El Banco Central Europeo (BCE) celebra este jueves una nueva reunión de política monetaria de la que no se espera prácticamente nada. Los ojos del mercado estarán puestos en las declaraciones de Christine Lagarde, presidenta del BCE, buscando la mínima pista sobre futuro de los estímulos en la zona euro. Este cónclave, que se prevé tranquilo, podría ser el último antes de que dé inicio una nueva disputa en el seno del banco central. La recuperación económica y la inflación (buenas noticias para la economía) pueden convertirse en un nuevo objeto de disputa entre los halcones y las palomas del banco central.
Puede resultar paradójico, pero buena parte de los enfrentamientos en el Consejo de Gobierno del BCE en los últimos años se han producido cuando la economía y la inflación ganaban impulso. Cuando la recesión económica o la deflación amenazan a la zona euro, el BCE actúa casi sin fisuras y con contundencia (al menos desde el mítico whatever it takes de Mario Draghi).
El problema y las discusiones llegan cuando se acerca el momento de retirar la 'respiración asistida' a la economía. Mientras que unos quieren quitarla cuanto antes (halcones), otros siempre encuentran 'excusas' para mantener las compras de bonos y los tipos en territorio negativo (palomas).
Los economistas de de Bank of America Merrill Lynch (BofAML) creen que esta será la última reunión tranquila del BCE: "La reunión del BCE de esta semana podría ser la calma antes de la tormenta. Las perspectivas y el balance de riesgos apenas han cambiado, el BCE ha cumplido su promesa comprar más bonos. Es hora de reiterar los mensajes. Pero volvemos al tema anterior: esperamos que el BCE no proporcione ninguna orientación adicional para los meses venideros, dejando espacio y tiempo para los nervios del mercado antes de la reunión de junio". Algunos banqueros europeos ya han empezado a hablar del fin del PEPP.
Inflación y crecimiento
La inflación, aunque sea por factores temporales, va a seguir subiendo en los próximos meses. En Alemania, el IPC armonizado ya ha alcanzado el 2%, una cifra que 'pone nervioso' al Bundesbank alemán. Por otro lado, este auge de la inflación coincidirá con la esperada recuperación económica, que generará optimismo y permitirá a los halcones reforzar su argumento para retirar los estímulos cuanto antes, incluso si las rentabilidades de los bonos suben más rápido como consecuencia de un mayor crecimiento e inflación esperados.
"Aunque el BCE se ha mostrado más activo para hacer retroceder el aumento de los rendimientos a largo plazo y el endurecimiento de las condiciones financieras, creemos que estarán más abiertos a estas subidas si coinciden con datos económicos más sólidos", añade Mohammed Kazmi, macroestratega y gestor de carteras de renta fija de UBP.
El banco central anunció en marzo un incremento en el ritmo de las compras mensuales de bonos bajo el programa contra la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés). El BCE está adquiriendo cerca de 19.000 millones de euros en bonos todas las semanas en un intento por topar el auge de las rentabilidades de la deuda. Desde que comenzó 2021, los intereses de la deuda han subido con intensidad, en parte impulsados por la onda expansiva de crecimiento e inflación que se prevé en EEUU. Estos intereses más altos en Europa podrían entorpecer la recuperación, lo que no quita que si economía comienza a crecer con fuerza en la zona euro haya que tolerar unos intereses más altos.
El debate en el seno del BCE terminará llegando
Desde el banco japonés Nomura no esperan ningún cambio de política en la reunión del BCE, pero reconocen que las decisiones más controvertidas están por llegar: "La reunión de junio sigue siendo el próximo evento clave para el BCE, es cuando el banco central deberá decidir si mantener las compras de PEPP en los niveles actuales (es decir, más altos) o comenzar a reducirlas. Teniendo en cuenta nuestras previsiones de inflación y teniendo en cuenta las condiciones de financiación actuales, creemos que el BCE probablemente tendrá que seguir comprando en el marco de su programa PEPP a tipos semanales similares a los actuales al menos hasta septiembre de 2021".
El BCE tiene margen todavía porque solo ha gastado poco más de un billón de los 1,85 billones que tiene el paquete total del PEPP. Sin embargo, Lagarde se ha comprometido en varias ocasiones a usar solo la parte que sea necesaria, de modo que dejando una parte del PEPP sin gastar (compras netas) lograría apaciguar temporalmente al ala de los halcones. Pero todo dependerá de cómo se comporte la economía y la inflación.
"Si el Next Generation (programa de recuperación europeo) se pone en marcha a tiempo y las economías vuelven a abrir, los comentarios sobre la reducción del PEPP aumentarán, los mercados se pondrán nerviosos y probablemente tratarán de encontrar dónde está el consenso en el BCE cuando se habla de mayores rendimientos", aseguran desde BofAML. Cuando dé comienzo la recuperación de forma sostenida, el BCE verá con buenos ojos un leve auge de los intereses de la deuda, pues será el reflejo de la mejoría de la economía. Pero es ahí cuando se pueden cometer los errores más graves, como ocurriese en abrir de 2011, cuando el BCE subió los tipos de interés y prendió la mecha de una crisis de deuda soberana que estuvo cerca de acabar con el euro.
"No se puede descartar el riesgo de ver un error por endurecer la política monetaria demasiado. No obstante, si la incertidumbre sobre el Next Generation (está siendo revisado por el TC alemán) se prolonga hasta entonces (y creemos que esto es un riesgo real), eso podría ser suficiente para evitar un error de línea dura en junio. Pero esto solo puede posponer lo inevitable. Sin una reacción correctamente definida, solo sería cuestión de tiempo antes de que el mercado volviera a probar el BCE", sentencian los expertos de BofAML.