
"Test, test y más test". La directriz pronunciada el pasado 16 de marzo por el director general de la OMS, Tedros Adhanom, para hacer frente a la pandemia del coronavirus a nivel internacional continúa sin implementarse en España. Realizar test masivos y los consiguientes aislamientos de las personas que den positivo en la COVID-19 es la única receta con éxito demostrado a día de hoy para romper la cadena de transmisión y frenar contagios y muertes. El confinamiento no basta. España realiza test, sí. Pero los 40.000 diarios que se han alcanzado por primera vez esta semana en nuestro país están muy lejos de los 200.000 ejecutados por Alemania en algunos momentos de la infección. No realizar test a todos los posibles contagiados, como sanitarios y familiares de casos positivos, entraña una consecuencia lógica y poco esperanzadora: la expansión del virus no se frena por completo, pese al confinamiento, y las medidas de una hipotética fase de transición también quedan confinadas en el territorio de la utopía. | EN DIRECTO: Todos los detalles sobre la evolución del coronavirus
Olga Peñafiel pidió una ambulancia la mañana del 15 de abril. Su madre, de 97 años, a la que cuida desde hace años por diversas patologías, fue ingresada con un cuadro de neumonía en el hospital Santa Marina de Bilbao, especializado en personas mayores con enfermedades crónicas. A las horas ya certificaban que había dado positivo de COVID-19 y que la mantendrían aislada sin posibilidad de visitas. Ni Olga Peñafiel ni la persona que acude todos los días a la casa donde conviven para realizar labores de limpieza serán testadas. Su médico de cabecera le recomendó una cuarentena de 14 días en casa, tanto a ella como a su empleada del hogar, y que únicamente avisaran si tenían fiebre.
Este caso pone en evidencia una realidad continua que se genera en todos los territorios del país cada vez que hay un nuevo positivo: ni siquiera las personas que conviven con él pasan por una prueba de laboratorio para confirmar si tienen carga vírica, ya se exprese mediante síntomas graves o no. Vale la pena recordar que el 80% de los afectados por esta enfermedad experimenta síntomas leves, y los asintomáticos pueden llegar a superar tasas del 15% en algunas comunidades autónomas. Sin saber si una persona es positiva o no, el aislamiento recomendado resulta anecdótico, y el virus puede seguir circulando.
Profesionales sanitarios de los hospitales madrileños Ramón y Cajal, Gregorio Marañón y Clínico han confirmado a elEconomista que ni siquiera ellos están siendo sometidos a test de forma masiva para detectar la presencia del virus de procedencia animal. En concreto, en el Gregorio Marañón únicamente se realizan estas pruebas a aquellos sanitarios que presentan síntomas. Si dan positivo, se les repite el ensayo con frecuencia para que vuelvan a incorporarse lo antes posible. El hospital de la Princesa tiene la particularidad de que sí está testando a los empleados que lo piden voluntariamente.
De la misma manera que le sucedió a Olga Peñafiel en Bilbao, a los familiares de contagiados que han sido detectados en estos centros sanitarios madrileños tampoco se les está realizando test alguno, salvo en algunos casos puntuales en el Gregorio Marañón. Tampoco a los relativos de sanitarios que han dado positivo.
A poco más de 100 kilómetros, en Alcázar de San Juan, uno de los mayores focos de la pandemia en Castilla-La Mancha, un enfermero que prefiere mantenerse en el anonimato confirma que la realidad del hospital de este municipio no difiere mucho. Durante el estallido de la pandemia, han estado trabajando aun teniendo síntomas de la COVID-19, y ni en los casos positivos sus familiares pasaban por una prueba de laboratorio (la PCR es la que se usa como referencia oficial). Tampoco los de aquellos pacientes confirmados de coronavirus. En las últimas semanas sí se les ha hecho prueba a los contactos de positivos que presentan algún síntoma compatible con la enfermedad originada en la ciudad china de Wuhan. Como novedad, les han anunciado que serán testados todos los trabajadores del hospital. Pero esas pruebas, a 17 de abril, siguen sin realizarse.
En el Hospital General de Ciudad Real la historia se repite: los familiares que conviven con los contagiados no son testados; tampoco los sanitarios sin síntomas.
Los niños son los únicos sometidos indiscriminadamente a prueba de coronavirus desde hace tres semanas en la planta de pediatría del hospital de Alcázar de San Juan. Desde hace un mes, también a los recién nacidos con madre positiva de la COVID-19. Esto se debe a que son los pequeños los vectores de contagio más peligrosos. "Con un buen cribado de personas sanas y no sanas, la cosa podría mejorar. Pero mientras no se hagan test...", se lamenta el enfermero ciudadrealeño.
En las residencias la situación es similar. Se anuncian test para todos, pero siguen sin ejecutarse. En uno de estos centros asistenciales públicos de la Comunidad de Madrid, una trabajadora confirma que este fin de semana todos los ancianos fueron testados. Pese a que la dirección del centro les transmitió que todos los empleados y sus familias pasarían por el examen de laboratorio próximamente, este término aún no se ha producido.
