
La Reserva Federal está muy cerca de ejecutar otro movimiento histórico. Grandes problemas (la inflación) requieren grandes soluciones (drásticas subidas de tipos). La Fed no cierra la puerta la mayor subida de tipos de una tacada (100 puntos básicos o un punto porcentual) desde marzo de 1984. Tras el dato de IPC de esta semana (9,1% interanual y 1,3% mensual) se han disparado los rumores. Raphael Bostic, gobernador de la Fed de Atlanta, no ha descartado este movimiento extraordinario, mientras que Christopher Waller ha reconocido que se podría ir más allá de los 75 puntos básicos. Al mismo tiempo, las instituciones financieras revisan al alza sus previsiones sobre los tipos y empiezan a allanar el terreno para los 100 puntos básicos.
Los futuros del mercado monetario han estado en las últimas jornadas apuntando hacia una subida de 100 puntos básicos para julio (otra adicional también de 75 para septiembre). Aunque este modelo sigue dando ligeramente más probabilidades a los 75 puntos básicos, las opciones para el punto porcentual se han multiplicado desde que se publicase el dato de IPC. Los tipos llegarían a la zona del 2,75%. La idea es que los tipos de interés reales alcancen el terreno positivo en algún momento para que la política monetaria sea realmente contractiva.
Hace solo seis meses parecía imposible ver un alza de los tipos de medio punto, y ahora las apuestas ya hablan de un punto completo. El mensaje de la banca central ha dado un giro absoluto y ahora se podría resumir en "haremos todo lo que sea necesario, pero al revés" (tras años hacer todo lo posible por elevar la inflación ahora toca lo contrario), comenta un analista de Generali parafraseando a Mario Draghi en el discurso que salvó a la zona euro.
La era Volcker
Para encontrar un movimiento igual, hay que remontarse a 1984, cuando Paul Volcker (el gran halcón americano) estaba al mando de la Reserva Federal. Aunque la inflación media de aquel año 'solo' superó levemente el 4%, Volcker no quería volver a revivir los duros tiempos de finales de los 70 y principios de los 80, cuando la crisis del petróleo disparó los precios incluso por encima del 14%. Volcker y el FOMC anunciaron una subida de 100 puntos básicos en marzo de 1984, para llevar el precio del dinero hasta el 10,5% (los tipos de interés reales eran muy positivos). Ahora, Jerome Powell podría replicar ese movimiento, una subida de un punto porcentual de una tacada, un movimiento rápido que pretende evitar que el fenómeno inflacionario de hoy siga ganando parecido con el de finales de los 70. Ahora todo parece posible.
Aunque hasta hace nada se veía como una opción casi fuera de la realidad, los conversos han empezado a llegar. Si los mercados de futuros empezaron el miércoles a darle más probabilidades a esta subida, algunos miembros de la Fed no esquivan la cuestión y las principales firmas financieras ya hablan sin pudor de tres cifras de subida en puntos básicos.
"Todo está en juego", aseguró el miércoles Raphael Bostic, después del dato de IPC. Cuando se le preguntó si eso incluía aumentar las tasas en un punto porcentual completo, respondió: "Significaría todo". Este viernes ha querido mostrar cautela, pero sin descartar nada. La presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, señaló en una entrevista al New York Times que tal magnitud es una posibilidad. Asimismo, la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, dijo en Bloomberg que la siguiente subida debería ser, como mínimo, de 75 puntos básicos.
El gobernador Christopher Waller también ha salido a la palestra defendiendo una subida de 75 puntos básicos, pero sin descartar una de 100. Waller ha dicho que respalda una subida de tres cuartos de punto tras el dato de IPC, pero ha abierto la puerta a una subida mayor si así lo predisponen los datos de ventas minoristas y de vivienda pendientes antes de la reunión de la Fed.
El dato de ventas minoristas de junio, conocido este viernes, ha sido mejor de lo esperado, con lo que la teoría de los 100 recibe un espaldarazo. "El sólido informe de hoy de ventas minoristas mantiene a la Fed en un modo agresivo de endurecimiento de la política: el debate en la reunión de julio del FOMC será entre una subida de tipos de 75 ó 100 puntos básicos", respalda Kathy Bostjancic, de Oxford Economics. No obstante, otros datos como la rebaja de las expectativas de inflación de la Universidad de Michigan pueden apuntalar los 75.
