Con el primer aniversario del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania (el pasado 24 de febrero) cumplido, los mercados europeos se encaminan a vivir el primer año del que fue el verdadero punto de inflexión tras el comienzo del conflicto. A falta de escasas sesiones para este acontecimiento, Europa le recorta a Wall Street 26 puntos desde el peor momento de la invasión.
El 4 de marzo de 2022 Rusia invadía la central nuclear de Zaporiyia (la más grande de Europa). Este suceso desencadenó una oleada de ventas que llevaron, cuatro jornadas más tarde, el 8 de marzo, a los principales índices continentales a marcar mínimos del año. En estas sesiones el EuroStoxx perdía un 8% de su valor y se desplomaba hasta los 3.505 puntos. Misma suerte corría el Stoxx 600 al corregir un 7% en cuatro días hasta los 415 puntos. Ambos índices se colocaban en niveles de comienzos de 2021. El Ibex 35, incluso, se hundió a mínimos de noviembre de 2020. En Wall Street, las caídas, aunque duras, no llegaron a ser tan abultadas. El S&P 500 cedía sobre un 5% desde el 4 de marzo y, al igual que en Europa, establecía por el momento sus mínimos del 2022 en los 4.170 puntos.
Aquellos mínimos resultaron ser el punto de inflexión en la peor parte de la invasión. El EuroStoxx 50 lograba rebotar un 7% y el Stoxx hacía lo propio anotándose ganancias alrededor del 5%, todo ello frente al 3% que crecía Wall Street. Pese a ello, las consecuencias que se derivaron del conflicto, como un potente aumento de la inflación que desencadenó una política monetaria de una dureza no vista desde hace cuatro décadas, continuaron castigando el comportamiento de los índices durante el resto del año. No fue hasta finales de septiembre cuando Europa marcaba su suelo anual definitivo en los 3.279 puntos, que devolvían a la cotización del índice a niveles de noviembre del 2020. El S&P 500 tuvo que esperar hasta el 12 de octubre para ver su suelo definitivo en los 3.577 puntos, que suponían niveles de diciembre del 2020.
Desde el 8 de marzo, el peor momento de la guerra para los mercados, el EuroStoxx rebota un 21,2%, frente al 11,5% que recupera el Stoxx 600 y alcanzan los niveles previos al estallido del conflicto (suman un 11,9% y un 8,9%, respectivamente en 2023). Todo ello se contrapone al 4% que pierde el S&P desde la fecha. En 2023, castigado por los tambores de recesión que cada vez suenan con más fuerza ya solo avanza alrededor de un 4%, frente al casi 9% que llegó a subir.

El americano sale de EEUU
El propio inversor americano ha empezado a dejar de lado a la bolsa estadounidense después de una década en la que se ha comportado mejor gracias en parte al buen comportamiento de la tecnología, y empieza a mirar a otros mercados. Según datos de Morningstar, en enero retiraron 3.700 millones de dólares de los fondos que invierten en renta variable americana, siendo el tercer mes consecutivo de salidas, e invirtieron 7.700 millones de dólares en fondos de bolsa internacional.
Esos 7.700 millones llegan prácticamente después de ocho meses consecutivos en los que los inversores estadounidenses sacaban dinero de estos productos (en julio sí que invirtieron unos 641 millones, pero para encontrar suscripciones netas por un importe similar al de enero hay que remontarse justo a un año atrás; ver gráfico). De hecho, en el conjunto del año pasado, los reembolsos netos en fondos de bolsa internacional alcanzaron los 46.700 millones de dólares. En cambio, en los que invierten en bolsa americana depositaron casi 68.000 millones.
Al peor comportamiento de la bolsa americana frente a otros parqués, como el europeo, se une el hecho de que "las estimaciones de crecimiento de beneficios para este ejercicio en Estados Unidos acaban de pasar a territorio negativo", señalan en Unicorp. Y "las cuatro veces que esto ha ocurrido desde el año 2000 (2001, 2008, 2015 y 2020), el mercado ha sufrido pérdidas considerables", explican.
En la última encuesta a gestores publicada por Bank of America, correspondiente a enero, el 39% de los inversores profesionales de todo el mundo infrapondera ahora en sus carteras a la bolsa americana, que es el mayor porcentaje desde octubre de 2005. En este sondeo ya se vio una clara rotación desde Wall Street hacia la eurozona, que antes estaba infraponderada en las carteras y ahora está sobreponderada para el mayor porcentaje de gestores desde febrero del año pasado. Además de hacia la eurozona, la preferencia de los inversores también es hacia los mercados emergentes.
Una encuesta realizada por elEconomista.es este fin de semana entre analistas refleja también que para el 66% -ocho de los 12 consultados- la bolsa europea ha tomado el relevo a Estados Unidos y se comportará mejor durante la década que acaba de dar comienzo. El resto, se divide entre un 17% (2 analistas) que cree que la bolsa americana volverá a repetir una década mejorando el comportamiento de la europea, y otro 17% que no lo tiene claro y prefiere optar por no aventurarse en esta predicción.