En una residencia privada de El Escorial las perspectivas son menos halagüeñas. Una de sus empleadas constata que ni siquiera los mayores han pasado de manera masiva por este examen médico. Ni mucho menos los trabajadores, a los que se les manda a casa si presentan síntomas. Ni ellos ni las personas con las que conviven pasan por un test que detecte el SARS-CoV-2.
Los test se duplican en España... ¿Y qué?
Los test se han duplicado en España en la última semana, y son considerados "una pieza fundamental" en la estrategia diagnóstica, según subrayó ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa. El ministro confirmó que se había realizado casi un millón de test en nuestro país desde el inicio de la emergencia sanitaria. La cifra resulta difícil de cuadrar teniendo en cuenta que Alemania, el 8 de abril, registraba ese mismo millón de ensayos acometidos, siendo el número de repeticiones de test a una misma persona poco significativo.
Illa también recordó que se aplican pruebas rápidas en entornos de alta prevalencia como residencias de ancianos y hospitales, para la detección de más casos. Se trata de exámenes menos fiables que necesitan una posterior confirmación con PCR. Eso, que es la teoría, contradice la información aportada por los trabajadores consultados.
En España se ha pasado de los 15.000-20.000 ensayos diarios de las dos semanas anteriores a los 40.000 de ésta. La traducción de estas cifras alineándolas a la recomendación de hacer test masivos para aislar a todos los casos, sintomáticos o asintomáticos, es clara: son insuficientes. Y a día de hoy, la fórmula de test masivos para aislar y controlar todos los vectores de contagios sigue siendo la única que ha probado su éxito en países donde la han aplicado a rajatabla, como Corea del Sur (10.635 contagios y 230 muertes) o Singapur (5.050 contagios y 10 muertes). En Europa, esa medida fue adoptada por Alemania (137.968 contagios, 4.052 muertes), que multiplicó rápidamente su capacidad de realizar pruebas diagnósticas. En la última semana de marzo, crítica en el estallido de la enfermedad, alcanzó la ejecución de más de 350.000 test a sus ciudadanos, y diariamente el dato nunca ha sido inferior de los 100.000-200.000.
Un cuento italiano
Y como revelación, un pequeño cuento. Érase una vez dos pueblos en Italia, que blanden el triste título de conformar el foco de la pandemia en el segundo país con más muertos del mundo por coronavirus (más de 22.000 a día de hoy). Vo 'Euganeo, en la región del Véneto; Codogno, en Lombardía. Ambos empezaron con la misma curva explosiva de casos. En Vo 'Euganeo comenzaron a realizar test masivos: a todos los familiares y contactos de cada caso diagnosticado de COVID-19. Un total de 20 test por cada contagiado desde el principio, según explicó esta semana el virólogo al mando, Andrea Crisanti. La curva entre los dos pueblos cambió radicalmente. En Vo 'Euganeo la pandemia está contenida, con menos de un centenar de casos diarios y 900 muertes acumuladas. Esta misma semana comenzará a relajarse el confinamiento. En Codogno ya han muerto más de 11.000 personas.
Test, test y más test. Helena Legido Quigley, experta en sistemas de salud y profesora en la Universidad de Singapur y la Escuela de Medicina Tropical de Londres lleva insistiendo desde hace un mes en el único protocolo posible para superar la pandemia, en base a la experiencia demostrada en Singapur. Allí se hicieron ensayos a todos los contactos de cada persona que daba positivo desde el primer caso de COVID-19, lo que les permitió aislar únicamente a los afectados por el virus. "En España el testeo no se está haciendo", avisó el pasado 26 de marzo, en plena escalada de contagios y muertes. El día 2 de abril, lo repitió: "No se están haciendo suficientes test". Para esta experta, la clave está en realizar pruebas a todos los pacientes independientemente de la gravedad de sus síntomas, a las personas con las que viven y a todos los profesionales sanitarios. Como hemos comprobado, ninguno de estos tres parámetros se cumplen a día 17 de abril en España.
Una transición utópica
La realidad de que los recursos con los que cuenta en la actualidad la Sanidad española impida la realización de un testeo indiscriminado y masivo supone una consecuencia aplastante: la fase de transición continuará como una entelequia en nuestros mejores sueños. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias y cabeza visible de la gestión científica en nuestro país, lo advertía así ayer: "Necesitamos ser capaces de tener una gran capacidad diagnóstica, es necesario para estar seguros de que podemos responder ante el período de transición". Y aclaró, a quien le hubiera quedado alguna duda, que esa segunda fase "no se puede iniciar" sin haber establecido estas condiciones. Que no son otras que el diagnóstico precoz y el aislamiento de los casos positivos.
Fechas que apuntan a mayo, salidas supervisadas para los niños, planes que dibujan 'arcas de noé' -espacios físicos para aislar a personas con sintomatología leve que han demostrado un gran éxito en China-, medidas de distanciamiento en un confinamiento light... Nada de esto podrá ser aplicado en España si previamente no se hace lo que hay que hacer: test. Más, muchos más.
*Las fuentes de esta información han pedido mantener el anonimato ante las represalias, persecuciones y expedientes que se están produciendo en los diferentes centros por las informaciones aportadas sobre sus condiciones de trabajo en la lucha contra la pandemia