
Christine Lagarde, la presidenta del BCE, confirmó en la reunión del BCE que la zona euro no escaparía de la recesión técnica en el primer trimestre del año, pero el Consejo de Gobierno de la institución todavía fueron más pesimistas según desvelan las actas del banco central. Los miembros subrayaron la incertidumbre que rodea a las perspectivas de crecimiento a corto plazo. "El crecimiento del PIB en el primer trimestre podría ser más débil de lo previsto en las proyecciones", publicadas tras la reunión de marzo, reza el documento.
El BCE planteó un escenario de incertidumbre para la zona euro en este 2021, aunque contemplando una fuerte recuperación para la segunda parte del año, en la última reunión. Pero las actas revelan que muchos de los banqueros del Consejo del Gobierno todavía son más pesimistas y no confían en un repunte económico mientras siga dando coletazos la pandemia.
Varios miembros plantearon preguntas sobre "si era realista suponer que las medidas de contención para contener la pandemia se reducirían ya en el segundo trimestre". Y llegaron a afirmar que la debilidad económica más allá del comienzo del verano.
Las previsiones oficiales del BCE contemplan una nueva caída en recesión técnica en el primer trimestre del año, para salir con debilidad en el segundo trimestre y que llegue el repunte durante el verano para terminar subiendo un 4% anual.
Aunque finalmente hubo consenso entorno a las previsiones presentados por los técnicos del BCE, hubo alguna objeción. La evolución económica "sigue dependiendo de la evolución de la pandemia y, si bien la incertidumbre había disminuido, seguía siendo alta", destaca el documento. Los miembros hicieron referencia a la lentitud de la vacunación en comparación con otras partes del mundo.
También se expresó cierta preocupación por el hecho de que "la verdadera situación de las empresas y familias solo se haría evidente una vez que se eliminaran los planes de apoyo y garantía de los distintos gobierno en respuesta a la pandemia".
El BCE se pone especialmente sombrío con la perspectiva de que sin las ayudas se derrumbe el castillo de naipes de la economía real y termine afectando a los bancos. "Esto se relaciona, en particular, con el riesgo de insolvencia y su impacto en los balances bancarios". Las actas apuntan a que afectaría a las perspectivas económicas a medio plazo y será desigual entre los sectores económicos, ya que el sector servicios está sufriendo más que el sector manufacturero.
La mayoría de casas de análisis y expertos esperan, que una vez que desaparezca la pandemia y restricciones, se produzca una explosión del consumo gracias a todo el ahorro acumulado en el último año. Será una de las claves de la recuperación, "se desatara la demanda reprimida una vez que se flexibilizaran las medidas de contención", dicen en las actas. Sin embargo, los economistas del BCE advierten de que no se produciría una reversión sustancial del exceso de ahorro acumulado durante el período.
Pese a esta advertencia, los miembros del Consejo señalaron que "esta suposición podría ser demasiado conservadora", aunque reconocen que hay riesgos al alza si el ahorro se ha producido por motivo de precaución, pero confían que la gran cantidad de ahorro acumulado simplemente refleja una falta de oportunidades de gasto.
Reunión marcada por los bonos
El anuncio más importante fue el anuncio de aumentar el ritmo de compra de bonos dentro del programa de emergencia PEPP. Las actas reflejan lo acordado con estas medidas. El economista jefe de la institución Philip Lane propuso un aumento significativamente más alto durante los próximos tres meses. Fue respaldado por el resto del Consejo para evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación tras el repunte de los tipos de interés en el mercado secundario de deuda.
En general, la sensación que dejan las actas es de tranquilidad por parte de los miembros del Consejo de Gobierno, que no están preocupados por el reciente aumento de las rentabilidades de la deuda. "El incremento ha tenido lugar desde niveles muy bajos, y otros indicadores de condiciones financieras, como los préstamos a empresas y hogares, además de los diferenciales de crédito, siguen siendo muy acomodaticios", reza el documento.
"El incremento en los tipos libres de riesgo y en las rentabilidades de los bonos soberanos debe ser pronunciado y persistente para tener un impacto reseñable en las condiciones financieras", consideran, algo que les llevó a tomar la decisión de calibrar cada semana las compras de bonos que se llevarán a cabo, al menos durante este trimestre.
"El incremento en las rentabilidades de los bonos debe ser pronunciado y persistente para tener un impacto reseñable en las condiciones financieras"
"La cantidad de dinero que se gastará se decide en el trimestre anterior y para el tercer trimestre, lo haremos al final del segundo trimestre, y con suerte, para ese momento, habrá una posibilidad de reducir nuevamente las compras", ha explicado hoy Robert Holzmann, gobernador del Banco de Austria y miembro del Consejo.
En estas semanas, solo en una el BCE ha superado los 20.000 millones semanales, la cifra de consenso que anticipan los analistas de media para alcanzar los 80.000 millones de euros mensuales y meter en cintura al mercado. De hecho en la última semana, la institución llevó acabo compras de deuda pública por importe de 10.646 millones de euros. Fue un período marcado por los festivos, aunque el BCE también ha advertido que las cifras netas de compras en las primeras semanas se verían afectadas por los vencimientos.