
La cancelación de los dividendos de 2019 por parte de las entidades, tras la orden dada por el BCE a todo el sector para que contribuyan con mayor fortaleza a la recuperación de la economía, golpeará a las fundaciones bancarias de las antiguas cajas de ahorros. Estas instituciones, que se dedican a proyectos benéficos a través de los planes de obra social, dejarán de percibir más de 650 millones de euros de los bancos que son accionistas. Esta cuantía representa un 80% de los desembolsos realizados por el conjunto de las fundaciones en 2018, que ascendió a 813 millones.
Aunque no todas las entidades aún han suspendido el abono de estas retribuciones se espera que en las próximas semanas lo comuniquen, tal y como hizo el Santander el jueves, que informó que iba a eliminar la propuesta de reparto de ganancias a sus accionistas con cargo a 2019, después de las directrices del organismo supervisor.
Por ahora, tan solo Liberbank ha cancelado completamente el reparto del dividendo. CaixaBank únicamente ha reducido a la mitad la cuantía, pero en el mercado se da por hecho que anuncie la suspensión total en breve, ya que está fijada su distribución para el día 15 de abril. Esta entidad, de hecho, en su comunicado del pasado 26 de marzo, hacía hincapié en que la decisión de recortar estos abonos afectaría a la contribución de la obra social de La Caixa que cuenta, "entre sus prioridades, la investigación médica y el cuidado a las personas de edad avanzada, dos ámbitos especialmente relevantes en momentos como los actuales".
Con las decisiones adoptadas hasta la fecha, CaixaBank pagará 180 millones a Criteria –brazo inversor de La Caixa, un dinero que está en el aire tras la presión del BCE, que ha advertido con sanciones o requerimientos especiales a las entidades que no sigan sus directrices teniendo la posibilidad a su alcance. En su propuesta inicial, la entidad de origen catalán tenía previsto destinar a dividendo casi 900 millones a sus socios, de los que 360 millones iban a ir a parar a las arcas de Criteria –que ostenta un 40% del capital-.
Este holding, por tanto, va a perder músculo para nutrir de fondos a La Caixa, fundación que gasta anualmente unos 500 millones en planes benéficos. Criteria, aun así, mantiene ingresos por otras participadas, como Telefónica, Suez, Agbar. En concreto, ingresos solo vía dividendos por todas sus inversiones 742 millones. Con cargo a 2019, va a aportar la Fundación 170 millones, que servirán para financiar proyectos sin ánimo de lucro.
Instituciones de menor tamaño
De la medida que tome CaixaBank también se verán perjudicadas otras antiguas cajas. Así, por ejemplo, la antigua de Canarias perderá unos ingresos de hasta 5,6 millones por el 0,63% que tiene la entidad. Otras fundaciones socias del banco catalán (Cajasol, Caja Navarra y Caja Burgos) es previsible que sufran por la cancelación, pero no se dispone de datos públicos sobre la participación que conservan.
Por su parte, Liberbank dejó de abonar 22 millones, de los cuales 5,3 millones iban a ser cobrados por las tres fundaciones bancarias heredadas de las antiguas Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, que controlan algo más de 24% del capital de la entidad que dirige Manuel Menéndez.
Unicaja, KutxaBank e Ibercaja deberán informar aún de cuál es su decisión final, pero algunas fuentes destacan que siempre y en esta ocasión no va ser de otra manera seguirán las recomendaciones de los supervisores. Así, se prevé que Unicaja retire de la propuesta de la junta de finales de abril de la distribución de 77 millones a sus accionistas, de los cuales 39 millos los iba a percibir la Fundación. KutxaBank, por su parte, analiza qué hacer con los 176 millones que iba a abonar a BBK, Kutxa y Caja Vital, al igual que Ibercaja, con los 17,5 millones que iban a percibir las fundaciones de Ibercaja, Caja Círculo, Badajoz e Inmaculada.