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Cómo los republicanos en el poder se han comido todas las recesiones

  • Los demócratas han arrasado en creación de empleo en los últimos 50 años
  • Bill Clinton reivindica la actuación económica de las administraciones demócratas
  • ¿Hasta qué punto es casualidad y cuánto depende de la elección del votante?

Los datos de económicos siempre se cuelan en cualquier campaña electoral. Pero en Estados Unidos son muy especiales. Son terribles para los republicanos. Sus rivales demócratas quedan como unos gestores maravillosos y una máquina de crear empleo, mientras el partido de Trump en materia económica es un auténtico desastre. No hay recesión en los últimos cincuenta años, en la que no termine atrapa una Administración republicana. Pero todo tiene su explicación o no.

Little Rock es la pequeña capital de Arkansas. Para ir allí hay que aterrizar en el Aeropuerto Bill y Hillary Clinton, en honor a los dos ciudadanos más conocidos de este estado rural del sur estadounidense. El expresidente ha tenido su momento de gloria en esta campaña con un gráfico demoledor para los republicanos que sacó en la convención demócrata. Comparó la creación de empleo durante los mandatos demócratas con los republicanos.

La figura de Clinton siempre ha sido polémica, por su historial de escándalos, pero su reputación política ha crecido como la espuma en los últimos años. Hasta el punto de que ha sido una de las estrellas de la última convención del Partido Demócrata.

Bill Clinton fue gobernador durante 12 años, con un breve parón provocado por varios escándalos sexuales, que acabaron por estallarle en la Casa Blanca con el famoso 'Caso Lewinsky'. Era otra época: un presidente de EEUU terminaba en un juicio político por mentir sobre ponerle los cuernos a su mujer con su becaria en el Despacho Oval, y no por intentar un golpe de Estado.

Bill Clinton y Monica Lewinsky
Bill Clinton y Mónica Lewinsky, en el Despacho Oval. | Imagen: Wikipedia

Precisamente, han sido sus sucesores los que han engrandecido la figura de Clinton. Durante su mandato, logró cuadrar los presupuestos, y hasta tener superávit. Y, al contrario que en Irak, en los Balcanes a Clinton se le recuerda como un liberador, al intervenir para frenar el genocidio que siguió a la disolución de Yugoslavia. Eran años de alegría, vacas gordas y mucha autoestima para el superpoder mundial.

Y cuando Clinton habló en la convención demócrata de este año, hizo hincapié en lo bien que fue todo durante su mandato. Pero entonces dijo una cosa que, siendo cierta, resulta muy curiosa de analizar: los demócratas han arrasado a los republicanos en creación de empleo durante los últimos 50 años. En ese tiempo, los gobiernos conservadores han creado 17 millones de puestos de trabajo, mientras que los liberales han generado 60 millones. Y la diferencia aún es mayor desde el final de la Guerra Fría: 1 millón con los republicanos, 39 millones con los demócratas. Una paliza.

Un presidente republicano en cada crisis

Hay una explicación detrás de esta situación. En la última mitad de siglo, los presidentes republicanos se han comido todas las recesiones. Todas, toditas. Sean ellos responsables o no: la crisis inflacionaria de los años 80, con la crisis del petróleo de por medio, la inició el hoy centenario Jimmy Carter, pero sus efectos se los comió Ronald Reagan. George Bush padre lanzó la Guerra del Golfo contra Saddam Hussein en 1990 y se llevó todos los aplausos de sus conciudadanos por salvar a Kuwait... pero los precios del petróleo se dispararon, el propio Bush se comió la recesión consecuente en 1991, tuvo que subir impuestos y acabó derrotado por Clinton.

Precisamente Clinton vivió los beneficios de la desregulación financiera y la burbuja de las puntocom... pero ambas crisis, que llevaban años cociéndose con el demócrata arkansino, le estallaron a Bush hijo, primero las puntocom nada más llegar, y luego la financiera en sus últimos meses en el poder. Y Trump se comió el 'crack' del Covid, un susto mundial que tampoco es que él provocara y que se solucionó, al menos para los mercados, en cuanto las vacunas se generalizaron... justo cuando Biden ascendió al poder.

Hace años que incluso los científicos se preguntan si los republicanos son malos líderes o si tienen mala suerte. La Universidad de Princeton confirmó que el PIB crece más con los demócratas, pero no necesariamente porque sus políticas económicas sean mejores, sino porque tienen más suerte: cuando gobiernan aparecen avances tecnológicos, el petróleo está más barato, el entorno internacional es más positivo...

Y hasta se puede decir que las guerras en Irak fueron decisiones de los presidentes republicanos que había en esos momentos, y que el hecho de que Bush pilotara el fin de la Guerra Fría solo para que Clinton se llevara los beneficios de la paz es un poco injusto para él.

Bill Clinton en un acto de campaña
Bill Clinton, durante un acto de campaña. | Imagen: Reuters

También es verdad que para los demócratas es más fácil registrar datos extraordinarios si resulta que les toca pilotar la recuperación tras haber tocado fondo. Obama y Biden han registrado niveles de creación de empleo altísimos, en parte porque, cuando llegaron, se encontraron con unos niveles de paro históricamente altos, y solo con que volvieran a la media ya iban a firmar unas remontadas brutales. Y claro, todo el empleo que pudieran crear los republicanos durante su mandato se suele ir a la porra por esas recesiones de último momento.

Aun así, si descontamos las recesiones, la media de creación de empleo sigue siendo positiva para los demócratas: 205.000 semanales frente a 150.000 para los republicanos.

Teoría Blinder-Watson

También está la teoría de Alan Blinder y Mark Watson, que desarrolla que los votantes elijan a uno u otro partido a propósito, según lo bien o mal que vaya la economía. Según esta teoría, cuando el ciclo económico está en la fase de crecimiento o acaba de tocar techo, los votantes eligen a presidentes republicanos para gestionar las vacas gordas. Y cuando la economía acaba de despeñarse y el país está en recesión, los votantes le dan la patada al republicano y van corriendo a poner a un demócrata en la Casa Blanca para que lo arregle.

Esta teoría funciona yéndonos hasta Eisenhower en 1952, y, aunque los científicos la publicaron en 2011, también explica las elecciones ocurridas desde entonces: Obama repitió en 2012 con un margen menor porque la economía estaba recuperándose todavía de la crisis financiera. Hillary Clinton perdió en 2016 porque el país ya se había puesto de nuevo en marcha y la gente quería de nuevo a un republicano. Y el 'crash' del Covid se llevó por delante a Trump.

Si resulta que esta teoría es verdad, pues sería una mala señal para Kamala Harris. A ver si se va a tener que arrepentir de que Wall Street esté batiendo máximos históricos cada semana. O, al contrario, igual la "sensación de recesión" que sobrevuela la economía y la insistencia de Trump de que la economía va fatal acaba por animar a la gente a elegir a los demócratas, como hacen cuando la economía va mal.

Dicho esto, una encuesta a economistas del Wall Street Journal de hace unos pocos días apuntaba a que todos los expertos estaban de acuerdo en que las políticas que Trump está prometiendo poner en marcha si gana causarían más déficit, más inflación, menos crecimiento y más paro, porque obligarían a la Reserva Federal a mantener los tipos de interés más altos. No sabemos qué va a pasar en esta, pero si Trump gana, no sería sorprendente ver otra recesión y una victoria demócrata para 2028.

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