Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha asegurado que aún es demasiado pronto para discutir si hay que poner fin o no al programa de compras contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés). Además, la banquera ha explicado que se analizarán los datos económicos para calibrar el ritmo de compras mensuales de bonos, que se han acelerado desde la reunión de marzo. Durante las últimas semanas algunos halcones del BCE han manifestado la intención de limitar la flexibilidad de este instrumento.
Durante la ronda de preguntas, los periodistas han preguntado a Lagarde sobre el fin de las compras de emergencia de deuda, conocido por PEEP por sus siglas en inglés. La presidente ha sentenciado que el Consejo de Gobierno no ha discutido la retirada del programa. Y sobre el ritmo de compra ha dicho que dependerá de los datos, "por encima del calendario". La economía estará por encima de las propias fechas impuestas por el BCE.
Uno de los pesos pesados en el Consejo de Gobierno, François Villeroy, gobernador del Banco de Francia, dejó caer recientemente que se podría acabar con el PEPP justo en su fecha de caducidad, que está prevista para marzo de 2022. Lagarde ha dejado zanjado que está por ver porque aún es "muy pronto" para valorar el final del principal programa de compra de bonos en activo. El PEPP tiene un tamaño de 1,85 billones de euros, de los que se han usado algo más de un billón.
No obstante, si la economía empieza a rebotar, la inflación sigue subiendo y las vacunas hacen su trabajo, los rumores y los nervios volverán a aparecer, dejando a Lagarde en una posición comprometida para la reunión de junio. Otros halcones también dan por hecho que a partir de junio se comenzarán a reducir el volumen de compras dentro del PEPP, que ha servido para tranquilizar al mercado y ha evitado un endurecimiento del crédito.
El Banco de Canadá ya anunció esta semana una reducción en sus compras de bonos, dando el pistoletazo de salida entre los países desarrollados. Pese a todo, Lagarde ha querido dejar claro que la zona euro tiene su propia hoja de ruta y que probablemente no podrá seguir el ritmo del ciclo monetario de la Fed o del Banco de Canadá.
Los expertos ya sitúan la reunión de junio como la más importante en los próximos meses y en la que puede haber un punto de inflexión en la política monetaria del BCE.
El PIB comenzará a crecer pronto
Para esa fecha, los nubarrones, de los que habla Lagarde, sobre la economía ya se debería haber despejado. Ha comentado que las perspectivas sobre la economía son un tanto oscuras en el muy corto plazo, pero que se ve la luz a final del túnel. La banquera francesa sigue confiando en un firme rebote de la actividad a lo largo de 2021, que dará comienzo en algún momento de este segundo trimestre: "El sector servicios ha tocado suelo". Esto es clave porque los servicios suponen el 70% o más de la economía de la zona euro.
La presidenta del BCE ha explicado que "el PIB real de la zona del euro se redujo un 0,7% en el cuarto trimestre de 2020 hasta situarse un 4,9% por debajo de su nivel prepandémico del año anterior. Los datos económicos recibidos, las encuestas y los indicadores de alta frecuencia sugieren que la actividad económica puede haberse contraído nuevamente en el primer trimestre de este año, pero apuntan a una reanudación del crecimiento en el segundo trimestre".
Además, la banquera (abogada de formación) ha admitido que la economía se contrajo probablemente durante el primer trimestre de este año, todavía no se han publicado cifras oficiales. Los confinamientos y las medidas de restricción en países como Alemania y Francia han pesado sobre la actividad económica de la zona euro en su conjunto.
No obstante, de cara al futuro, los avances en las campañas de vacunación, que deberían permitir una relajación gradual de las medidas de contención, deberían allanar el camino para una recuperación firme de la actividad económica en el transcurso de 2021, según ha revelando Lagarde durante la rueda de prensa.
"A medio plazo se espera la recuperación de la economía de la zona del euro impulsada por una reactivación de la demanda interna y mundial, respaldada por condiciones favorables de financiamiento y estímulo fiscal", ha destacado.
Por otro lado, Lagarde ha vuelto a insistir en que la inflación está subiendo con intensidad por factores únicos y temporales, mientras que la inflación subyacente (no pondera alimentos frescos ni energía) sigue siendo moderada.
En la parte técnica, el Banco Central Europeo ha mantenido los tipos de interés sin cambios en el mínimo histórico del 0% para el principal, el -0,5% en la tasa de depósito (penalización al exceso de reservas de la banca) y el 0,25% en el tipo marginal de crédito. Además, el comunicado ha incidido en que el ritmo de las compras de bonos seguirá siendo significativamente más elevado que a comienzos de año.
De este modo, el BCE ha mantenido el guion previsto. Las actas del cónclave revelaron que el Consejo de Gobierno se mostró muy sombrío admitiendo la posibilidad de que la recuperación se podría retrasar hasta avanzado el verano. Ahora parece que podría empezar algún mes antes, según ha dejado entrever la banquera francesa.