Tras varios años desastrosos del Ibex 35 -se queda en tres años 30 puntos rezagado con la bolsa europea y este 2020 va por el mismo camino-, muchos inversores han decidido mandar al desguace su inversión en bolsa española ante un coche en el que varias de sus piezas principales parecen no tener arreglo.
A pesar de que el coche en conjunto no funciona, lo cierto es que todavía hay piezas que pueden rendir, que, perjudicadas por la mala visión sobre el mercado español, ofrecen un descuento importante con respecto a su sector en varias métricas y logran una recomendación de compra para el consenso de mercado.
Constructoras
La industria con más representantes con una recomendación de compra que coticen con descuento tanto por precio sobre valor en libros, como por multiplicador de beneficios y Ev/ebitda es la de la construcción, con FCC, Sacyr y ACS.
La opción preferida de los analistas es Sacyr -con un pleno de consejos de compra-, si bien su negocio ya es mucho más el de una concesionaria, que para Bankinter supone el 85% del valor empresarial. De hecho, esta pata le ha permitido sortear el golpe de la crisis del Covid-19 con relativa comodidad, también ayudada por su modelo de negocio.
"Creemos que es precisamente teniendo que hacer frente a situaciones difíciles cuando se muestra el valor de la integración vertical de Sacyr, que promueve y construye sus propias concesiones", indican en Intermoney.
Tras presentar los resultados del primer semestre ha batido todas las estimaciones y, a pesar de subir más de un 80% desde mínimos del año, ofrece un importante descuento frente al sector.
"Nos gusta el enfoque intraempresarial de Sacyr, que sirve para beneficiarse de las sinergias derivadas de la gestión de su división de construcción. Además, el hecho de que la mayoría de sus contratos de concesión estén basados en asegurar la disponibilidad de las infraestructuras, limita materialmente la exposición directa del grupo a los tráficos", argumentan en Mirabaud.
Uno de los motivos de preocupación en torno a la firma es su exposición a Repsol, donde tiene una participación del 7,36%. Sin embargo, la tiene cubierta frente las bajadas a través de derivados, lo que ha dado algo de estabilidad e incluso permitiría a la firma beneficiarse en caso de que los títulos de Repsol comenzasen a subir, ya que una parte de los derivados le permite apuntarse ganancias a partir de los 8,5 euros -el resto está en 10,5 y 11,8 euros, muy lejos del precio actual-.
Entre ACS y FCC -aunque ambas son un comprar- los analistas prefieren a la primera. La firma presidida por Florentino Pérez ha sido fuertemente castigada por el mercado durante los últimos meses, con una caída superior al 40% en el año y cercana al 50% desde máximos de 2019.
En opinión del equipo de análisis de Bankinter, esto se debe a que "el entorno actual de incertidumbre penaliza a las constructoras como ACS, que pese a estar cada vez más diversificadas siguen siendo percibidas como empresas muy asociadas a la evolución del ciclo".
Sin embargo, algunos analistas creen que el golpe es excesivo: "Consideramos que, pese a la recuperación desde los mínimos de marzo, el mercado no ha valorado aún la resiliencia de las operaciones de ACS, así como las ventajas de su presencia global en las operaciones de construcción, a lo que se añade una posición deuda neta casi nula, y una liquidez superior a 12.000 millones", indican en Intermoney.
Sector petrolero
Fuera de la construcción, aparecen en la lista dos empresas muy ligadas al petróleo: Repsol y Applus. Esta última certifica plantas petroleras y gasistas, pero sigue quedándose rezagada a pesar de la mejora del entorno macro y de los precios del crudo.
"Desde que comenzó a cotizar en 2014 el centro de su historia bursátil estaba en recuperar el descuento que ofrecía frente a sus comparables del 30-40%. Sin embargo, el enfoque ha cambiado, ahora simplemente es demasiado barata para ignorarla", indican en Berenberg.
A 1,3 veces su valor en libros, a 11,5 veces beneficios a 24 meses y 5,5 veces Ev/ebitda a 2 años el descuento frente a la industria oscila entre el 70% y el 44%, dependiendo de la métrica empleada.
