
El bitcoin se ha revalorizado alrededor de un 1.000% en el último año, llegando a tocar los 60.000 dólares por unidad. No cabe duda de que esta criptodivisa y otras muchas han mostrado un rendimiento excelente durante la pandemia del covid. Estos activos digitales están ganando popularidad, tanto entre inversores minoristas como otros de mayor tamaño, pese a las advertencias de los reguladores financieros acerca de los riesgos que conlleva este tipo de inversiones.
El bitcoin es un activo singular. No genera flujos de caja, ni cuenta con el respaldo de bancos centrales (a diferencia del dinero legal) ni ofrece un cupón o una rentabilidad periódica (como los bonos, por ejemplo). Sin embargo es innegable que su aceptación es cada vez mayor, pero ¿por qué? ¿hasta cuándo puede durar la fiebre del bitcoin?
Bank of America Merrill Lynch (BofAML) ha querido profundizar lanzando un informe temático en el que expone varias características del bitcoin que pueden ser vitales para entender por qué sube su precio, cuál es su impacto en el medio ambiente o cuál puede ser el recorrido de este criptoactivo en el medio plazo. Estos son los fragmentos más interesantes del informe de BofAML junto a otras opiniones de expertos y reguladores.
-La oferta del bitcoin es artificialmente escasa. Al igual que en las materias primas o las divisas, la oferta y la demanda impulsan los precios del bitcoin. Sin embargo, la producción de bitcoin tiene un límite de 21 millones de monedas, lo que lleva a que el crecimiento de la oferta se reduzca a la mitad cada 4 años (los problemas que hay que resolver para minar un bitcoin son cada vez más complejos).
Está diseñado para ser cada vez más restringido. "Por lo tanto, los cambios de demanda son clave para los movimientos de precios. De hecho se puede ver como importantes anuncios institucionales y los recortes en las recompensas que reciben los mineros (minan bitcoins resolviendo complejos problemas matemáticos con ordenadores) han venido seguidos por movimientos ascendentes del bitcoin".
Cuando nació el bitcoin en 2009, se diseñó para alcanzar un máximo de 21 millones de monedas. La idea era que el bitcoin fuese una alternativa a la impresión ilimitada de dinero por parte de los bancos centrales durante la crisis financiera, puesto que estos movimientos (si hubieran causado inflación) habrían depreciado estas monedas fiduciarias erosionando el poder de compra de los consumidores. Ahora son los propios bancos centrales los que tienen en su mano el futuro del bitcoin, bien sea a través de la regulación o del lanzamiento de sus propias divisas digitales.
-No hay una buena razón para poseer bitcoin, solo puedes esperar que el precio suba. "El bitcoin también se ha correlacionado con los activos de riesgo, no está vinculado a la inflación y sigue siendo excepcionalmente volátil, lo que lo hace poco práctico como depósito valor o medio de pago. Como tal, el principal argumento para mantener al bitcoin en cartera no es la diversificación, obtener unos rendimientos estables o la protección contra la inflación, sino la mera apreciación del precio, un factor que depende de que la demanda de bitcoin supere a la oferta.
Vincent Vinatier Framlington Equities, Gestor de Cartera - FinTech y Finanzas (AXA IM) coinciden con el puto de vista de BofAML y sostienen que "no son especialmente partidarios de las criptomonedas en general. Desde mi punto de vista, el bitcoin no es un activo 'invertible': no hay flujos de caja (no genera beneficios), ni valor residual, ni valor de uso, y es demasiado volátil para ser utilizado como medio de pago".
Hasta la fecha, la volatilidad de las criptodivisas han presentado una volatilidad muy elevada, lo que limita su expansión como medio de pago. Nadie o muy pocas personas desearían tener su liquidez o tesorería en un activo cuyo precio varía con violencia cada mes. Este es uno de los principales escollos que debe salvar el bitcoin si quiere competir con las divisas oficiales que dominan la escena global (euro, dólar, yen, libra...).
-El bitcoin es contaminante. Todo el sistema de la red de bitcoin consume anualmente más electricidad que Argentina entera, según el Bitcoin Electricity Consumption Index de la Universidad de Cambridge. "Frente a la baja intensidad en emisiones de carbono de las monedas digitales de los bancos centrales, creemos que los inversores con mentalidad ESG deben prestar atención a los enormes costes ambientales del bitcoin... la creciente complejidad de la red aumenta la tasa de hash ( medida de la potencia de procesamiento de la red bitcoin) y, en última instancia, el consumo de energía de todo el sistema. Como tal, la tasa de hash de la red de bitcoin continúa creciendo a medida que la red agrega hardware de minería y mejora la eficiencia", advierten desde BofAML.

-Las CBDC son kriptonita para las 'cripto'. Varios bancos centrales (en particular, el BCE) están hablando de lanzar monedas digitales que en principio usarán tecnologías convencionales y se podrán usar como medio de pago normal. "Las monedas digitales del banco central (CBDC por sus siglas en inglés) tienen como objetivo proteger a los bancos centrales contra las stablecoins (monedas estables) que pretende lanzar el sector privado (como Diem de Facebook, antigua Libra), puesto que los bancos centrales ven al bitcoin como un activo de inversión, no como moneda".
Sin embargo, si el uso de las divisas digitales emitidas por los bancos centrales (como el euro digital que planea probar el BCE) se impone, quizá las expectativas futuras sobre el uso de las criptodivisas pierda fuerza. Aunque las criptodivisas hoy sean vistas simplemente como un activo de inversión, el origen de su nacimiento fue convertirse en un medio de pago generalizado. Con ese objetivo fuera de alcance, los inversores podrían asignar un precio diferente a las criptodivisas.