
Pese a que el Gobierno ha reconocido en los últimos días que el sistema de extender los peajes a todas las autovías ha dado un paso atrás, pues necesita del consenso de todos los grupos parlamentarios, la idea llevada al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para Bruselas ha levantado toda una polémica entre los conductores españoles. A favor, pocos; en contra, muchos; el carácter histórico de gratuidad se podría ver alterado por un plan que otros países del entorno ya llevan implementando años.
España tiene la mayor red de carreteras de toda la Unión Europea (y la tercera del mundo), y además concentra hasta un 73,5% de todas las vías gratuitas del Viejo Continente. Un dato que ha promovido el Ejecutivo que engloba al PSOE y Unidas Podemos en las últimas semanas, y que defiende su teoría de que se debería empezar a cobrar por recorrer las autovías.
"El que usa y contamina, paga", que el director de la Dirección General de Tráfico (DGT) dijo para promover los peajes en carretera, ha sido la frase más extendida por las cercanías al Gobierno. Una oración que además fue ligada a la teoría de que la mayoría de países del entorno ya cobran por una circulación que en España es prácticamente en su totalidad gratuita (solo se paga en poco más del 10% de vías), y por lo que debería haber un cambio en el modelo teniendo en cuenta que cada día "alrededor de 100.000 vehículos entran en España, siendo casi la mitad extranjeros", en palabras de Nadia Calviño.
Siendo solo Albania, Estonia, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Ucrania los únicos ocho países europeos con un sistema totalmente gratuitito en sus carreteras, los restantes estados aplican bien sistemas por satélite bien por viñeta o, incluso, los hay algunos como Alemania que no son del todo gratuitos pero prácticamente no cobran a sus conductores.
Portugal
El país más limítrofe con España es uno de los que más recauda por los peajes de toda la UE (más de 1.000 millones en 2018) y el principal modelo en el que se ha mirado el Gobierno para obtener más ingresos ante la crisis y la deuda en infraestructuras. Portugal empezó a aplicar su sistema de cobro por carreteras en 2010, por imposición del rescate de la Comisión Europea, el BCE y el FMI.
No sin continuas críticas en esta década y bajada del turismo terrestre, su sistema se basa en cámaras instaladas en arcos que detectan la matrícula del vehículo y pasan el pago a una cuenta bancaria asociada previamente por Internet o en una máquina al inicio de la carretera. La conexión entre Lisboa y Oporto, la más importante del país, sale a un precio de 0,068 euros el kilómetro, lo cual no supone un excesivo importe.
Francia
Uno de los países más críticos con los pagos en carretera, ya se vio con las revueltas de los chalecos amarillos, tiene el 99% de sus vías con sistema gratuito. Solo se paga por el 1% que explotan empresas privadas y gestiona el Estado, las cuales son también las principales vértebras del territorio galo.
El precio medio es de 8 céntimos el kilómetro, variando según el tipo de vehículo, su antigüedad y si la carretera tiene infraestructuras específicas como puentes o túneles. Su sistema de pago es muy similar al de España, con una tasa fija en algunas vías, mientras que en otras se recoge un ticket a la entrada y se deposita a la salida con un cálculo del precio según el recorrido.
Italia
Siendo solo de pago las autopistas, como en España, solo unas exclusivas del sur son gratuitas. Esto se debe a que todas las carreteras transalpinas son gestionadas por empresas privadas, aunque con un precio regulado por el Estado tras la catástrofe del puente de Génova en 2018.
Con los costes más altos en el norte, pueden llegar a los 9 céntimos el kilómetro, su sistema de pago se calcula con la recogida y entrega de un ticket al entrar y salir de la vía. La mayoría de sociedades que explotan las autopistas forman parte del grupo Atlantia.
Reino Unido
Con un sistema muy específico, el país británico solo tiene 23 peajes repartidos por su territorio que varían de precio según los kilómetros, tipo de vehículo y momento del día (en hora punta es más caro). Por lo general, entorno a los 0,08 libras el kilómetro, el precio puede subir sumando los factores más altos hasta las 5 libras.
El peaje más importante es el que une Londres y Birmingham, rodeando esta segunda ciudad para liberar todo el tráfico que se acumula desde 2003, y cuesta /al cambio) entre 7 y 13 euros. Irlanda prácticamente copia el sistema de su vecino.
Alemania
El país por antonomasia del motor es un modelo de prácticamente la totalidad de sus carreteras gratuitas. Financiadas por los Presupuestos Generales del Estado, sí hay algunos peajes puntuales en puentes o túneles, además que desde 2005 los vehículos pesados sí están obligados a pagar. Parecido modelo usan en Bélgica, Países Bajos y Dinamarca.
Por su parte, en los últimos años algunos partidos han intentado establecer un sistema de cobro para extranjeros. No sin discordia, por la cantidad de austriacos que cruzan la frontera cada día, el sistema se basa en viñetas que también supone un gasto para los alemanes aunque con un descuento posterior en el impuesto de circulación.
Austria
Precisamente polémica por la medida que trata de establecer Alemania es el hecho de que todos los austriacos y sus visitantes pagan por el uso de todas las carreteras. Gestionadas por un consorcio de empresas estatales, sus vías tienen un precio calculado con una viñeta.
Cada conductor austriaco paga al año unos 80 euros para disfrutar de toda la red de carreteras, cuantos más kilómetros recorre más rentable le sale el pago. Además, los turistas pueden acogerse a un método que ronda los 9 euros para diez días, aunque las infraestructuras especiales como puentes o túneles tienen un coste extra (también se aplica al ciudadano local). Chequia, Hungría, Eslovaquia, Suiza o Eslovenia (todo países centroeuropeos) también aplican un sistema de viñetas similar al austriaco.
Grecia
Con un importante cambio en los últimos meses, los peajes de las carreteras helenas pasarán a ser por kilómetros en vez de por tramos. Una demanda muy solicitada desde los propios griegos, que consideraban injusto tener que pagar una cantidad definida aún cuando no habían transitado toda la distancia.
Con pocas vías de pago, aunque todas las carreteras principales del país lo tienen (las que salen de Atenas o cruzan partes destacadas de Grecia), su precio ronda los 7 céntimos el kilómetro.
Polonia
Por último, otro de los países que más tienen establecidos los peajes en toda su red de carreteras es Polonia. Muy similar al sistema portugués, los arcos instalados en las autovías detectan el paso de los vehículos originando un cobro a una aplicación complementaria.
En la mayoría de vías la gestión recae en el propio Estado, aunque la principal, la que une la capital Varsovia con Berlín (de gran afluencia de polacos que viajan a Alemania), es de explotación privada.
¿España?
Mientras el Gobierno sigue sondeando la medida, con la crítica de la mayoría de partidos, sector del automóvil y opinión pública, también baraja qué modelo se podría implantar en las autovías españolas. En autopista, el sistema es el tradicional de barreras que cobran según la distancia recorrida en la propia vía y diferenciando de vehículos pesados y ligeros.
En un primer momento se barajó la media de 4 céntimos por kilómetro, aunque el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha dejado claro en el Senado que de aplicarse, la tarifa sería más cercana a 1 céntimo por kilómetro.