Fin de una historia que ha durado casi 36 años. Juan Miguel Villar Mir se ha desprendido del 7,096% de OHLA, abandonando el capital de la compañía -conserva un testimonial 0,001%-. Lo ha hecho acuciado por una deuda que con anterioridad ya le obligó a perder el control de la constructora y a desgajar lentamente el imperio que le convirtió en uno de los empresarios más ricos e influyentes de España. Hoy, el Grupo Villar Mir (GVM) limita su alcance básicamente al 43,7% que conserva del fabricante de ferroaleaciones Ferroglobe y a Inmobiliaria Espacio.
Tyrus Capital, el principal acreedor de GVM, se ha hecho con la participación de la familia Villar Mir en OHLA. Según figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el fondo radicado en Mónaco y controlado por Antoine Georges Chedraoui ha tomado el 7,096% de la constructora, lo que le convierte en el tercer mayor accionista de la compañía tras los hermanos mexicanos Luis y Mauricio Amodio, que controlan el 25,96%, y el fondo Sand Grove (15,5%). Villar Mir, que instrumenta su participación a través de Inmobiliaria Espacio, conserva únicamente el 0,001%.
La operación se consumó el pasado 2 de marzo. Villar Mir transmitió 41,98 millones de acciones de OHLA a un precio de 0,56 euros, lo que arroja un valor total para el 7,096% de 23,49 millones de euros. La firma ha cerrado este miércoles a un precio de 0,60 euros por título. La deuda que acumula GVM con Tyrus superaba aún los 200 millones al cierre de 2022.
Entre 2015 y 2021 Villar Mir tuvo que ir reduciendo con ventas y ejecuciones de derivados su participación en OHL, hasta el 30,6% que tenía en 2020
El empresario tenía sus acciones en OHLA como prenda de la deuda con Tyrus, que llegó a situarse cerca de los 400 millones de euros. La incapacidad del grupo para generar suficientes recursos para pagarla ha precipitado la ejecución de los títulos de Villar Mir. Este diario no ha podido confirmar si la operación tiene vuelta de hoja y GVM se ha reservado algún tipo de derecho de recompra como ya hizo en el pasado con el mismo fondo.
Tyrus Capital, de hecho, ya formó, entre 2015 y 2017, parte del accionariado de OHLA, cuando aún era OHL. El fondo entró en 2015 a raíz de la ampliación de capital que la compañía acometió por 1.000 millones de euros. Entonces, Villar Mir vendió al fondo parte de sus derechos de suscripción de acciones para asegurarse recursos para acudir a la operación y garantizarse el control de la constructora. Tyrus se hizo con el 8,37% del capital de la compañía y Villar Mir conservó más del 50%. En 2016 ambas partes sindicaron sus participaciones y en 2017 el empresario recompró la participación del fondo.
Sin embargo, la crisis reputacional por sus problemas en México, de negocio y de deuda en la que estaba sumida OHL y, en paralelo, el Grupo Villar Mir (GVM), obligaron al empresario a ir rebajando su posición en la constructora, la que siempre fue su 'niña bonita', y desprenderse de otros activos como Fertiberia, Torre Espacio, Abertis, Colonial o, más recientemente, VM Energía, entre otros.
Juan Miguel Villar Mir, que el próximo mes de septiembre cumplirá 92 años, creó OHL en 1999 fruto de la fusión de Obrascón, Huarte y Laín, tres empresas que había adquirido a precio de saldo y que reflotó para llegar a constituir uno de los mayores grupos de construcción de Europa, con un valor de más de 3.000 millones de euros -este miércoles capitaliza a 361 millones-, y con presencia en los cinco continentes. Su origen, no obstante, se remonta a 1987, cuando Villar Mir se hizo con Obrascón por apenas una peseta -más la deuda-.
En 2015, cuando saltaron las primeras acusaciones en México que minaron la reputación de la compañía -aún hoy nada de aquello con efecto condenatorio alguno-, Villar Mir todavía ostentaba cerca del 60% de OHL, si bien una parte significativa la tenía ligada a instrumentos derivados, una ingeniería financiera a la que el empresario recurrió en repetidas ocasiones para monetizar sus inversiones. Desde entonces, OHL, que había superado la crisis financiera de 2008 mucho mejor que sus competidores por su aversión al riesgo inmobiliario -de la que tanto presumió Villar Mir-, enfrentó una tormenta financiera por sus múltiples proyectos fallidos, que puso en tela de juicio su solvencia y le obligó a vender algunos activos. Villar Mir dejó la presidencia de OHL en 2016, cediendo el testigo, aunque sin carácter ejecutivo, a su hijo Juan Villar-Mir de Fuentes.
Entre 2015 y 2021 Villar Mir tuvo que ir reduciendo con ventas y ejecuciones de derivados -a precios que ya reflejaban el hundimiento de la cotización- su participación en OHL, hasta el 30,6% que tenía en 2020. En mayo de aquel año los hermanos Luis y Mauricio Amodio, dueños de la constructora mexicana Caabsa, adquirieron el 16% de la compañía a Villar Mir por 50,4 millones y se convirtieron en los mayores accionistas. Se reservaron un derecho de compra al fundador sobre un 9% adicional en noviembre, pero no lo ejercieron y, en su lugar, crecieron en el capital a través de una nueva ampliación, dentro de una reestructuración para reducir deuda, que ya les dio el mando accionarial en junio de 2021. En concreto, tomaron cerca del 10%, para alcanzar el casi 26% actual, a través de un aumento de capital por 35 millones de euros en el que también participó Tyrus. El fondo, de hecho, se hizo con el 2,3%, regresando al accionariado de OHL, si bien lo vendió apenas dos meses después.
Cambio de marca
Tras aquella operación, Villar Mir se diluyó hasta el poco más del 7%. Luis Amodio se convirtió en el presidente y Mauricio Amodio en el vicepresidente primero, rebautizando posteriormente la marca OHL en OHLA. Juan Villar-Mir de Fuentes se mantuvo en el consejo, en calidad de dominical y con el cargo de vicepresidente segundo -hasta 2020 y desde 2016 había sido presidente-. Ahora, con la salida de la familia Villar Mir del accionariado su continuidad parece improbable.
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