El 21 de julio de 2022 es una fecha que ya ha quedado marcada en rojo en el calendario financiero europeo. El Banco Central Europeo decidía aquel jueves elevar el precio del dinero por primera vez en los últimos 11 años. Lo hacía acuciado por una inflación en clara expansión y ante la presión que supone para una de las grandes entidades centrales del mundo, que sus homólogos le llevaran una ventaja de cuatro meses en su misión de elevar los tipos de manera contundente. No en vano, por aquel entonces, la Fed ya había acometido tres subidas de tipos agresivas (superiores al cuartillo de punto clásico hasta entonces) y estaba en ciernes de una cuarta de 0,75 puntos.
Desde entonces, el marco coyuntural de los mercados ha cambiado radicalmente. Las consecuencias de las medidas que han acometido Christine Lagarde y sus chicos se han dejado sentir en muchos parámetros, tanto macroeconómicos, como empresariales. La inflación ha esbozado claros signos de desaceleración y en el ámbito bursátil, la fotografía que se puede hacer ahora es radicalmente opuesta a la que se encontraba antes del inicio del endurecimiento monetario europeo.

Las previsiones de los analistas para los bancos europeos
En el mercado domestico, firmas como BBVA, Sabadell, Santander o CaixaBank se cuelan entre las compañías más alcistas del Ibex 35 desde el día que Lagarde decidió dar el golpe de timón al mercado, por ejemplo. Y en el ámbito más internacional, son Unicredit y BPER Banca quienes copan la lista de empresas que más revalorizan. Un comportamiento que no hace sino reflejar las buenas perspectivas que se barajan para las firmas de este ramo.
Las previsiones de los analistas apuntan, de hecho, a que el beneficio en 2023 de las cotizadas del sector en el Stoxx 600 será un 30% superior al estimado antes de que empezara a elevarse el precio del dinero. Y, si se tiene en cuenta también la suma de lo esperado para 2024, las proyecciones de las casas de analistas apuntan a unas ganancias casi 100.000 millones superiores a lo previsto para el bienio antes de julio de 2022.
Los analistas relacionan de manera generalizada este crecimiento de los ingresos superior al previsto, con "unos tipos de interés más altos de lo esperado", algo que favorece el negocio de las entidades financieras y promueve el incremento de márgenes que tanto ha penalizado a estas firmas durante los años de tipos al o%.
Los italianos Banco BPM (antigua Banca Popolare di Milano), y UniCredit y la holandesa ABN AMRO son las que se posicionan como las grandes beneficiadas de este movimiento. Para ellas, las previsiones para 2023 apuntan a un beneficio un 70% superior. Sabadell y BBVA son las españolas que más se benefician en ese sentido (ver gráfico) al esperarse para ellas un 35% más de ganancias que las esperadas antes de que Lagarde elevará el precio del dinero. Por detrás de ellas, Bankinter y Santander.
Eso sí, en la presentación de sus cuentas correspondientes a los primeros compases de 2023 se puede encontrar varios denominadores comunes. Entre ellos, destacan el aumento en sus márgenes de intereses y el mayor volumen de negocio para explicar la cifra de ganancias superiores a las estimadas con anterioridad. Y eso que todas recogían ya el impuesto a la banca del Gobierno.
El Stoxx Banks sube un 30%
Desde que el pasado 21 de julio, Christine Lagarde diera a conocer su decisión de elevar los tipos de interés en la eurozona, el selectivo que reúne a las entidades financieras más importantes por capitalización del Viejo Continente, el EuroStoxx Banks, se ha revalorizado cerca de un 30% con valores como Unicredit, AIB o Banco BPM entre los más alcistas en ese periodo. De hecho, las acciones de la entidad italiana han duplicado su precio desde entonces. La española más alcista del índice en ese periodo es BBVA que sube más de un 60%.