácil, siendo la falta de financiación y el no saber cómo empezar los problemas más comunes a los que se enfrentan los emprendedores, según recoge el cuestionario de la Kauffman Foundation.

La pandemia ha evidenciado algunas carencias del sistema económico actual, basado en la globalización y, también, en la digitalización. Para que todo funcione, actualmente se necesitan dos cosas: una producción ininterrumpida en todo el mundo y que el sistema digital y la red no falle ni se colapse. En cuanto una de esas piezas cae, el desabastecimiento y la inflación aparecen como un reloj.

Desde la aparición de la web 2.0, más conocida como web social, basada en la interactividad entre usuarios para crear contenido, los ciberataques se han dado en todos los ámbitos: desde en foros a grandes empresas. En esta etapa en la que los usuarios han sido la razón de ser de internet, este poder también ha hecho surgir la cara mala de la digitalización, y todo el valor que hay tras las pantallas. Ahora, con el continuo desarrollo de la web 3.0, que se basa en desarrollar un internet "experiencial", los datos de dichos usuarios son fundamentales, y están recogidos principalmente en aquellos lugares que más frecuentamos: webs de compras, telefonía, bancos... en resumen, empresas, tanto del sector público como del privado.

La tecnología avanza, y con ella también lo hace el mercado de trabajo y sus necesidades. Los trabajos tienden a la automatización, y así lo ve el 54% de la población española según el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, aunque también son conscientes de que esto supondrá una oportunidad laboral para otro tipo de perfiles.

La elección de qué estudiar es siempre un rompecabezas para los alumnos, en un futuro trabajadores. Con apenas 15 años, estos jóvenes tienen ya que tomar un camino: si decantarse por las Ciencias puras, Ciencias Sociales o bien Artes y Humanidades. Esta decisión es en ocasiones, tomada inconscientemente por los alumnos, fruto del desconocimiento del futuro laboral que les espera, y que, por suerte o por desgracia, marca el devenir de la vida profesional.