
Dicen que la culpa de que la cumbre que reúne a los presidentes de los bancos centrales más importantes del mundo se celebre en Jackson Hole la tiene el expresidente de la Reserva Federal, Paul Volcker.
Esta pintoresca villa debe su nombre a Jackson, un célebre cazador de castores, al que se unió la palabra hole (hoyo o agujero, en inglés) porque se ubica en un valle, bañado por numerosos ríos, que descienden de las Montañas Rocosas, en el estado norteamericano de Wyoming.
Volcker, presidente del banco central estadounidense con Carter y Reagan, adquirió mucho prestigio tras lograr vencer los periodos de hiperinflación entre los setenta y los ochenta, con estrictas políticas fiscales y potentes subidas de los tipos de interés.
Muy aficionado a la pesca con mosca, la única manera de atraer su atención fue trasladar la cumbre de Kansas a Jackson Hole, un paraíso para los amantes de los deportes fluviales.
Desde entonces, la cita anual que se celebra a finales de verano es imprescindible para conocer las políticas monetarias, un aspecto esencial en un mundo globalizado.
"En 2008, Bernanke aprovechó su visita a Jackson Hole para diseñar el plan de rescate bancario, que resultó fallido"
Las reuniones de 2008 y 2009 fueron cruciales para que los bancos centrales se alinearan y abarataran de manera rápida y coordinada el precio del dinero para combatir la recesión. Como se recordará, el expresidente del BCE, Jean Claude Trichet, había subido los tipos de interés en Europa a contrapié, lo que agravó la crisis.
Otro presidente de la Fed, Ben Bernanke, celebró en 2008 en este lugar los encuentros para abordar la crisis de las hipotecas basuras (suprime). Agobiado por las dificultades de gigantes bancarios como Merrill Lynch o Lehman Brothers para sostenerse en pie, Bernanke estuvo tentado de declinar la invitación de asistencia, como Volcker.
Pero finalmente decidió acudir acompañado, además, de todo su equipo para no despertar sospechas sobre la gravedad de la situación financiera. Bernake, en lugar de dedicarse a la pesca, aprovechó los amplios espacios de tiempo entre reuniones oficiales para diseñar el plan de rescate bancario, que resultó fallido. Como se sabe, la caída de Lehman Brothers precipitó, finalmente, la gran recesión en todo el planeta.
"No somos conscientes de los peligros reales que nos acechan"
Siempre he sostenido que la Prensa desconoce lo que se trata en estas reuniones, por lo que, afortunadamente, no somos conscientes de los peligros reales que nos acechan.
Los banqueros centrales se reúnen estos días de nuevo en Jackson Hole. En esta ocasión, el protagonismo recaerá completamente en la Reserva Federal (abreviado como Fed, en inglés) ante otra ausencia sonada, la del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
Los titubeos del máximo responsable de la Fed, Jerome Powell, motivaron las últimas caídas bursátiles y enfurecieron a Donald Trump, que demanda una actuación más contundente.
"Las cumbres de Jackson Hole y del Grupo de los Siete precederán a las bajadas de tipos"
Con los tipos de interés en negativo tanto en Europa como en Japón, Powell es el único que cuenta con margen de maniobra para reducir el precio del dinero y evitar una recaída global.
Los analistas descuentan ya otras dos bajadas de cuarto de punto en este año, a la que se sumará la batería de medidas que anunciará el BCE en septiembre.
La potencia de disparo se ha reducido. No tiene que ver con la que había en 2008. El riesgo de una bajada agresiva del precio del dinero es que se produzca una burbuja en la deuda, que asciende al 275% del PIB mundial y no hace más que escalar.
Alemania colocó esta semana bonos a 30 años a tipos negativos, al igual que otros países de su entorno como Dinamarca o Suiza, mientras que el español está por debajo del 1%. Un escenario muy peligros para bancos y aseguradoras, que viven de los intereses.
Las insolvencias de empresas o de países enteros se disparará si se produjera un rebrote de la inflación ó una caída abrupta de los ingresos con la llegada de una crisis. La reducción del coste de la financiación debe ir acompañada de políticas fiscales de austeridad, que atajen los gastos superfluos.
Una lección que nadie quiere escuchar. Un caso paradigmático es el español, donde la falta de Gobierno está comenzando a deteriorar el déficit público, a lar par que la deuda escala a tasas próximas al 100% del PIB.
La desaceleración de nuestra economía, por culpa de la caída de las exportaciones (sobre todo de automóviles), comenzará pronto a pasar factura a los ingresos tributarios, tanto de Sociedades como del IRPF, así como al empleo. Pero nadie en el Gobierno quiere reconocerlo. Quizá luego sea demasiado tarde, como ocurrió con Zapatero. Siempre fue mejor prevenir que curar.
"La economía en España padece ya la desaceleración sin que el Gobierno quiera reconocerlo"
En paralelo, en la ciudad francesa de Biarritz, el club de las antiguas siete potencias mayores del mundo, el denominado G7, celebrará su cumbre anual. Más allá de si aceptan el regreso de Rusia, expulsada por la invasión y anexión de una parte de Crimea, será interesante comprobar las ganas de cooperación en el antiguo bloque occidental.
El presidente francés, Enmanuel Macron, se ofrece para mediar entre Rusia y el resto de los socios, o entre Estados Unidos y China. Del comunicado final, se podrá deducir si Trump está dispuesto a llevar su guerra comercial hasta las últimas consecuencias o si será condescendiente con Europa, lo que supondría la puntilla para su renqueante actividad.
La economía mundial está tocada, pero aún no está hundida. Es la hora de la diplomacia tanto por parte de los bancos centrales como de los miembros del G7 para evitar un colapso, que haga revivir el efecto pánico de hace una década.
PD. elEconomista publicó esta semana que la investigación forensic encargada por el BBVA sobre el caso Villarejo exculpa tanto a la entidad financiera, como a su jefe de seguridad, Julio Corrochano. Algo inverosímil. ¿Quién firmó los contratos con Cenyt, la empresa de Villarejo encargada de los seguimientos y las presuntas escuchas?
¿La cúpula de la entidad y el consejo de administración no se enteraron de que la sociedad pertenecía a un funcionario, ya que Villarejo estaba en activo.? ¿Por qué fallaron todos los controles? Hay un sinfín de cuestiones que apuntan directamente a la entidad financiera y a sus máximos órganos de dirección, diga lo que diga el forensic. La sospecha de que el banco aprovechó el tiempo que se tardó en elaborar el informe para limpiar las huellas comprometedoras van en aumento.