"Es improbable que mantenga una valoración tan baja, incluso descontando todos los riesgos y que solo funcionasen ciertas partes del negocio. Al precio actual, creemos que es válido pensar en una opa que podría usar su capacidad de generar caja para seguir una estrategia de compra y construye para afrontar posteriores adquisiciones o desendeudarse y generar ingresos", indican en Berenberg.
Por su parte, Repsol es uno de los pocos grandes del Ibex que tiene un consejo de compra y sigue cotizando con una importante rebaja frente a sus comparables a pesar de tener un balance mucho más saneado.
"Pensamos que alcanzará la neutralidad de caja en el segundo semestre sin asumir que haya desinversiones extras. Si estamos en lo cierto, sería la única firma integrada capaz de lograrlo", indican en Jefferies. En noviembre, la firma actualizará su guía estratégica, con la atención puesta en su política de retribución y su transformación energética.
Almirall
Al último fichaje del Ibex su incorporación al índice no le ha sentado muy bien, ya que se deja un 23% desde ese momento y apenas remonta un 10% desde los mínimos del año tras haber tenido un buen comportamiento en los momentos de más dureza de la crisis. La empresa ha tenido que revisar sus guías para este año, al prever una caída de las ventas de un dígito simple bajo/medio.
"Creemos que a medio plazo ofrece una buena oportunidad de inversión gracias al elevado potencial a precio objetivo que le ofrece su posicionamiento en segmentos de mayor valor añadido, que van a liderar el crecimiento a medio plazo, al tiempo que mantiene la disciplina financiera", indican en Renta 4.
Los expertos estiman que la compañía aumentará su beneficio bruto un 20% entre 2020 y 2022 y que su apalancamiento caerá a las 0,2 veces en 2 años, lo que le da margen para mirar oportunidades inorgánicas más allá de los productos que tiene en cartera y en preparación.

Prosegur Cash
La filial de Prosegur -que supone una parte fundamental del negocio de la matriz- ha sido uno de los negocios más afectados por la crisis del Covid-19. A esto se le añade su elevada exposición a la debilidad de las monedas latinoamericanas, con un 84% de su ebitda procedente de la región en 2019.
Así las cosas, cotiza con un descuento de más del 50% tanto por PER como por Ev/ebitda frente al sector, un precio atractivo pero no exento de riesgos. "La acción parece que está barata frente a su historia y sus comparables. Sin embargo, está expuesta a Latinoamérica, lo que incluye la contracción de la actividad real, además de riesgos políticos, fiscales y de divisas. Además, el que pueda haber más controles de capitales serios en Argentina pondría presión en su capacidad para abonar un dividendo del 6% en 2021", indican en Deutsche Bank.
Por su parte, en Citi indican que la firma cotiza "por debajo" de su valoración base, pero aconsejan mantenerse neutrales "para reflejar el riesgo de divisa y la potencial volatilidad operativa".
CAF
Tras unos resultados del primer semestre afectados por la crisis, la compañía ha señalado que espera que en el segundo semestre las ventas se recuperen y que se logre acabar por encima de los números de 2019 y que el beneficio bruto también recupere el nivel visto en la segunda mitad del año pasado asumiendo una actividad de mantenimiento por debajo de lo normal.
"La cartera de pedidos estaba en máximos a cierre de 2019 y no esperamos cancelaciones, lo que debe dar visibilidad a las ventas los próximos ejercicios. Pese a ello, los retrasos por la parada de actividad tendrá un impacto negativo en 2020 en márgenes y probablemente en licitaciones, lo que generará un incremento del apalancamiento", indican en Bankinter.
Con todo, presentó un nivel de deuda mucho menor al previsto por el consenso -481 millones, frente a 529- en el primer semestre, algo interpretado como una buena señal.
ArcelorMittal
Otra firma que ha sido muy castigada ha sido ArcelorMittal, con una caída del 35% en el año y de más del 65% desde los máximos de 2018. La preocupación por la liquidez de la firma sembró las dudas en los inversores llevando a sus títulos a mínimos de 2016.
Sin embargo, la ampliación de capital por 1.850 millones realizada en mayo ha disipado las mismas y los analistas ven una buena oportunidad. Se ha fijado como uno de sus objetivos principales lograr que su deuda se sitúe en los 7.000 millones y en el segundo trimestre estaba en los 7.800 millones, 1.700 menos que en el primero.