El 20 de septiembre el Dax, la principal referencia de la bolsa de Fráncfort, crecerá de 30 a 40 valores. Es la primera gran revisión que acomete el índice desde su creación en 1988 con el objetivo de aumentar su calidad y ser más representativo de la economía alemana. Con las nuevas incorporaciones, el selectivo mantendrá su carácter cíclico a la vez que aumenta su exposición ligeramente a valores defensivos y de crecimiento. Con esta desconcentración, el indicador germano se unirá al Cac francés y al Footsie italiano, que también cuentan con 40 miembros, y reabre un debate recurrente sobre qué pasaría si el Ibex ampliara su composición para estar a la par que sus pares europeos.
Unas limitaciones que se están viendo reflejadas en las rentabilidades que están ofreciendo las bolsas en 2021, con el español sumando un 8,7% frente al 16,6% del Ftse Mib o el casi 20% del Cac.
¿Sería un selectivo más competitivo? La mayoría de analistas y gestores encuestados por elEconomista opina que sí. De las 10 casas de análisis consultadas, nueve expertos piensan que el indicador nacional sería un mejor índice. "Un índice más grande debería suponer algo de diversificación al mismo", señala Gonzalo Sánchez, director de inversiones de Gesconsult. Además, como le ha ocurrido al Dax, "un índice con 40 valores permitiría diversificarlo mejor y no tener tanto peso de compañías cíclicas", apostilla Sergio Ávila, de IG.
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Los expertos también aluden a la necesidad de aumentar el número de valores por el sesgo claro hacia bancos y utilities. "Esa no nos parece una diversificación adecuada para un índice nacional", señala José María Díaz Vallejo, cogestor de Rentamarkets.
Por el contrario, solo una casa, Imantia, defiende que "ampliar la composición del Ibex no tiene porqué mejorar per se al índice", destaca su gestor Jaime Espejos.
El volumen, un escollo
Pero dejando la teoría a un lado, estos expertos son conscientes de que "debido al tamaño de las cotizadas españolas, no tendría una gran repercusión en la composición final", admite Jorge Lage, analista de CM Capital Markets. La razón es que "a nivel práctico, las nuevas incorporaciones tendrían un peso muy pequeño", lamenta Susana Felpeto, de atl Capital.
A diferencia del Dax, donde la elección ya no estará influida solamente por el volumen de negociación, sino sobre todo por la capitalización, no es solo una cuestión de tamaño.
"Con el sistema de ponderación del Ibex 35, por capitalización y free float, los cambios en el número de títulos no corrigen estos problemas", admite Gonzalo Lardiés, gestor de fondos de Andbank.
El comité que revisa el Ibex busca agrupar a los valores con más liquidez, con un mayor volumen de negociación. Pero también tienen en cuenta que tengan una capitalización mínima, con la salvedad que solo se tienen en cuenta los títulos que circulan libremente en bolsa y no están en manos de accionistas a través de grandes paquetes. Así, las cinco firmas mejor posicionadas para incorporarse a un hipotético Ibex 40 serían Rovi, Logista, Catalana Occidente o Ebro Foods, junto a Sacyr o Mediaset, que con una ponderación del 0,28% y del 0,29%, respectivamente, rozan el 0,30% mínimo exigido.
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También tendrían opciones otros valores. "Por capitalización bursátil a día de hoy entrarían compañías como Ebro Foods, lo que ampliaría el universo de compañías alimentarias; o el industrial con Zardoya y Vidrala, dando lugar a valores defensivos y de crecimiento", afirma Jaime Tassara, de Tradition.
Para Juan José Fernández-Figares, de Link Securities, "el verdadero problema es que el número de cotizadas es muy reducido y hay muchos sectores, importantes para la economía española poco representados". En este sentido, "hay grandes compañías en España (Mercadona, El Corte Inglés, etc.), pero no cotizan en bolsa", recuerda José Luis Herrera, analista de BiG.