El empresariado constata la mayor confianza en Cataluña de la mano de la estabilidad de las instituciones y el "racionalismo económico" favorecido por el Ejecutivo de Salvador Illa, pero exige acabar con las desventajas tributarias. Para mejorar el atractivo a los negocios y que la región recupere el peso empresarial reclaman mejoras fiscales, redoblar la apuesta por las infraestructuras, por el talento y eliminar burocracias.