
La subida de la cotización de BBVA en los últimos meses, al calor de la recuperación de los valores bancarios, está encareciendo sobremanera su programa de recomprar el 10% de las acciones como forma de dividendo extraordinario. En enero, cuando anunció el plan tras vender la filial de EEUU y poner fin a las negociaciones para absorber el Sabadell, el coste de la adquisición de títulos propios ascendía a unos 2.600 millones a los precios de entonces. En la actualidad supera los 3.900 millones, por lo que ha escalado un 50%.
Ante esta subida de la factura, que se abonará con el exceso de capital por la desinversión en Norteamérica, sus directivos han ido modulando los mensajes a los inversores, poniendo como condición desde hace unos meses el precio de la acciones como referente de la intensidad de la recompra.
Aunque todavía se mantiene como referencia llegar al 10% del capital, podría finalmente no alcanzarse este umbral debido a su elevado desembolso o podría alargarse en el tiempo más de lo previsto.
De hecho, en un principio, las adquisiciones iban a comenzar en noviembre de este año y finalizar a mediados de 2022. Entonces, los directivos calculaban un desembolso de unos 3.000 millones. Ahora, el calendario que maneja el banco es que concluya a finales del próximo ejercicio.
Esta extensión, según explicó el director financiero del grupo, Jaime Sáenz de Tejada, en la última presentación de resultados, se debe a la baja negociación de títulos de la entidad en el mercado a día de hoy y al límite establecido por la regulación, que impide una compra de más del 25% de los títulos disponibles en cada jornada.
Margen para fusiones
BBVA, no obstante, cuenta con excedente de capital de más de 8.000 millones, por lo que tiene margen de sobra, aunque el grupo que preside Carlos Torres pretende destinar parte de este dinero a crecimiento del negocio, una vez que ha asumido el impacto del ERE de casi 3.000 trabajadores pactado con los sindicatos por casi 1.000 brutos. Y no descarta llevar a cabo una operación orgánica para impulsar el crecimiento y ganar escala.
Los expertos continúan insistiendo en que el banco necesita llevar a cabo una adquisición de una entidad en un mercado desarrollado tras su salida de EEUU, poniendo el foco en España, ya que ahora dos tercios de sus resultados proceden de países emergentes. Por ello, apuntan a que podría volver a acercarse de nuevo al Sabadell para intentar una integración.
La cotización de BBVA ha avanzado de manera progresiva desde principios de año. Los títulos de la entidad se sitúan ya cerca de los 6 euros, lo que supone estar en la zona de máximos desde mediados de 2018.
El banco liderado por Carlos Torres, además de la recompra de las acciones, tiene la intención de distribuir un dividendo de entre el 35 y el 40% de las ganancias de 2021, después de que el BCE haya levantado el veto a la remuneración de los accionistas. De esta manera, BBVA podría abonar unos 1.500 millones en retribución ordinaria, siempre y cuando en el segundo semestre obtenga los mismos beneficios que en el primero (1.911 millones). Los analistas pronostican un resultado anual algo más bajo, de entre 3.200 y 3.500 millones.