Grupo Villar Mir (GVM) está enderanzo progresivamente el rumbo. El holding propiedad de Juan Miguel Villar Mir ha reducido su deuda en los últimos meses hasta situarla, en la actualidad, en 380 millones de euros, que se corresponden con la financiación del fondo monegasco Tyrus Capital, según explican fuentes del mercado.
En paralelo, la compañía ha recibido aire del mercado con la revalorización de sus dos cotizadas, Ferroglobe, fundamentalmente, y OHLA -la nueva OHL-. Tanto que hoy el valor de sus participaciones en ambas firmas, de 754 millones de euros, duplica la deuda del grupo.
Con ello se dota de solvencia ante su acreedor y también ante la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de cara a conseguir las ayudas públicas por más de 230 millones de euros que ha solicitado a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, de acuerdo con fuentes al tanto del proceso. El año pasado requirió 240 millones, pero tuvo que rehacer la solicitud a instancias de la firma estatal. Así, Ferroglobe ha reclamado 33 millones de euros para su perímetro en España, y tras analizar una rebaja sustancial respecto al importe original -hasta el entorno de los 120 millones-, GVM ha planteado para el resto del grupo una ayuda de casi 200 millones.
En septiembre de 2020, Ferroglobe, de la que GVM es el accionista de control con el 53% del capital, tocó los 0,43 dólares por acción
En septiembre de 2020, Ferroglobe, de la que GVM es el accionista de control con el 53% del capital, tocó los 0,43 dólares por acción. Este lunes cotizaba a media tarde a 9,10 dólares. Es decir, en apenas un año la compañía especializada en ferroaleaciones ha multiplicado por más de 20 veces su valor (+2.016%). De este modo, la participación de la familia Villar Mir ha pasado de valer 41 millones de dólares (34,7 millones de euros) a 859 millones de dólares (728 millones de euros). Un crecimiento sustentado en la refinanciación acordada antes de verano y en la mejora del mercado.
Mientras, OHLA cotizaba hace un año a 0,50 euros por título -en enero de 2021 llegó a bajar a 0,47 euros-. Este lunes cerró a 0,64 euros, lo que implica un aumento del 21%. En este caso, la participación de GVM en la constructora se ha reducido a prácticamente la mitad por la reestructuración financiera acometida a comienzos de este verano. Así, del 14,6% se ha diluido al 7,1% actual. Este porcentaje está valorado en 26 millones de euros.
Entre las dos cotizadas, GVM acumula una valor latente de 754 millones de euros, lo que supone prácticamente doblar su deuda actual
Por tanto, entre las dos cotizadas, GVM acumula una valor latente de 754 millones de euros, lo que supone prácticamente doblar su deuda actual. Además, los activos de VM Energía también se han revalorizado en los dos últimos años debido a la demanda actual y a las previsiones de poner más MW en producción, al tiempo que el negocio de Inmobiliaria Espacio mejora.
El grupo ha ido rebajando su endeudamiento en los últimos años con desinversiones, como las de Fertiberia, OHLA y plantas de FerroAtlantica, entre otras. En 2021 ha cancelado un crédito liderado por Credit Suisse de 115 millones con el apoyo de Tyrus, que ha asumido parte de estos pasivos, y otro con Santander de más de 70 millones , al tiempo que ha eliminado casi toda la deuda asociada a Pacadar con el traspaso de ésta a OHLA.
Arbitraje con Argelia
Con todo ello, Tyrus se ha convertido en el acreedor de prácticamente toda la deuda de GVM, de unos 380 millones de euros. El fondo ha apoyado este año tanto la refinanciación de Ferroglobe como de OHLA. El holding familiar preveía amortizar parte de este pasivo con la venta de la argelina Fertial, de la que tiene el 49%, a una filial de Sonatrach, por unos 140 millones de euros, pero el Gobierno de Argelia no cumplió y GVM ha abierto un arbitraje internacional, como adelantó este diario. El objetivo del grupo es rebajar la deuda al máximo y crecer sin apalancamiento. Para ello también tiene en la recámara Caleido, en Madrid, o la entrada de un socio en VM Energía. Aunque la situación de sus empresas mejora, la entrega de dividendos sigue suspendida y sus problemas previos a la pandemia dificultaron su acceso a créditos ICO, de ahí que haya recurrido a la vía de la Sepi.
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