Vivimos los últimos compases de un año que ha puesto de manifiesto la realidad incontestable del cambio climático: su impacto se está agravando y cada vez es más frecuente la aparición de fenómenos extremos en todo el planeta. Por suerte, hoy sabemos cuál es la manera de revertir este proceso y contamos con un consenso histórico para ponerla en marcha. Solo a través de la descarbonización y la transición ecológica podremos reducir de manera progresiva nuestras emisiones y frenar esta emergencia climática que amenaza seriamente nuestro actual modo de vida. Y, a pesar de que la senda que nos marca esta transición es hoy incuestionable, como todo proceso de transformación también necesitó de una buena dosis de empuje, visión y valentía en sus inicios.