Opinión

Una fusión bancaria que permite ganar tiempo

  • El gran reto del sector financiero sigue siendo la revolución tecnológica
  • Las fusiones no son la solución a todos los desafíos pero seguiremos viendo movimientos de este tipo
El sector financiero mundial está inmerso en una honda revolución tecnológica

Nuevamente, el sector bancario ocupa los titulares de la prensa económica. En este caso la razón es la fusión o absorción de Liberbank por Unicaja. Es esta una fusión muy conocida y de la que se ha hablado mucho, tanto en el pasado como recientemente. Ambas entidades han estado en contacto desde hace bastante tiempo con la intención de formar una única. Nadie sabe a ciencia cierta las razones que en el pasado llevaron a romper las negociaciones entre ambas entidades, todo indica que el reparto de poder era la causa principal de la ruptura; esta vez, sin embargo, el escollo parece solucionado. Esta vez, el Banco de España puede haber presionado fuerte para que la fusión se llevase a cabo, máxime si, como se comenta, al Banco Central no le gustó la ruptura del pasado.

El Banco de España sigue la máxima del Banco Central Europeo, que quiere pocos pero grandes bancos, como el propio Luis de Guindos así lo ha transmitido públicamente.

El empeño, detrás de la creación de bancos de mayor tamaño, está en suplir la falta de rentabilidad del negocio bancario mediante la caída de costes que implica la fusión de dos organizaciones, la denominada sinergia. Esa sinergia se explica por la centralización de los servicios centrales, el cierre de oficinas, las bajas de personal, la mayor capacidad de negociación con los proveedores de los servicios adyacentes a la actividad bancaria, por citar alguno de ellos.

El principal problema del sector

Ahora bien, las fusiones no llevan aparejado que, una vez centralizadas y reestructuradas ambas entidades, se aumente la rentabilidad por el negocio. El negocio bancario hoy en día presenta un hándicap considerable que no es otro que cómo hacer la cuenta de resultados de la entidad una vez que la fusión se culmine.

Estas fusiones ganan tiempo; sin embargo, hoy el negocio bancario se ve fuertemente amenazado por la tecnología. Una amenaza que llega en uno de los peores momentos por la situación de los tipos de interés en niveles nulos o negativos. Por otra parte, la fusión conlleva además costes en el momento de realizarse y habrá que ver en el futuro si los cantos de sirena de mayores resultados se dan, hay demasiados nuevos competidores como para poder aseverarlo y además el panorama económico es bastante desolador e inhóspito para las entidades de crédito.

Las grandes tecnológicas se han extendido cada vez más y antes o después se lanzarán, ya lo están haciendo, a competir con la banca, a ellas se unen las nuevas empresas tecnológicas que están surgiendo por doquier. Una buena noticia sin lugar a dudas para los consumidores, donde las fusiones podrían provocar un mercado oligopolista y falto de competencia pero que sin embargo, con la llegada de estos nuevos jugadores, aumenta las posibilidades de competencia y por lo tanto no parece que los ciudadanos vayan a verse perjudicados.

Más fusiones en el futuro

Muchos se preguntarán si es éste el último movimiento en el panorama bancario español: la respuesta es negativa. Todavía quedan en España bancos muy pequeños que se verán abocados a fusionarse o ser adquiridos por otros para ir formando así grandes entidades crediticias; y una vez conseguido vendrán las fusiones transfronterizas. Estas últimas hoy presentan grandes dificultades debido a las trabas de los diferentes gobiernos que conforman la Unión Europea, sin embargo antes o después se producirán sin lugar a dudas. La clave para ello será la unificación y armonización de la reglamentación.

Aquí, el Mecanismo Único de Supervisión, será el muñidor principal para doblegar las diferentes reticencias de los países. La culminación de este empeño será la creación de un fondo único de garantía de depósitos, no como ahora que cada país tiene el suyo aún cuando estén mutualizados por el resto.

Pero más allá de las fusiones bancarias el movimiento se extenderá a otras áreas económicas y financieras. Estos movimientos meten presión a la compañías de seguros, anteriormente referidas, dado que en España la distribución de las pólizas de seguros es principalmente bancaria.

Preparémonos para ver en el sector asegurador fusiones entre las compañías, mucha de ellas atomizadas o centradas en sectores muy puntuales como pueden ser los seguros agrarios. Habrá movimientos en otros sectores como es la disminución de gestoras de fondos de inversión y pensiones, muchas de las cuales están relacionadas exclusivamente con el banco que distribuye sus fondos.

Servicios de consultoría y auditorías también se verán afectados al existir cada vez menos entidades y por tanto tener que acceder a un menor número de ellas. Como puede apreciarse en la breve enumeración anterior de sectores implicados, el empeño del BCE en tener grandes bancos supone todo un movimiento telúrico en otros sectores de actividad.

Centrándonos en la nueva entidad, la misma contará con un balance de unos 110.000 millones, situándose como la quinta por tamaño. Si anteriormente la fusión se truncó por el reparto de poder esta vez la cosa parece clara al quedarse la sede en Málaga. De esta forma el escenario bancario es el de contar con seis grandes bancos que acaparan prácticamente el 70 por ciento del negocio, donde la competencia, el restante 20 por ciento del negocio, está configurado por bancos de mucho menor tamaño y que previsiblemente están condenados a ser adquiridos en un futuro por alguno de los seis grandes.

Queda un 10 por ciento del negocio en manos de las cajas rurales donde antes o después y a pesar del silencio del sector, veremos inevitablemente movimientos.

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