La pandemia ha puesto en espera la vida desde hace más de un año porque el objetivo ha pasado de crecer a sobrevivir hasta que todo pase. Y sí, existe una fórmula para lograrlo. La velocidad a la que se avanza en plena pandemia es igual a un control más exhaustivo de la tesorería, lo que implica gastar menos en inversiones y evitar salidas de caja innecesarias, como el pago de dividendos, porque prima la prudencia ya que no se conoce el tiempo que durará esta situación. ¿Cuál es el divisor común para todo ello? Sin lugar a equivocarse, todo depende ahora mismo del ritmo de vacunación.
Esta es la fórmula que están aplicando las compañías familiares que elEconomista reunió esta semana en la Bolsa de Madrid para celebrar las XII Jornadas de Empresas que aportan valor al accionista. Al encuentro, acudieron Meliá Hotels, Fluidra, Gestamp y Ence, todas ellas controladas de forma mayoritaria por grandes familias de este país, que llevan un año tratando de asegurar la liquidez de sus compañías en una situación totalmente excepcional. Y no solo eso. Ante el desplome de sus valoraciones han preferido obviar los cantos de sirena del capital riesgo para ser compradas y permanecer en el mercado, a pesar de que en el camino hacia la recuperación no habría ni una sola sombra bajo la que cobijarse.
Gestamp: "Estamos ya en una actividad normalizada tras la pandemia"
"Lo fundamental es saber cuánto va durar la crisis para determinar cómo será la evolución de la caja de la compañía porque dependerá de que se reactive el movimiento entre países", aseguraba durante las jornadas el consejero delegado de Meliá Hotels, Gabriel Escarrer. La hotelera contaba a cierre de 2020 con liquidez (entre la tesorería y las líneas de crédito) de 316 millones de euros y un consumo de caja mensual de 43 millones, durante el último trimestre del año pasado.
Escarrer puso varios datos sobre la mesa de cara a un futuro para la hotelera ya sin Covid -o, al menos, con la población europea ya vacunada-. Desde la cadena esperan "recuperar un nivel de inversiones de entre 100 y 110 millones de euros en 2022, lo que representará un 5% de la facturación", mientras que en 2021 contempla alcanzar "los 75 millones de euros para tener en óptimas condiciones los hoteles y ser más competitivos".
A lo largo de 2020, Meliá logró un ahorro de costes del 63% entre los meses de abril a diciembre. Aun así, los gastos estrictamente de su actividad fueron de 645 millones de euros.
Ence: "El alto precio de las renovables nos llevó a vender"
Gestamp es otra de las grandes firmas familiares que ha seguido un estricto control de sus gastos para encarar la pandemia. Durante 2020, redujo sus inversiones en 494 millones, un 38% menos, después de "años de inversiones muy fuertes. En un 2020 muy complejo hemos conseguido reducir la deuda neta en 271 millones [hasta un endeudamiento de 3,1 veces/ebitda]", destaca Carmen de Pablo, directora financiera de Gestamp. "Vamos a buscar el equilibrio entre crecimiento [eminentemente orgánico, ya que no ha realizado adquisiciones desde 2011] y creación de caja", sostiene. "Hacemos una gestión de estructura de costes para adecuarnos a ese entorno de mercado, con medidas que nos permitían con ese estricto control de costes mejorar nuestro margen y preservar liquidez".
Es la misma línea que también ha querido seguir la papelera Ence. "De momento hay que ser conservadores y cautos y tenemos que ver cómo se va resolviendo esta situación y ver el crecimiento que cristaliza. En ese momento, revisaremos nuestro plan estratégico y lo anunciaremos", apunta Alfredo Avello, director financiero de Ence. La compañía cuenta ahora mismo con 450 millones de euros de liquidez", tras cerrar 2020 en los 542 millones y un apalancamiento de 3,1 veces/ebitda.
A contracorriente
Tanto Ence, como Gestamp y Meliá Hotels mantienen su dividendo cancelado actualmente. Es lo opuesto a lo que acaba de anunciar Fluidra, que lo subirá un 90% con cargo a los resultados de 2020. "Estamos en un sector con altos márgenes y generación de caja", lo que "nos permite una inversión corriente de entre el 3% y el 4% anual de las ventas, además de mantener una política de adquisiciones", apunta Eloi Planes, director ejecutivo del fabricante de piscinas a la que el confinamiento no le ha sentado del todo mal. En 2020 gastaron en inversiones solo un 4% menos, con 43,5 millones de euros, al tiempo que redujeron su endeudamiento desde las 2,8 hasta las 1,8 veces sobre el ebitda. Con el ritmo cambiado respecto a otros sectores ante la pandemia, Fluidra dice continuar enfocada en comprar, con "el foco puesto sobre EEUU".
