
Jaime Botín y su familia, a través de su patrimonial Cartival, acumulan pérdidas latentes de 120 millones desde la escisión y salida a bolsa de Línea Directa. La colocación en el mercado permite a este accionista de control de la aseguradora y de Bankinter una mayor liquidez, ya que ambos grupos cotizan, pero desde entonces la estrategia es negativa para sus intereses, aunque las minusvalías han ido reduciéndose con el paso del tiempo.
Botín, tío de la presidenta del Santander, controla el 23,19% de Bankinter y el 19,15% de Línea Directa. Unas participaciones que en la actualidad tienen un valor de algo más de 1.000 millones y 363 millones, respectivamente. A finales de abril, cuando se produjo el debut bursátil de la aseguradora, estos importes se situaban en 1.229 millones y 274 millones.
De esta manera, las pérdidas del banco no compensan las ganancias de la antigua filial del grupo financiero. Desde la escisión de Línea Directa, Bankinter acumula una caída de la cotización del 18%. Eso sí, a partir de mediados de julio ha empezado a remontar, sobre todo después de la presentación de los resultados semestrales. Por contra, la aseguradora suma una subida del 32%, pero desde junio el alza se ha frenado.
Para el banco la aportación de Línea Directa era fundamental, ya que contribuía con una quinta parte de los beneficios. La entidad espera que este agujero sea cubierto en su totalidad en 2023, de acuerdo con sus estimaciones gracias al impulso de negocio bancario tradicional.
En un principio, los analistas no creían que fuera capaz de conseguirlo en tan poco tiempo, pero desde hace unos meses hay más optimismo y hay distintas casas de expertos que consideran que el objetivo podrá alcanzarse.
El plan de Bankinter es volver a los beneficios precovid dentro de tres ejercicios, para lo cual pretende impulsar la actividad hipotecaria, de consumo, corporativa y de gestión de activos. Por tanto, confía en obtener un resultado neto para entonces de 553 millones.
La entidad que dirige María Dolores Dancausa ha explicado que la recuperación de la cuenta provendrá también de una caída sustancial de las provisiones contra pérdidas después del esfuerzo realizado en 2020.
Masaveu
Al igual que Jaime Botín, el resto de accionistas del banco y los que se han mantenido en Línea Directa están sufriendo minusvalías de la misma proporción. Entre los socios significativos se encuentra Fernando Masaveu, que controla un 5,3% de Bankinter y un 4,3% de Línea Directa. El valor conjunto de ambas participaciones ha bajado en 27 millones, hasta los 315 millones.
Distinta es la situación para Bankinter, que mantiene el 17,4% de la aseguradora como participación financiera. La salida a bolsa le ha reportado unas plusvalías de casi 1.000 millones y el valor de la participación ha experimentado hasta la fecha un alza.
La entidad colocó en el mercado Línea Directa con el fin de remunerar a sus accionistas de manera extraordinaria, una operación que se vio retrasada por la imposición del BCE al sector de no repartir los dividendos tras el estallido del coronavirus. El BCE empezó a levantar la mano y eliminó restricciones a principios de este año y en julio decidió eliminar por completo el veto a partir de octubre.
Dividendos
La intención de Bankinter es volver a la política tradicional de un pay out (parte del beneficio que se destina a retribuciones de los socios) de entre el 40 y el 50%.
Línea Directa también cuenta con una ambiciosa estrategia de dividendos, en la que pretende incluso llegar al 90% de las ganancias. Desde su salida a bolsa ya ha distribuido el primer pago con cargo a las cuentas de 2021. Este ha ascendido a un total de 26,6 millones. Por tanto, la patrimonial de Jaime Botín ha percibido 5 millones por su participación.