
La retórica del BCE pierde el efecto tranquilizador sobre el mercado de bonos. En los últimos días varios miembros del banco central han declarado que si es necesario habría intervención en la deuda para evitar que el aumento de los intereses reales ponga en riesgo la recuperación económica. Pero hoy los intereses vuelven a repuntar ante la falta de correspondencia de las palabras con los hechos. El BCE y también la Fed de EEUU se debaten entre seguir el camino de Australia (pasar a la acción y comprar más bonos) para evitar sustos en el mercado de deuda o darle otra oportunidad a la retórica.
Lo que está claro es que el mercado de deuda va a seguir muy activo, al menos por el lado de la emisión. Bruselas quiere mantener el Pacto de Estabilidad y Crecimiento suspendido durante un tiempo más. Esto se traduce en que los gobiernos podrán endeudarse con mayor libertad para estimular la recuperación, un movimiento que también tiene su 'cruz': el incremento de la deuda pública. Las emisiones de bonos por parte de los gobiernos serán fuertes, al igual que lo han sido durante 2020.
Mayores expectativas de inflación
Ante unas expectativas de mayor inflación, los inversores pueden pedir una remuneración mayor a los gobiernos (lo que se ha estado viendo estos días con el alza de los intereses de la deuda). Si el BCE quiere evitar una subida de los rendimientos deberá pasar a la acción antes o después.
La lógica es clara y se puede extrapolar a otras regiones como EEUU: "Si los gobiernos venden más papel, pero los bancos centrales compran menos, los precios podrían bajar (las rentabilidades repuntan)", apunta Chris Iggo, Director de inversiones y responsable de renta fija de AXA Investment Managers.
Las intervenciones verbales se olvidan
Las palabras del BCE funcionaron en un primer momento, pero se han ido disipando. El rendimiento del bono alemán, que comenzó el día a la baja, vuelve a retomar las subidas y se sitúa en el -0,28% frente al -0,34% de ayer. El bono de EEUU ha llegado a tocar el 1,48%, siete puntos básicos respecto al cierre de ayer.
Las intervenciones verbales no se correspondieron con los hechos. Este martes, el BCE publico su estado financiero consolidado, donde se desagregan las compras de bonos por programas, junto a las amortizaciones por vencimientos. El BCE compró 11.900 millones de euros en bonos durante la semana, una cantidad que ha sorprendido por su escaso tamaño. En semanas anteriores el ritmo de compras estuvo de media por encima de los 15.000 millones de euros.
"Los bancos centrales se están sintiendo incómodos con los recientes movimientos de los rendimientos globale. Por ejemplo, muchos miembros destacados del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ya están sugiriendo que el BCE podría aumentar el tamaño de su compra de activos para detener el endurecimiento de las condiciones financieras", aseguran desde BCA Resarch en una nota.
Estos expertos creen que "la amenaza del BCE es creíble. Sus compras ya se han desviado significativamente de sus calves de capital, lo que demuestra la voluntad de Frankfurt de actuar donde se necesita cuando se necesita".
Por otro lado, el BCE, probablemente, se mostrará reacio a ejercer demasiada presión sobre el extremo largo de la curva para no debilitar más al ya frágil sistema bancario europeo, que está dando la bienvenida a una curva de rendimientos más pronunciada como muestran las subidas en bolsa.
"Por lo tanto, esperamos que las compras adicionales del BCE se concentraran en los vencimientos de dos a tres años, como la estrategia del Banco de la Reserva de Australia (RBA por sus siglas en inglés)", explican estos expertos.
El BCE vigila los rendimientos
La semana pasada fue Isabel Schnabel el primer miembro del BCE en reconocer públicamente que el alza de los tipos de interés podría poner en peligro la recuperación económica. Según la agencia estadounidense, desde dentro del banco central no hay sensación de pánico.
Un funcionario señaló que los rendimientos cayeron el lunes después de que algunos responsables de formular las políticas dijeron que el BCE reaccionaría contra aumentos injustificados. Hoy los bonos vuelven a repuntar ante la falta de coherencia de las palabras del BCE con sus actos. La semana pasada el ritmo de compra del PEPP, el programa de compra de bonos de emergencia, se redujo. Las compras brutas (sin contar las recompras por vencimientos) totalizaron 16.900 millones de euros, la menor cantidad en cuatro semanas y en pleno repunte de los intereses.
Fabio Panetta, miembro del Consejo de Gobierno, dijo ayer que el aumento de los rendimientos "no es bienvenido y hay que afrontarlo". También señaló que "no es demasiado tarde" para actuar. Por su parte, Francois Villeroy de Galhau, ya defendió que "puede y debe reaccionar" ante cualquier movimiento injustificado que amenace la recuperación. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, abrió la puerta a rebajar los tipos de interés para evitar una subida indeseada de los tipos reales.