Economía

Bruselas quiere mantener el Pacto de Estabilidad suspendido en 2022

  • Gentiloni: "Debemos asegurarnos de que no repetimos los errores de hace una década"
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Hace un año que Europa se dio de bruces con el covid-19. Pronto llegaron las hospitalizaciones, las restricciones, el parón económico y la cascada de medidas excepcionales. Una de ellas fue la suspensión sin precedentes del Pacto de Estabilidad y Crecimiento el pasado marzo. La Comisión Europea dejó sin aplicar las normas que controlan el déficit y la deuda de los Estados miembros para que tuvieran las manos libres para gastar, y así mantener sus economías a flote.

Tal y como adelantó elEconomista, este miércoles la Comisión ha indicado que será necesario mantener suspendido el Pacto de Estabilidad y Crecimiento también en 2022.

"Un año después, la batalla contra el covid-19 aún no está ganada y debemos asegurarnos de que no repetimos los errores de hace una década al retirar el apoyo demasiado pronto. Para 2022, está claro que el apoyo fiscal seguirá siendo necesario: es mejor equivocarse y hacer demasiado en lugar de muy poco", dijo el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.

Durante la pasada crisis, el paradigma de la austeridad que coreaban en Berlín, Bruselas y Fráncfort empujó a que se retiraran los estímulos demasiado pronto. El resultado fue una nueva recesión en Europa en 2012.

La Comisión esperará a mayo para confirmar la decisión sobre mantener activada la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad, para así dejarlo en suspenso. Quiere tener en la mano las previsiones económicas de primavera para contar con una idea más clara del horizonte económico. Sin embargo, necesita mandar ya una señal a los 27 Gobiernos, porque están preparando sus planes nacionales de estabilidad y convergencia (el cuadro fiscal para los próximos tres años), y que tienen que enviar en abril.

Por eso, publicó este miércoles una comunicación en la que indica que la actividad económica en la UE o en la zona euro en relación con los niveles previos a la pandemia (finales de 2019) será el "criterio cuantitativo clave" para determinar si se mantienen las reglas fiscales de la UE suspendidas. "Por lo tanto, las indicaciones preliminares actuales sugerirían continuar aplicando la cláusula general de escape en 2022, y desactivarla en 2023".

Las últimas previsiones económicas comunitarias del pasado mes indicaron que la UE no recuperaría sus niveles previos a la crisis hasta mediados del próximo año. Pero la Comisión, tal y como también recomienda el FMI, prefiere pasarse abriendo la mano que quedarse corta y estrangular la recuperación. "Nuestro mensaje claro es que el apoyo fiscal debería continuar tanto como sea necesario", remató el vicepresidente ejecutivo de la Comisión al cargo de Economía, Valdis Dombrovskis.

Eso sí, el Ejecutivo comunitario añade dos coordinadas para guiar la política fiscal de los Estados miembros los próximos meses de recuperación.

Tal y como lleva repitiendo durante las últimas semanas, pide a las capitales que las nuevas medidas de apoyo que pongan en marcha sean "oportunas, temporales y orientadas". Es decir, que los Gobiernos canalicen con cabeza sus recursos hacia las empresas viables de los sectores más golpeados por la crisis, para evitar que la deuda se dispare más de lo necesario, sobre todo en países vulnerables como Italia o España.

Al mismo tiempo, Bruselas adelanta que la senda fiscal que recibirán los países una vez se vaya normalizando el panorama económico se ajustará a la situación de cada país, primando la flexibilidad para asegurar que el barroco marco de reglas fiscales no se vuelve una losa cuando se reactive para aquellos que les cueste más tiempo recuperar los niveles previos a la crisis.

El impacto de los fondos de la UE

La Comisión también tendrá en cuenta el impacto positivo de los fondos de recuperación que empezarán a recibir los socios en la segunda mitad de este año.

El Ejecutivo comunitario pide a los Gobiernos que utilicen "la ventana de oportunidad única" que representan los 672.500 millones de euros del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia. Aproximadamente la mitad del mecanismo serán ayudas no reembolsables, por lo que supondrá un estímulo para las economías nacionales sin abultar su deuda nacional. Además, les ayudará a mejorar su competitividad al transformar sus modelos productivos.

La suspensión del Pacto de Estabilidad ha coincidido con el proceso de reforma que lanzó la Comisión el pasado febrero del propio marco fiscal. Presentará una propuesta después del verano, según informan fuentes comunitarias. El objetivo es simplificar el Pacto, que favorezca la

inversión productiva, sobre todo en épocas de crisis, y reflejar mejor el nuevo escenario económico, con elevados niveles de endeudamiento y tipos de interés reducidos. El Consejo Fiscal Europeo propuso eliminar el límite del déficit del 3% del PIB, e introducir una regla de gasto más sencilla. También propuso sendas para controlar la deuda nacional más ajustadas a cada Estado miembro, en lugar de la meta del 60% y las reglas de ajuste rígidas que lo acompañan.

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