
La débil demanda que levantó la histórica emisión de deuda a 30 años a interés cero de Alemania -apenas cubrió un 40% de los 2.000 millones de euros se pretendían recaudar- lanza una advertencia sobre el agotamiento del mercado de bonos soberanos y también una conclusión sobre lo que se puede esperar de la nueva ronda de estímulos monetarios que prepara el Banco Central Europeo (BCE): no habrá operación twist.
O lo que es lo mismo: los inversores no contemplan que la institución vaya a vender deuda a corto plazo para comprar a largo. Una medida con la que mantendría su rentabilidad en mínimos para desincentivar la búsqueda de refugio en estos vencimientos más lejanos, en un contexto de incertidumbre económica como el actual, redirigiendo el dinero a otros activos de mayor riesgo o, en el caso concreto de los bancos, a la concesión de hipotecas o créditos al consumo.
"Una operación twist, por la que el BCE reinvertiría los bonos que lleguen al vencimiento en instrumentos a más largo plazo –cerca de un 40% del los bonos que tiene la institución en su balance vencen en los próximos 5 años–, también sería una herramienta aceptable para reducir los riesgos si la situación lo justifica", señalaba en su informe de junio el equipo de analistas de Fidelity. "Valoramos una operación twist como una potencial alternativa al pequeño programa de compra de deuda que esperamos", han apuntado desde BofA Merrill Lynch esta misma semana. Esta medida surge recurrentemente en las quinielas de los expertos. Sin embargo, el mercado la está descartando.
Si se confiara en su implementación, la emisión del bono a 30 años de Alemania habría sido un éxito, al suponer una oportunidad para posicionarse en un activo que estaría pendiente de recibir la demanda del BCE.
Una tendencia que también debería verse en el aplanamiento del diferencial entre el interés que se exige en el mercado secundario a la deuda de referencia a 30 años y la rentabilidad del bono a 2 -lo que refleja más demanda de refugio a largo plazo que a corto-. Una curva que precisamente el pasado jueves 15 de agosto se dio la vuelta, tras tocar mínimos no vistos desde 2008 en los 65 puntos básicos.
Fidelity: "Una operación 'twist', por la que el BCE reinvertiría los bonos que lleguen al vencimiento en instrumentos a más largo plazo, sería una herramienta aceptable para reducir los riesgos si la situación lo justifica"
Lo que sí espera el mercado es un nuevo QE, que BofA Merrill Lynch estima de 2 años a 30.000 millones al mes, extendiendo el caladero de activos respecto al programa que finalizó en 2018, en línea con otras firmas de inversión, como Goldman Sachs.