Meliá
"Esperamos recuperar el ebitda [beneficio bruto] de 2019 en dos años, aunque no hayamos recuperado aún los ingresos", reafirmó Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá, en la XII edición del ciclo Empresas que crean valor para el accionista, en las que elEconomista reunió a las compañías familiares que no han sucumbido a la llamada del capital riesgo en la crisis.
La previsión responde a la expectativa de una mejora de la rentabilidad que la hotelera fraguó mientras arreciaba lo peor de la pandemia de coronavirus, que ha dejado a la industria de los viajes prácticamente en hibernación durante meses, y que solo gracias a la vacunación empieza a tener visibilidad sobre la recuperación.
Escarrer: "Habrá oportunidades de gestionar más hoteles"
Meliá llegó a desplomarse un 60%, y en esos días críticos de marzo, abril, incluso más allá, "hubo muchas oportunidades de excluir a la empresa de bolsa, con vender dos hoteles de los que son joyas de las corona lo podríamos haber hecho... hubiéramos olvidado el valor a largo plazo, pero mantuvimos y mantenemos esa visión", aclaró Escarrer, quien ahora presume de dirigir "la hotelera que mejor defensa ha hecho de la tarifa en 2020 [apenas cayo un 9% de media aunque se hundieron los clientes], gracias al 80% de reservas que hemos gestionado a través del canal de ventas propio y a la red de fidelidad de 14 millones de clientes".
"Eso nos permite no partir de una tarifa muy baja en la recuperación y eso ayudará a nuestros márgenes", argumentó. Las acciones rebotan un 130% desde mínimos, en una recuperación que se apoyó en el consumo de caja. "Nos cogió en una buena situación de deuda, y contamos con el respaldo de los activos hoteleros", sostuvo.
Ahora, "hay que ver cómo se gestiona la cuarta ola de contagios, pero esperamos una buena temporada turística en verano", confesó Gabriel Escarrer. "Estamos viendo un fuerte incremento de las reservas, principalmente de británicos, y observamos que el verano se va a alargar más de lo normal, hasta octubre", explicó.
Escarrer quitó peso a la pérdida de la Semana Santa, algo presente en su escenario sobre la salida de la crisis por la pandemia de coronavirus casi desde el principio, según aseguró, y destacó la importancia del ritmo de vacunación. "Al final, son cinco días, el punto de inflexión se dará a partir del segundo trimestre", aseguró.
Sobre el verano, el mallorquín considera las últimas recomendaciones del Gobierno de Reino Unido sobre limitar los viajes al extranjero como una preocupación surgida precisamente por "el fuerte incremento de las reservas para finales de mayo y junio", y por eso incide en que, a cambio, la temporada alta se va a estirar por detrás.
"Va a ser un entorno muy competitivo, y por eso nos hemos cuestionado todos los procesos en estos meses para añadir valor; junto con las ventas a través del canal propio, que deberían estar cerca del 50% en un entorno post-Covid, lograremos reducir los costes de intermediación", continuó el consejero delegado de la mayor hotelera vacacional del mundo. Además, "surgirán oportunidades de crecimiento mediante la gestión de nuevos hoteles", añadió.
Fluidra
Con el cartel del recién recibido anuncio de su entrada al Ibex 35 (para sustituir a partir de este lunes a Bankia tras su fusión con CaixaBank) se presentaba Fluidra a estas jornadas. "Nos ha pillado por sorpresa", reconocía Eloi Planes, presidente ejecutivo de la compañía. No obstante, era un secreto a voces que antes o después Fluidra iba a ingresar en el selectivo de referencia español y solo hacía falta mirar su acción. La firma salió a bolsa en la mitad de la década de los 2000 con un marcado perfil de empresa familiar que no ha perdido pese a su crecimiento. Tras una primera década en bolsa en la que comenzaron a transformarse en lo que son hoy, hace unos años el mercado empieza a reconocerles ese valor. De hecho, en los últimos cinco años sus acciones han septuplicado su precio en bolsa, ahora alcanzando máximos históricos cercanos ya a los 25 euros.