Aunque los mercados han interpretado las palabras de Waller más por los 75 que por los 100, el que ha sorprendido en cierto modo ha sido el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard. Pese a ser el halcón por antonomasia del FOMC, este jueves dijo en una entrevista a Nikkei que él prefería una subida de 75 puntos básicos a una de 100 en julio. "Hasta ahora, hemos enmarcado esto principalmente como un 50 contra 75 en esta reunión. Creo que 75 tiene muchas virtudes porque lleva el tipo de referencia a un nivel aproximadamente neutral", señaló. Sus palabras han rebajado un poco el frenesí en los futuros, pero la subida de 100 sigue en el candelero.
Desde las firmas de análisis, Nomura ha sido el primer banco en 'romper la baraja' y pedir 100 puntos básicos para la reunión de julio. El banco japonés fue de los primeros en pedir los 75 puntos básicos el mes pasado y, por cierto, quien anunció una recesión en EEUU para el segundo semestre de este año. Los expertos de Harkster creen que podría repetirse el mismo patrón de junio, cuando parecía que los 75 puntos se habían descartado y una publicación 'caliente' como el IPC de mayo los volvió a poner sobre la mesa.
Los economistas del banco de inversión japonés, siempre rápidos a la hora de incorporar cambios a sus previsiones, ya cuentan con una subida de 100 puntos básicos en su escenario base para la reunión que tendrá lugar el 27 de julio. "El nuevo dato de inflación sugiere que la situación ha empeorado, por lo que esperamos que las miembros de la Fed incrementen el ritmo de las subidas de tipos". Al igual que ven este movimiento como el más probable, no dudan en destacar que "el compromiso de la Fed para reestablecer la estabilidad de precios empujará de forma muy probable a EEUU a la recesión".
"Hay que poner 100 sobre la mesa para julio", sentencia también Andrew Hollenhorst, economista jefe de Citigroup para EEUU. "Todo el mundo debería ser bastante cauteloso al llamar a la inflación pico; hace unos meses se suponía que el pico sería del 8,3%".
El resto de analistas no hace una apuesta tan fuerte, pero ya contemplan sin ninguna duda la posibilidad. "El miércoles por la mañana, el mercado había descontado por primera vez una subida de tipos de 75 puntos básicos de la Fed en julio. En pocas horas, la lectura del IPC estadounidense por encima del consenso y la sorprendente subida de tipos de 100 puntos básicos por parte del Banco de Canadá volvieron a cambiar el panorama. Tras estos dos acontecimientos, los mercados han pasado a considerar seriamente una subida de tipos del 1% por parte de la Fed dentro de dos semanas", señalan los analistas de ING en una nota.
La variable canadiense, vista como una especie de envite al banco central de EEUU, ha 'calentado' la posibilidad de esta subida histórica. "Los inversores han empezado a valorar una subida de 100 puntos básicos, en línea con la decisión del Banco de Canadá el mismo miércoles", señalan desde CaixaBank Research. "Ha aumentado la presión sobre la Reserva Federal para que suba de nuevo el tipo de interés de los fondos federales en 75 puntos básicos en su próxima reunión. En la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto del 27 de julio, parece posible incluso una subida de tipos más agresiva, de 100 puntos básicos", respalda David Kohl, economista jefe en Julius Baer.
"Esto ciertamente consolida los 75 puntos básicos en la reunión de julio y, como es de esperar, hará que se hable de un posible movimiento de 100 puntos básicos", corrobora Garrett Melson, estratega de Natixis Investment Managers Solutions. "Como mínimo, esperamos que el FOMC anuncie otra subida de 75 puntos básicos en julio y septiembre, y contemplamos la probabilidad de una subida de 100 puntos básicos", apunta Tiffany Wilding, estratega de Pimco.
"Para reducir la inflación de forma significativa y rápida, necesitamos que la demanda se adapte mejor a la capacidad de oferta de la economía. Lo ideal sería que esto se produjera a través del canal de la oferta. En primer lugar, la reducción del riesgo geopolítico para bajar los precios de la energía. En segundo lugar, la flexibilización de las cadenas de suministro para mejorar los flujos de insumos y reducir el poder de fijación de precios y, en tercer lugar, una mayor oferta de mano de obra para cubrir las vacantes en EEUU y, de nuevo, quitar un poco más de fuerza a la historia del coste del empleo", comenta James Knightley, economista de ING.
Pero esto no está ocurriendo y puede que no ocurra durante algún tiempo, de ahí que la Fed haya tirado la toalla en cuanto a la noción de que la inflación sería transitoria y ahora tenga que aplicar su propia terapia de choque para frenar el crecimiento desmedido de los precios.