
Era el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona. El de la Expo de Sevilla. En el que vimos circular el primer tren de alta velocidad española. Y en el que el Gobierno de Felipe González ya había comenzado la etapa de privatizaciones de empresas públicas. Fue en 1992, el 14 de enero, cuando el Ibex 35 inició su viaje, preparado dos años antes. Su puesta en marcha comenzó con algunas empresas que ya han desaparecido, con otras que se han transformado en lo que hoy son gracias a fusiones o transformaciones y con unas pocas que sobreviven casi intactas tres décadas después.
En sus 30 primeros años de vida, el Ibex 35 acumula una subida de más del 227%, que se traduce en un 4% anualizado. Lejos quedan los 15.945 puntos a los que llegó en agosto de 2007; debería remontar un 80% para volver a aquellas cifras. Su avance es menor que el 376% que suman el índice global de bolsa europea, el Stoxx 600, que ofrece un 5,3% anualizado o el inalcanzable 1.050% que firma el S&P 500 en Wall Street (un 10,6% anual).
El alza también es algo inferior al 293%, o 4,7% al año, del Cac 40 francés o al 885% del Dax 40 alemán que implica cerca de un 8% anualizado –aunque este último índice incluye dividendos en su cálculo–. Pero la fotografía cambia por completo cuando se compara con los índices de otros mercados de la periferia europea como el italiano Ftse Mib (solo sube un 13% o un 0,50% anualizado desde que hay datos en Bloomberg, a finales de 1997) o el portugués PSI (logra un 88% desde su creación, en diciembre de 1992, equivalente a un 2,2%).
El balance también es muy distinto si un inversor quisiera calcular las ganancias reales acumuladas en algún fondo de bolsa española que replicase al Ibex. El tinte más positivo lo ponen sin duda las retribuciones de las empresas a los accionistas. El índice con dividendos gana un 8% anualizado, lo que lo iguala con el Dax, y se encuentra a solo un 8,5% de sus máximos históricos. Es una cantidad mayor si se compara con la bolsa francesa y sus dividendos, que han dado un 7,6% al año, que el 3% de la italiana o el 5% de la vecina portuguesa.
"El Ibex ha sido un instrumento decisivo en el proceso de modernización, mejora y crecimiento de los mercados y de la industria financiera española. A lo largo de tres décadas han pasado por el índice unas 70 compañías, a la vez que ha servido para crear indicadores de referencia de muchas estrategias de inversión, productos financieros, opciones y futuros que ha dado lugar a una familia que tiene 80 índices. También ha dado visibilidad a España y a las empresas españolas como destino de inversión", resume Domingo García Coto, director del Servicio de Estudios de BME, de estas tres décadas.
La gran época dorada la marcaron los primeros 15 años, cuando logró despuntar como uno de los mejores índices del mundo en una etapa marcada por el proceso de modernización e internacionalización de la bolsa. En los 90 hubo cuatro años en los que subió entre un 35% y un 55%, en un contexto marcado por las privatizaciones y las colocaciones de grandes empresas en mercado en el que la bolsa tuvo un gran protagonismo social y acercó al inversor minoritario al parqué, que hoy representa en torno a un 17%-18%.
El viaje no ha sido fácil. Al menos cuatro grandes crisis se han interpuesto en su camino. El primer gran frenazo vino con el pinchazo de la burbuja tecnológica, de la que consiguió recuperarse hasta que la quiebra de Lehman Brothers sumió al mundo en una profunda crisis. 2008 es el peor año de su historia, con una caída del 39,4%. Cuando aún trataba de regresar a los niveles previos, los mercados cuestionaron la supervivencia del euro durante una crisis de deuda soberana que dividió a la zona euro en dos mitades. España quedó en la mala, en lo que se llamó la periferia europea. La última de las grandes crisis, la que trajo consigo el Covid-19, dejó marcada en la historia del índice español su mayor caída diaria y volvió a hacerle descarrilar.
Entre las actuales componentes siguen empresas que se subieron al índice en su puesta en marcha como Telefónica, Mapfre, Iberdrola o Repsol y que nunca se han bajado. Otras siguen, aunque de forma distinta: Agroman derivó en la actual Ferrovial, Unión Fenosa (actual Naturgy) o Dragados (actual ACS). Entre las cotizadas desaparecidas 30 años después hay ejemplos como el de Aguas de Barcelona (propiedad de Suez), Hidrocantábrico (ahora en EDP), Tabacalera (Imperial Tobacco).
