
El mercado inmobiliario es uno de los motores de nuestra economía. El repunte al alza de la actividad que se viene registrando desde principios de año indica que será clave en la senda del crecimiento, así como en la generación de empleo. Hay varios factores que repercutirán de forma positiva en este repute sostenido. Este sector será uno de los principales protagonistas de las asignaciones presupuestarias procedentes de los fondos europeos. Dentro del del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) tiene un papel muy destacado para caminar hacia un modelo económico sostenible, eficiente y digital.
La reciente aprobación por parte del Consejo de Ministros de una partida de 1.631 millones, que se repartirá entre las comunidades para la rehabilitación de viviendas y edificios públicos representa un gran impulso para los próximos años.
Lo mismo puede decirse de los planes para el bienio 2022-2023 donde se prevén destinar otros 1.000 millones para construir 20.000 nuevas viviendas para alquiler, que se llevarán a cabo bajo los parámetros de la sostenibilidad y la eficiencia energética. El parque de inmuebles más antiguo de nuestro país entrará en una fase de cambio y de modernización con una puesta a punto que conlleva un gran movimiento detrás, además de una revalorización de la vivienda y el entorno urbano o residencial donde se encuentre.
Otro de los aspectos que juegan a favor son los bajos tipos de interés, que estimulan la adquisición de inmuebles en propiedad o el dinamismo que se registra nuevamente en la actividad inversora. Además, tampoco se esperan ya grandes reajustes en cuanto a los precios promedio que vuelven a estabilizarse.
Todo este contexto indica que en la segunda etapa del año se prevea un incremento continuado en la actividad inmobiliaria y se afiance la recuperación que comenzó a principios de 2020. Estamos en sector que la tiene una gran flexibilidad para adaptarse a las nuevas necesidades, que ha resistido bien al impacto del Covid-19 y que puede aportar, con su crecimiento, mucho valor en términos de empleo.
En esta segunda etapa de 2021, los profesionales del sector se enfrentan también a retos asociados a los cambios en las tendencias del mercado y el camino hacia la sostenibilidad. La vivienda post Covid-19 la definen unos consumidores que han cambiado de preferencias y que tienen muy en cuenta aspectos como la ubicación, los espacios abiertos, la luminosidad o la eficiencia energética. 2021 avanza y muestra que hay un cambio real, un futuro con nuevos desafíos pero, también, de grandes oportunidades.
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