Opinión

Acuerdo para una prosperidad compartida

  • Se han afiliado unas 523.000 nuevas personas a la Seguridad Social en  solo seis meses
  • El desempleo ha descendido en todos los sectores,  todas las franjas de edad y en todas las CCAA
  • La Memoria del CES refleja que España volvió a sorprender en 2024 con un crecimiento del PIB del 3,2%
Fuente: iStock
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Este 2025 es un año para recordar en lo que concierne a la economía española. Es una de las conclusiones que se desprende de la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España del año pasado, publicada por el Consejo Económico y Social, uno de los organismos consultivos más prestigiosos de nuestro país. A pesar de que algunos parecen enfrascados en intentar generar la sensación de que todo va mal -para ver si así a ellos todo les puede ir mejor- los datos se empeñan en desmentirlos.

El mejor ejemplo de ello son los datos estadísticos correspondientes al mes de junio sobre la tasa de desempleo y la afiliación a la Seguridad Social. Datos históricos, que sitúan el paro en su cifra más baja en 17 años, desde junio de 2008, y una afiliación a la Seguridad Social que alcanza la mayor cifra de la serie histórica, con casi 21,9 millones de afiliados a la Seguridad Social. Los datos son extraordinarios. Se han afiliado 523.000 nuevas personas a la Seguridad Social en seis meses; España ha pasado en siete años de 19 millones de afiliados a casi 22 millones, creando 2,85 millones de nuevos puestos de trabajo; y actualmente, nueve de cada diez contratos son indefinidos. Además, las actividades económicas y productivas donde más empleo se está generando son aquellas que crean empleos más cualificados en sectores de mayor valor añadido, como las actividades científicas, técnicas o tecnológicas, algo que a su vez permite que las bases de cotización sean también cada vez más elevadas.

La Memoria del Consejo Económico y Social de 2024 concluye que ha sido este un buen año para nuestra economía. Pero no podemos caer en la autocomplacencia, pues el informe también refleja algunos los problemas estructurales. Como la elevada tasa de desempleo estructural, la resistencia del empleo femenino a beneficiarse de las mejoras o problemas como la productividad de los trabajadores y competitividad de las empresas. Esos problemas existen pero, con la política económica y laboral desplegada por el Gobierno desde la reforma laboral, los datos indican que se están reduciendo. De esta forma, la Memoria detalla que desde 2020 la productividad española comienza a aproximarse hacia la media comunitaria, apreciándose un cambio en su tradicional perfil contra cíclico. De igual forma, el desempleo ha descendido en todos los sectores, en todas las comunidades autónomas y en todas las franjas de edad, siendo especialmente significativo el descenso del desempleo femenino, que se sitúa en el más bajo desde junio de 2008. También el desempleo juvenil de menores de 25 años, que se encuentra en el nivel más bajo en toda la serie histórica. Además, la temporalidad, otro mal endémico del mercado laboral, ha caído a los niveles más bajos desde que se tienen registros, que es el cuarto trimestre de 1987. Así, el peso de los trabajadores temporales se ha desplomado y se encuentra en el 12,5% frente al 31,5% en 2018, con un descenso especialmente acusado entre los trabajadores jóvenes, que ha pasado del 55,2% a por debajo del 20%.

Por tanto, las políticas de empleo están funcionando para lograr reducir los problemas estructurales del mercado de trabajo en nuestro país. Esa fuerte creación de empleo es uno de los principales factores que hacen que España destaque en la actualidad entre las grandes economías europeas y un componente determinante para que nuestro país se haya convertido, tras superar a Japón, en el sexto país con más PIB per cápita del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. La Memoria del CES refleja también que España volvió a sorprender en 2024 con un crecimiento del PIB del 3,2%, superando todas las previsiones. Algo que es muy plausible que vuelva a ocurrir en 2025, donde el crecimiento del primer trimestre ya marca esa tendencia al alza sobre los pronósticos de organismos como el FMI, la OCDE o la Comisión Europea.

Otros factores para ese crecimiento económico robusto que mantiene España desde hace cinco años son la fortaleza de la demanda interna, principalmente del consumo privado, y la contribución positiva de la demanda externa. Y también el aumento de la población y el empleo, la bajada de los tipos de interés en un entorno de moderación de la inflación, el fuerte dinamismo del sector turístico y el continuado impulso fiscal, así como la reducción de la deuda y del déficit, seña de identidad también de la política económica responsable del Gobierno, que avanza en la recomendable consolidación fiscal. Tal y como subraya el Consejo Económico y Social, esta política de empleo con resultados extraordinarios debe parte de su éxito a la voluntad de apostar desde 2020 por el diálogo y el acuerdo social, con medidas como los ERTE, la reforma laboral o el acuerdo para el empleo y la negociación colectiva, alcanzado entre los agentes sociales (CEOE, Cepyme, CCOO y UGT), que han generado confianza en el futuro de la actividad económica y el empleo. Sigamos dialogando, concertando y acordando porque esa es la mejor forma de lograr una prosperidad compartida.

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