La 'metamorfosis'
En estos 30 años de historia, el indicador también ha sabido adaptarse a los cambios que se han producido en la economía española y así se ha visto reflejado en el peso de los sectores que conforman el selectivo se han equilibrado. Prueba de ello es que un valor como Telefónica, que inauguró el Ibex en 1992 con una ponderación del 13,66%, llegó a representar un 24% (aunque en 2014 la Sociedad de Bolsas limitaría el peso en el Ibex a un máximo del 20%) y en la actualidad pesa un 4,78% frente al 13,25% de Iberdrola (que hace 30 años ponderaba un 6,93%).
"De los 30 años de creación del Ibex destacaría que es un índice vivo, donde se van incorporando cada vez más empresas de diferentes sectores. Aunque siga dominado principalmente por bancos y eléctricas. También destacaría la pérdida del dominio de Telefónica", señala Javier Niederleytner, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros del IEB.
Niederleytner, IEB: "De los 30 años de creación del Ibex destacaría que es un índice vivo, donde se van incorporando cada vez más empresas de diferentes sectores"
Para Victoria Torre, responsable de oferta digital de Singular Bank, "la concentración de los últimos años del sector constructor y bancario confería a nuestro selectivo un sesgo, quedando especialmente expuesto a los vaivenes del ciclo económico. Siempre se ha destacado la escasa representatividad en el Ibex de algunos sectores de la economía (salud, industria…), por lo que no siempre su evolución ha sido fiel reflejo del momento económico que podía estar atravesando nuestro país", afirma.
A día de hoy, mientras que la banca y los servicios financieros sigue siendo la industria que más pondera, aunque ha visto reducir su peso en 9 puntos, la tecnología y las telecomunicaciones han aumentado su ponderación en 4 puntos y están cerca del 20% y la energía se ha mantenido aunque se ha abierto la puerta a las renovables.
Por su parte, bienes y servicios de consumo han aumentado 14 puntos hasta el 19%. En este último grupo se encuentran las farmacéuticas, con Laboratorios Rovi (la última firma en incorporarse al índice, en diciembre), Pharma Mar y Almirall. Todas ellas han entrado en los últimos dos años, junto a Fluidra y Solaria.
"Obviamente, con 35 valores es complicado encontrar la diversificación que consiguen otros índices como el S&P 500, que tiene representación de todos los sectores de la economía. De ahí que suela asumirse que es más complicado batir un índice como el S&P 500, mientras que si se toma como referencia un índice como el Ibex 35, la gestión activa puede ofrecer desviaciones importantes si comparamos frente al índice de referencia", añade Torre.
Torre, Singular Bank: "No siempre su evolución ha sido fiel reflejo del momento económico que podía estar atravesando nuestro país"
Pero, ¿dónde está ahora el atractivo del Ibex? Por un lado, puede ser una ventaja haberse quedado rezagado frente a otros índices en 2021 y para Niederleytner, aunque carecemos de muchas firmas tecnológicas, "el principal atractivo es que tiene empresas muy robustas como pueden ser Inditex o Iberdrola (referentes mundiales) o la presencia cada vez mayor de un sector de futuro como es el de las energías renovables".
Y "está claro que la política de retribución al accionista en el mercado español es uno de los grandes alicientes de la inversión en nuestro selectivo, hay muchos valores con una rentabilidad por dividendo realmente atractiva y sostenible", valora Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4.
Fiex 35 y Meff 30: Los índices predecesores
Sociedad de Bolsas adquirió en 1991 dos índices que ya existían, Fiex 35 y Meff 30 (anteriormente Mofex) y decidió seguir con la serie del Fiex 35, con un valor base de referencia de 3.000 puntos a 31 de diciembre de 1989. Tras rebautizarlo como Ibex 35, comenzó a difundirlo como propio el 14 de enero de 1992.
Telefónica y Repsol: los pesos pesados en 1992
La teleco, la petrolera y Empresa Nacional de Electricidad (predecesora de Endesa) eran los valores que más ponderaban, con un 13,66%, un 9,68% y un 9,17%, respectivamente. A día de hoy los tres pesos pesados son Iberdrola (13,25%), Banco Santander (11,32%) e Inditex (10,92%).
En la liquidez está la clave
El Ibex fue concebido como un índice subyacente de productos derivados, por eso la selección se realiza en base a criterios de liquidez y no de capitalización. Los valores ponderan en base a su capital flotante, que es el que genera liquidez y facilita la gestión y que sea fácilmente replicable.
Ibex 34 y 36. No siempre han sido 35
Hay momentos puntuales en los que temporalmente el índice solo ha tenido 34 valores y ha llegado a 36. Esto último ocurrió con las escisiones de Línea Directa y Dominion y durante más tiempo al entrar Dia en 2011. Con un valor menos ha cotizado tras la salidas de valores como Banco Popular o Jazztel.