
Los mercados reciben a un nuevo fabricante de coches eléctricos con la salida a bolsa de Lucid Motors. Mediante el mecanismo de moda en Wall Street, una fusión inversa con una SPAC (compañía con un propósito especial de compra), la empresa estadounidense fundada en 2007 se estrena en el parqué con una valoración de 24.000 millones de dólares y amenazando el 'reinado' bursátil de su rival Tesla. Algo que no agradará del todo a un Elon Musk al que esta competidora ha logrado sacar de sus casillas.
Después de semanas de especulaciones, Lucid Motors se fusiona con la entidad de cheque en blanco Churchill Capital Corp IV, respaldada por el financiero Michael Klein. La colocación se ejerció a 15 dólares por acción -una prima del 50% del valor de los activos netos de Churchill-, lo que se traduce en los alrededor de 24.000 millones citados. Las acciones de Churchill Capital han llegado a caer un 46% este martes al confirmarse la noticia -luego la caída se ha estabilizado en un 30%- en lo que ha sido una suave corrección tras el 'rally' del 472% que los títulos han experimentado desde que en enero se conocieran las conversaciones entre la SPAC y Lucid.
El acuerdo, según Bloomberg, generará alrededor de 4.400 millones de dólares en efectivo para Lucid, que planea utilizar los fondos recién adquiridos para llevar más vehículos al mercado y expandir su fábrica en Arizona. Es la mayor inyección de capital a Lucid desde que el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí invirtió más de mil millones de dólares en ella en 2018.
Lucid es la última beneficiaria de una ola de inversión dirigida a empresas emergentes de vehículos eléctricos y proveedores de tecnología automotriz de próxima generación, provocada en parte por el repunte en las acciones de Tesla durante el año pasado. Aunque el fabricante de coches eléctricos ha evitado las comparaciones con la marca líder del sector, su cotización la posiciona para competir por una porción de lo que se espera que se convierta en un mercado de rápido crecimiento para este tipo de vehículos.
Con este respaldo financiero, Lucid podrá comenzar ahora la producción en cadena de su primer vehículo eléctrico, un sedán de lujo llamado Air, en la segunda mitad de este año. La compañía había dicho con anterioridad que las entregas de este automóvil, alguna de cuyas unidades superan los 100.000 dólares, y diseñado en aluminio, comenzarían en el segundo trimestre de 2021. Posteriormente, la compañía planea producir versiones más asequibles del Air, así como un SUV con batería eléctrica.
Actualmente, la fábrica de Casa Grande tiene una capacidad de producción de 34.000 unidades anuales con tres turnos de trabajo, informa el CEO de la compañía, Peter Rawlinson. Lucid espera aumentar esa capacidad a 85.000 unidades por año para 2023 después de que se realicen inversiones adicionales en la planta.
Lucid pronostica 20.000 entregas de vehículos que generarán ventas por 2.200 millones de dólares. Su estimación es que los ingresos aumentarán a 5.500 y 9.900 millones en 2023 y 2024 respectivamente, según una presentación realizada a los inversores. La compañía prevé ganancias positivas antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización de 592 millones en 2024. La idea también es aumentar la plantilla a 5.000 trabajadores el año próximo desde los más de 2.000 actuales.
El vehículo debut de Lucid será el automóvil más cercano hasta la fecha capaz de desafiar a Tesla en el nicho de mercado de los sedán eléctricos premium. El modelo Air tiene un alcance de 832 kilómetros con una sola carga, según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental, y puede acercarse a los 100 km/h en 2,5 segundos. Eso se compara con el Model S Plaid + de Tesla, que tiene un alcance máximo de alrededor de 836 kilómetros y una aceleración de cero a 100 km/h en menos de dos segundos.
Una historia complicada con Musk
Pese a que la capitalización bursátil de Lucid es solo una fracción de la de Tesla -rozando los 700.000 millones tras las recientes caídas-, no está tan mal para un fabricante de vehículos eléctricos de lujo que aún no ha construido en serie su primer automóvil. Rawlinson ha intentado evitar el enfrentamiento alegando repetidamente que Lucid no es un competidor directo de Tesla porque sus precios no están al nivel del mercado masivo que busca Musk, pero hay indicios de una rivalidad incipiente.
La compañía con sede en Newark, California, cuya sede se encuentra a menos de 30 kilómetros de la de Tesla en Palo Alto, dice que su primer vehículo eléctrico superará al sedán Model S. La nueva fábrica de Lucid se erigió en el desierto de Arizona tan rápido como la última planta de construcción rápida de Tesla en China. Y el creciente interés en la startup y en su CEO han provocado la ira de Musk.
Rawlinson y Musk tienen una historia complicada. El CEO de Lucid era ingeniero jefe del Model S, buque insignia de Tesla, si bien Musk ha intentado minimizar su papel en su desarrollo y también lo ha acusado de dejar a la compañía "en la estacada justo cuando las cosas se pusieron difíciles" en 2012.
Por si esto fuera poco, a más largo plazo, Lucid también está trabajando en soluciones de almacenamiento de energía similares al Powerwall de Tesla. La compañía quiere usar la misma tecnología de las baterías de sus coches para desarrollar baterías destinadas a hogares y dispositivos a gran escala y ya tiene prototipos en funcionamiento, asegura Rawlinson.