El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que incrementará el ritmo de las compras de bonos durante este trimestre a través de su programa contra la pandemia (PEPP). Este aumento del ritmo de compras no supone un incremento del tamaño del programa (seguirá siendo de 1,85 billones de euros), solo quiere decir que se usará una mayor 'munición' del arsenal en las próximas semanas para poner coto al alza de los rendimientos de la deuda.
De este modo, el banco central busca poner fin a la subida de los intereses en los bonos que amenaza con ahogar la incipiente recuperación económica en la zona euro. La reacción en los mercados a la decisión del BCE ha sido instantánea con una caída pronunciada de los intereses en el mercado secundario de deuda soberana.
Además, para dotar de un mayor énfasis e impacto al mensaje, el BCE ha cambiado la estructura de su comunicado por primera vez en mucho tiempo. La primera parte del texto se ha dedicado al PEPP y al aumento previsible de las compras de bonos, mientras que la decisión sobre los tipos de interés (siempre había ocupado la primera posición) ha quedado relevada al sexto párrafo del escrito.
"Ha sido un BCE más dovish (expansivo o acomodaticio) de lo esperado, pero la palabra "evitar" un endurecimiento de las condiciones de financiación también significa que el BCE no presionará los tipos a la baja, pero claramente será un respaldo", asegura Piet Christiansen, analista de Danske Bank. Lagarde ha reconocido posteriormente en rueda de prensa que el alza de los tipos del mercado pueden llegar a suponer una amenaza.
El BCE pasa a la acción
De este modo, el BCE da señales de vida y lo hace con claridad tras decepcionar en las dos últimas compras de bonos semanales (adquirió menos deuda de la que se esperaba) en plena alza de los intereses.
El banco central ha comunicado que "sobre la base de una evaluación conjunta de las condiciones de financiación y de las perspectivas de inflación, el Consejo de Gobierno espera que el ritmo de las compras en el marco del PEPP durante el próximo trimestre sea significativamente más elevado que en los primeros meses de este año".
Durante la primera parte de 2021, las compras semanales de bonos han estado entre los 15.000 y los 20.000 millones de euros, pero en las dos últimas semanas el ritmo se había reducido de forma sorprendente.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante la rueda de prensa no ha desvelado el nuevo ritmo de compras pero queda la incógnita de a cuánto ascenderán, pero la agencia Reuters ha filtrado que se situará "muy por encima" de los 60.000 millones que realizó en febrero, pero por debajo de los 100.000 millones.
Los 100.000 millones supone la cifra mágica y donde no estaría dispuesto a llegar el BCE en primer término. Para poner en contexto la horquilla, que ofrece la agencia británica, durante los meses de abril, mayo y junio del año pasado, en el momento que tocó fondo la economía, el banco central engulló más de 100.000 millones en deuda europea. Un dato más, en el anterior programa de compra de deuda, el PSPP que todavía está vigor pero el BCE no utiliza, adquirió en el mercado 20.000 millones mensuales, la última vez que se utilizó.
Entre los primeros párrafos del comunicado, el Consejo de Gobierno ha insistido en que también tiene la intención de seguir reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores adquiridos en el marco del programa convencional de compra de bonos (APP) que vayan venciendo hasta que, al menos, el BCE empiece a subir los tipos de forma oficial. También hará lo propio con los activos que vayan venciendo del PEPP, pero solo hasta finales de 2023, a no ser que sea necesario ampliar estas reinversiones.
Durante la rueda de prensa, Christine Lagarde ha insistido enérgicamente en el nuevo mantra del BCE, es decir, el enfoque "holístico y multifacético" para evaluar las condiciones financieras. Poco a poco, el mensaje del banco central va cambiando de forma según los requerimientos de la economía.
El BCE necesita mantener unas condiciones de financiación favorables para apuntalar la recuperación a medida que la vacunación avanza. Algunos miembros del Consejo Ejecutivo del banco central ya habían mostrado ciertas preocupaciones por el alza de los tipos, como es el caso del italiano Fabio Panetta, que pidió abiertamente una mayor intervención para devolver a los tipos a su sitio. Este jueves se han hecho realidad las peticiones de Panetta.
El BCE ha hecho hincapié, sobre todo, en el compromiso de mantener unas condiciones de financiación favorables y que, si es necesario, recurrirá a las compras de activos en el marco del programa de compras de emergencia (PEPP), en consonancia con su esquema de control flexible de la curva de rendimiento (LYCC), para respaldar las palabras con acciones. "El BCE no mira a una parte de la curva, mira toda la curva de tipos", ha señalado Lagarde.
A modo de resumen, el BCE seguirá apoyando la economía con tipos de interés muy bajos y los programas de compra de bonos flexibles. Los bajos tipos de interés son un factor positivo para el crecimiento económico de 2021, ya que favorecen el consumo, un motor esencial en la recuperación económica. Por esa razón es muy poco probable que la autoridad monetaria europea reduzca el programa de compra de bonos en el medio plazo.