
La banca española salió robustecida de la crisis financiera y en la actualidad destaca como uno de los sistemas más resilientes frente a un severo revés macrofinanciero en Europa. El sector financiero nacional sufriría un deterioro de 186 puntos básicos en su ratio de solvencia de máxima calidad CET1 fully loaded, que pasaría desde el 12,80% actual hasta un 10,95% en un plazo de tres años, de acuerdo a los resultados de la prueba de resistencia realizada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) divulgados ayer.
Para la simulación toma como tesis que el PIB europeo sufriese una contracción del 6,3% entre 2025 y 2027, la tasa de paro se disparase en 5,8 puntos porcentuales, la bolsa se desplomase un 50% y el precio de las viviendas un 15,7%, entre otros supuestos.
La banca española sufriría menos pérdida de capital que el sector europeo en su conjunto, que encajaría una merma de 370 puntos básicos y su ratio disminuiría desde un 15,76 al 12,06%. Los peores efectos corresponderían a la banca de Alemania (-507 puntos); de Dinamarca (-480), Francia (-515) o Irlanda (-455), aunque parten en todos los casos de umbrales muy superiores a la solvencia del sector español y los mantendrían también por encima tras el paso de la crisis. Entre los que sobrellevarían la situación con menor deterioro y junto a España destacarían los sectores de Portugal (-53) e Italia (-181 puntos).
Por entidades y ya con foco en España, Bankinter, CaixaBank y BBVA son las que presentan la mayor capacidad de resistencia, con una rebaja en su tasa de solvencia de entre 56 y 186 puntos, mientras que el mayor bocado lo encajarían Banco Sabadell y Unicaja. La mejor posición de arranque y salida corresponde a Unicaja, aunque vería diluirse su ratio en 56 puntos, desde el 15,22% al 12,57%. Por orden de impacto y de menos a más figuraría Bankinter, con una dilución de 56 puntos (hasta el 11,64%); CaixaBank, con 162 (10,80%) y BBVA, con 186 (10,95%). Le sigue de cerca Banco Santander, con 187 puntos (10,91% al final del ejercicio) y el Sabadell, con 282 puntos básicos (10,38%).
"Los elevados beneficios netos ofrecen un colchón significativo para absorber pérdidas en el escenario adverso", repara Carla Azorí, Regulatory Affairs Manager de Accuracy. Según detalla, los resultados "servirán de base para que las entidades mantengan el diálogo supervisor y comprendan las acciones de gestión más relevantes, como la planificación de capital, incluida la distribución de dividendos".
A pesar del menor drenaje el sector español quedaría como el tercero por la cola en el ratio final después de la banca de Francia (9,75%) y Alemania (10,37%), inferior a la media de la UE (11,34%) y al resto de los 17 sistemas bancarios que se han sometido a la prueba. En cabeza destacaría el noruego (19,11%), el portugués (17,55%) y el polaco (16,59%).
"No hay necesidades de capital adicionales, ya que ningún banco cae por debajo del antiguo umbral mínimo del 5,5% de CET1 y solo cinco bancos caen por debajo del 9% de CET1 con la carga completa", señala Alvarez & Marsal. "Como resultado, esperamos aumentos en los dividendos bancarios y las recompras de los bancos europeos, pero no tan grandes como los de los bancos estadounidenses, favorecidos por una fuerte desregulación", agregan en un análisis de la firma a la prueba.
La EBA acuñó esta prueba ácida de los balances y resistencia de la industria tras la debacle provocada en el sector por la crisis financiera y se ha quedado en la caja de herramientas. Cada dos años las grandes entidades tienen que pasar el test de resistencia y transparencia porque divulga miles de datos al mercado comparables, y en los ejercicios intermedios la EBA ha ido introduciendo pruebas similares pero temáticas, como los ciberestrés.
De cara a pruebas futuras, los expertos de Alvarez & Marsal, exponen que "los bancos siguen decepcionados con la dinámica actual de las pruebas de estrés". "El BCE tiene una visión preestablecida de la pérdida de capital de cada banco e impulsa el control de calidad para cumplir con los resultados esperados de las pruebas de estrés, ignorando los resultados internos de los bancos. Dados los supuestos limitados, no se obtiene información para fines de gestión de riesgos", explican.
La Regulatory Affairs Manager de Accuracy, Carla Azorí, repara en que en estas pruebas se ha producido una implicación directa del BCE en ciertos cálculos por primera vez. Hasta ahora eran los bancos los que efectuaban los cálculos a partir del escenario proporcionado por las autoridades, que después los verificaban. Ahora cambia. "Esta vez, la institución ha centralizado los cálculos sobre el margen neto de intereses. Es un primer paso hacia una posible centralización más amplia de los cálculos por parte del BCE, quien empieza a acumular suficientes datos como para lograrlo. Pero también sería "una espada de doble filo". Si bien se aligera la carga de tratamiento de datos para los bancos, también se reduce su margen de maniobra", analiza.
En la prueba realizada ahora ha sometido al examen a 64 bancos de 17 países. Bajo el escenario tensado estima que todas las entidades europeas que participan serían capaces de engordar su ratio de capital en 509 puntos básicos hasta finales de 2027 con la generación de beneficios, muy por encima de los 365 puntos básicos de la prueba realizada hace dos años. Según la EBA, responde "a una mayor capacidad de generación de ingresos, tanto por mayores aportaciones del margen de intereses como de las comisiones.
La situación creada por la recesión económica proyectada y el aumento del paro desencadenaría pérdidas crediticias por valor de 547.000 millones de euros, que propinarían un bocado de 437 puntos básicos al ratio de solvencia. La EBA juzga que la industria lo manejaría con confort gracias al buen momento que vive la industria por los deberes hechos.
Parte, para el estudio, con una rentabilidad en niveles casi históricos, del 10,5% en su cálculo sobre recursos propios (ROE). "Los elevados ingresos netos proporcionan un colchón significativo para absorber pérdidas en el escenario adverso", concluyó la EBA, que también pone en valor la reducida tasa de morosidad de la que parten las entidades, situada en el mínimo del 1,9%.
Según el estudio, la mitad de las pérdidas crediticias se localizarían con clientes empresas no financieras, con mayor deterioro en los préstamos al consumo, las pymes y los inmuebles comerciales. Las actividades inmobiliarias coparían el 15,5% de los deterioros en empresas, después de una simulación que también recoge caídas bruscas en los precios de los inmuebles.