Esto, unido a la salida progresiva de Rhône Capital (tras la reciente venta del 10% todavía mantiene más de un 20% del capital), le ha dado a Fluidra el empujón definitivo para cumplir con los requisitos del Ibex. "Rhône nos permitió dar el salto a ser líderes del sector con la fusión con Zodiac, pero sabíamos que su presencia se iba a ir reduciendo y que era temporal", explica Planes.
Las sinergias surgidas de dicha operación y el resto de compras llevadas a cabo por Fluidra han ido acelerando el ritmo de crecimiento de su negocio hasta la llegada de la pandemia. El virus, lejos de frenar a Fluidra, aportó 2 o 3 puntos más de crecimiento a sus resultados, reflejando la asimetría de su impacto en según qué sectores y geografías. "Aunque también ha habido incertidumbre por las restricciones y el confinamiento y eso ha tenido su impacto en la piscina comercial [públicas, de competición y de hoteles, esencialmente], la mayor parte de nuestro negocio es el residencial [un 80%] y el mantenimiento de las ya existentes y este año la gente ha cuidado mucho eso al no poder viajar tanto", explica el presidente de Fluidra. En lo que es la construcción de nueva piscina el crecimiento es más limitado ya que "si quieres hacerte una piscina en EEUU quizás tienes que esperar a 2022 o 2023", arguye Planes.
"Este juego de suma y resta nos deja por delante en nuestro Plan Estratégico", que incluye un ebitda de 350 millones en 2022 y que, según el consenso de analistas que recoge FactSet, lograrán superarlo incluso este mismo año. "Bendito problema tener que revisarlo", comenta el directivo. Precisamente este viernes anunció una mejora del 90% en su dividendo por acción, situándolo en 40 céntimos por título, que ofrecen una rentabilidad del 1,6% a precios actuales.
Cuando un título, sea el que sea, asciende tanto como lo ha hecho el de Fluidra en los últimos años es normal que los analistas se queden cortos en sus previsiones. Y así sucede ahora, cuando de media se calcula que está sobrevalorada, con un 40% de recomendaciones de compra. "Nosotros creemos que todavía hay recorrido para expandir márgenes y convertirnos en líderes del mercado americano, donde acabamos de anunciar una nueva adquisición", concluye Planes.
Gestamp
La primera semana de marzo de 2020 Carmen de Pablo, directora financiera de Gestamp, concedió una entrevista a elEconomista cuando el mercado, literalmente, se estaba desplomando y la compañía solo se había visto obligada a cerrar varias fábricas en China, una de ellas en la región de Wuhan, epicentro de la pandemia. Doce meses después Gestamp ha borrado en bolsa el coronavirus y cotiza por encima de los máximos de 2020, después de haber duplicado los 2 euros a los que llegó a cotizar en verano. "La pandemia nos afectó primero en China, pero lo hizo a nivel global después. Teníamos casi todas nuestras plantas cerradas en abril. La lectura positiva es que ha sido un año con dos mitades muy diferenciadas. Abordamos una gestión muy activa con cada una de las plantas para preservar caja (los costes seguían estando ahí) porque no sabíamos cuándo íbamos a poder reabrir. La primera mitad fue muy complicada y una segunda [con recuperación de cifras] en la que la acción dobló su valor y en la que pesó mucho el contexto", apunta Carmen de Pablo. Ahora, dice estar "ya en una actividad normalizada" como para recuperar un dividendo "del 30% de payout".
Para Gestamp la pandemia fue un elemento tensionador más en un complicado entorno sectorial, ya que la fabricación de vehículos acumulaba varios ejercicios en horas bajas. "Por eso, quizás, no ha tenido la trayectoria en bolsa que nos gustaría. Hemos visto caída en la producción de vehículos durante los tres últimos años. Se ha roto la correlación de crecimiento del PIB junto con el sector de automoción", reconoce la directora financiera de la compañía.
"El crecimiento que tenemos es orgánico. Desde 2011 no se ha hecho una adquisición"
Un vez que el mercado ha sabido reconocer la recuperación que protagoniza el fabricante en los últimos meses (cuenta con el mejor consejo desde julio de 2019 por parte del consenso), el primer reto para la cotizada será a mediados del mes de junio cuando los analistas esperan que, al menos, trace las guías del que será su primer plan estratégico formal. "Desde que salimos a bolsa hemos abierto más de 17 plantas nuevas o de expansión de otras ya existentes. Hemos estado invirtiendo en EEUU como negocio muy relevante para nosotros y pensamos en un esfuerzo inversor con objetivo de aprovechar la base de activos que tenemos", reconoce, que son más 100 plantas en 24 países.
