La banca está buscando vías para elevar sus ingresos con el objetivo de hacer frente a los tipos negativos, a la caída de la actividad del negocio y a la subida de las provisiones contra las pérdidas que se avecinan por el alza de la morosidad. Las entidades, además de intentar potenciar los productos de valor añadido (seguros y fondos), está llevando a cabo una subida de las comisiones que cobran a los clientes no vinculados, cuyas exigencias están siendo cada vez mayores, y un establecimiento de tarifas a servicios que antes eran gratuitos.
Los ingresos netos que recibe el sector por el cobro de comisiones supone ya casi el 30% del total (29,5% en concreto). Durante el primer semestre, esta partida escaló significativamente, ya que en los últimos años venía representando en torno a un 25%.
Este aumento de la contribución obedece no solo al incremento de las tarifas, sino también a la caída del margen de intereses (es decir, la diferencia entre los tipos de los créditos que concede y lo que paga por las cuentas y depósitos). La bajada del euribor está siendo un auténtico lastre para el sector desde 2016, cuando entró en terreno negativo, y lo seguirá siendo hasta, al menos, 2031, que es la fecha en la que el mercado augura que se mantendrá bajo cero. En la actualidad se sitúa cercano al -0,5%, un nivel nunca visto hasta ahora.
En el primer semestre del año -últimos datos sectoriales disponibles- el margen de intereses de las entidades que operan en España descendió un 2,8%, hasta los 11.547 millones, mientras que los ingresos por comisiones avanzaron un 2%, hasta 6.152 millones. Se espera que en los próximos trimestres estos últimos eleven su ritmo de crecimiento por la entrada en vigor del aumento de tarifas de determinadas entidades a sus clientes por las cuentas y otra serie de tarifas a aplicar, como la retirada de dinero en la ventanilla en vez del cajero automático.
El Banco de España ha llegado a sugerir al sector en el pasado que sea creativo en su política comercial y a que aplique comisiones a los usuarios por los servicios que ofrece a través de Internet o por el móvil, que en la mayor parte ahora son gratuitos. De momento, los bancos se resisten y liberan de un pago específico por las operaciones básicas que realizan los clientes si utilizan los canales a distancia.
Las entidades, hasta la fecha, apuestan por dos vías, el alza de las comisiones a los usuarios menos vinculados y el impulso de las actividades que generan más valor y por las que se cobran unas tarifas, como son los fondos y los seguros.
Caixabank romperá la alianza que tiene Bankia con Mapfre y retendrá así toda la facturación que genera la compañía
Un informe reciente de Analistas Financieros Internacionales apunta que "la aportación del negocio asegurador proporcionará a aquellas entidades bancarias más activas en la práctica aseguradora una mayor capacidad de resistencia y estabilidad frente a la crisis". Además, añade que "algunas integraciones entre entidades, como la de CaixaBank y Bankia, proporcionan adicionalmente un potencial de crecimiento nada despreciable a medio plazo" del propio negocio de pólizas. "Este sufrirá también los efectos de la pandemia, pero mostrará, como en la crisis anterior, mucha mayor estabilidad y robustez que la banca", sostiene el documento.
Tal es así, que una de las palancas más destacadas de la fusión entre CaixaBank y Bankia es precisamente el potencial en dicha actividad, por la que espera relevantes sinergias de costes y aumento de los ingresos. Por ello, el nuevo grupo romperá la alianza que tiene Bankia con Mapfre y retendrá así toda la facturación que genera la compañía, que se comparte en estos momentos.
En España la contribución directa de los seguros a la banca se situó en el 33% de sus resultados, aunque con gran disparidad entre las diferentes entidades.
Desglose por tipología
Por toda la maraña de comisiones, las entidades recibieron 2.056 millones en el primer semestre por los servicios generales, cobros y pagos, constituyéndose como la partida principal de la facturación al margen de las cuotas crediticias. Por la comercialización de todo tipo de productos se anotaron una facturación de 2.140 millones, mientras que por la operativa de valores, 348 millones, y por otras, 1.339 millones, según los datos del Banco de España.