Aunque la estadística no es más que un ejercicio de contabilización para analizar el pasado y no de probabilidad para predecir el futuro, durante los meses de agosto, casi siempre ha sido mejor estar alejado de las bolsas.
Si analizamos los últimos 10 años, desde 2010 solo en 3 ocasiones el Ibex ha conseguido ganancias mientras que en 7 ha cerrado el mes estival en rojo. Esto se encuentra en línea con el resto del Viejo Continente donde solo el Cac francés tiene peores guarismos al contabilizar hasta 8 años distintos con cierres negativos al terminar agosto. Por el contrario, el Ftse Mib italiano ha logrado hasta 4 agostos en positivo desde 2010.
Sin embargo, el selectivo español, al contrario de lo que ha sucedido este año, es el que menos sufre, de media, estas caídas. En la última década, el Ibex cede un 1,9% de media cada agosto mientras que el EuroStoxx 50, la principal referencia del Viejo Continente, cae casi un punto porcentual más, un 2,86%. El Cac francés, por su parte, suele perder un 2,2%, el Ftse Mib italiano casi un 3% y el Dax alemán, que es el que mejor lo está haciendo en 2020, promedia caídas de más del 3,5%. Al otro lado del Atlántico, el S&P 500 ha dejado en rojo sus paneles en 6 de los últimos 10 agostos, con un descenso medio del 1,23%.
Los movimientos en agosto suelen ser también más bruscos que el resto de los meses del año al haber un menor volumen de negociación y la falta de eventos importantes a nivel macro, como reuniones de los organismos monetarios.
Inicio al alza en 2020
En el año del coronavirus, agosto quiso comenzar llevando la contraria a la Historia y las bolsas cerraron la primera sesión del mes con ganancias a ambos lados del charco. "Esperamos que el apetito por el riesgo vuelva a aumentar pese a los nuevos rebrotes de la pandemia", apunta Esty Dwek, directora de estrategia de Natixis IM. "En nuestra opinión, incluso si hay baches, mientras la recuperación continúe, los mercados deberían seguir subiendo paulatinamente", añade la experta. "Pero no sin volatilidad", concluye.