El fabricante de componentes para el automóvil, centrado en I+D+i como vehículos autónomos o conectados, ha venido creciendo a doble dígito (hasta 2016) y luego al 8% de beneficio neto anual (hasta 2018) sin nuevas inversiones. "El crecimiento que tenemos es orgánico. Desde 2011 no se ha hecho una adquisición", asegura De Pablo que ve perfectamente "sostenible el crecimiento" los próximos años, aunque la pandemia les haya llevado a "equilibrar" el capex con la generación de caja. "Nuestras inversiones recurrentes están en el 3%-4% de la facturación". A lo largo de 2020, Gestamp logró aumentar en 1.000 millones su liquidez -hasta los 2.900 millones-, reducir la deuda 271 millones - por debajo de los niveles de 2019. Lo llamativo es que la firma lo compara con "la resiliencia mostrada en el año 2009" en su propia presentación de resultados.
Ence
Ence es uno de esos caso de devastación total con la pandemia y de reconstrucción total después de ella. Sus títulos llegaron a perder los 2 euros en el mes de octubre, haciendo desaparecer la mitad del valor de una compañía que ya venía teniendo problemas antes de que llegase la pandemia. "La actividad en las fábricas no se paró en ningún momento al ser considerados esenciales, la renovable nos permitió mantener una estabilidad y la caída en los resultados se debe al bajo precio de la celulosa", explica Alfredo Avello, director financiero de la empresa.
Desde ese suelo, en el que, citando a Ignacio Colmenares (presidente y CEO de la compañía) "se estaba regalando uno de los dos negocios al inversor", sus títulos rebotaron más de un 130% al calor de la recuperación del precio del papel. Esta materia ha pasado en los últimos meses de mínimos históricos en 680 dólares por tonelada métrica a los 857 dólares actuales. "Hay dos mercados importantes, uno es el nuestro, el europeo, y el otro es el chino, que es el principal en el mundo. El precio de la celulosa en China equivaldría a los 1.070 dólares en Europa, y los grandes competidores del resto del mundo ya están incrementando su precios de venta", arguye Avello. Por otro lado, la empresa ha conseguido por fin empezar a reducir los costes de producción. 2020 se cerró con un cash cost de 375 dólares y el objetivo de Ence es reducirlo hasta los 360 dólares.
El descenso previsto para sus beneficios disparaba las perspectivas de un apalancamiento que iba a superar claramente los límites establecidos por Ence, por ello frenaron las inversiones planificadas en ambos negocios. "Lo hicimos por prudencia, para mantener la liquidez y la caja", señala Avello. Por otro lado, tomaron la decisión de vender el 49% de su filial en renovables y la planta de Termollano. "Ha sido una operación oportunista ya que llevamos años con la voluntad de comprar, pero nos lo impedían los altos precios, y por eso tomamos la decisión de vender, aprovechándonos de los mismos", expone el director financiero. "Financieramente ahora estamos en una posición envidiable, con 450 millones de liquidez, un apalancamiento de 0 veces en la celulosa y de solo 3 veces en la renovable", agrega. Según el consenso de analistas que recoge FactSet, el grupo cerrará 2021 con una ratio deuda neta/ebitda de 1,1 veces. "Pensamos que de momento hay que ser conservadores y cautos y tenemos que ver cómo se va resolviendo esta situación, y ver el que el crecimiento se cristaliza. En ese momento, revisaremos nuestro plan estratégico y lo anunciaremos, pero, de momento, el principio de prudencia imperará en nuestras decisiones", sentencia Alfredo Avello.
Los analistas han recogido el guante y en las últimas semanas han venido revisando al alza el precio objetivo de Ence, que ya sitúan por encima de los 4,8 euros, algo que no sucedía desde octubre de 2019 y que les deja un potencial alcista del 17% desde los niveles actuales de cara a los próximos 12 meses. Asimismo, la inmensa mayoría de los expertos que la siguen recomienda que sigue siendo buen momento para comprar sus títulos mientras que nadie cree que se deban vender.