
En los últimos días de agosto pudimos ver una fotografía en la cual aparecían junto a la tumba de Antonio Machado en Colliure (adornada siempre con una bandera republicana) Puigdemont y su valido, Torra.
Es verdad que Machado fue un fervoroso republicano. El 14 de abril de 1931 vivía en Segovia y fue reclamado para izar la bandera tricolor en el ayuntamiento. Previamente, había expresado, como otros intelectuales de su generación, su profunda desafección a la Monarquía. Pero también como algunos de ellos —Ortega desde el principio y Azaña en los años finales— tuvo muy claras opiniones sobre la deslealtad congénita del secesionismo catalán. Entonces contra la República y ahora contra la Monarquía constitucional.
Claro que estar en contra del nacionalismo catalán no significó entonces ni significa ahora ser anticatalán, y ha sido un catalán notable, Joan Manuel Serrat, quien mejor popularizó algunos de los mejores poemas de Antonio Machado. Serrat es un catalán prototípico por mestizo en sus orígenes y por estar integrado hasta el fondo en Cataluña, su lengua y, en general, su cultura, pero que no se cortó en 2018 al discrepar abiertamente del proceso independentista, recibiendo por ello no solo los peores insultos sino padeciendo también boicots y acosos personales. Según los forofos del procés Serrat es un fascista, pues para semejante gentuza es feixista todo aquel que no les baila el agua.
Por eso, como ha escrito José Antonio Zarzalejos, la foto de los dos separatistas ante la tumba de Machado es "un auténtico escarnio. Porque ambos representan el esencialismo antiespañol, profesan la incuria intelectual del supremacismo y propugnan, con actos inciviles, ilegales, provocativos y antidemocráticos, la secesión catalana y la confrontación con el Estado. Y lo hacen un año y medio después de que sus partidarios en la conmemoración del 80 aniversario del fallecimiento del poeta tuviesen la desfachatez de gritar "fascistas" a los que se reunieron en Colliure para recordarle".
Y es que el 24 de febrero de 2019 Pedro Sánchez visitó la tumba de Antonio Machado en la conmemoración del 80 aniversario de su fallecimiento (también visitó la de Manuel Azaña en Montauban). Le acompañaron en ese acto de homenaje otras personalidades de la vida política y cultural española y el sobrino del poeta, Manuel Álvarez Machado. A escasos metros del secretario general del PSOE, un grupo de independentistas catalanes increpó a los presentes entre gritos de –cómo no- "fascistas".
Y ahora Torra ha escrito un tuit en el cual se lee: "Hem aprofitat per visitar la tomba d´Antonio Machado" ("Hemos aprovechado para visitar la tumba de Antonio Machado"). Como quien acude de pasada a un lugar turístico. En verdad, un insulto contra la democracia y la Constitución. Y precisamente delante de la lápida de un español tan entero, tan largo de espíritu y tan lúcido como lo fue Antonio Machado.
A tipos así se refería Machado cuando atribuía a los separatistas no haber ayudado a traer la república pero sí a liquidarla. Y es que los comportamientos de los nacionalistas vascos y catalanes durante la República y la guerra dan vergüenza ajena en cualquier persona decente, pero no creo que la decencia forme parte del comportamiento separatista.
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