CAF pisa el acelerador en Francia, país en el que el fabricante vasco de trenes quiere aprovechar la madurez del sector ferroviario para ganar músculo. Por eso, ha expresado su deseo de invertir 50 millones de euros durante los próximos cinco años con el objetivo de triplicar el volumen de horas de producción en sus dos fábricas galas, situadas en Reichshoffen (Alsacia), y en Bagnères-de-Bigorre, (Occitania).