Empresas y finanzas

La banca teme un desplome de la actividad y un alza de los impagos por el coronavirus

  • Las sucursales registran una caída en la afluencia de clientes de hasta el 80%
  • El Santander, el primero en reconocer un descenso de los beneficios en 2020
Varias sucursales bancarias

La banca teme que el coronavirus arruine los planes de negocio y no descarta que sus consecuencias desencadenen en una oleada de fusiones para poder sobrevivir, ya que sus niveles de actividad se verán mermados y se dispararán los impagos.

Irremediablemente las entidades son conscientes de que la pandemia se llevará por delante a una parte del tejido industrial, cuyo porcentaje dependerá del tiempo y la intensidad de los contagios, lo que elevará los impagos, reducirá su actividad y disminuirá sus beneficios. El Santander fue este martes el primero en reconocer que sus ganancias para este ejercicio descenderán un 5%.

En los cuarteles generales de los bancos se está analizando la situación y la evolución de los acontecimientos de manera pormenorizada, ya que, según admiten distintas fuentes, se está produciendo una caída sin precedentes en el negocio en los últimos días, aunque confían en que en las próximas semanas se vuelva a la normalidad tras la alarma desatada.

De momento, el Ejecutivo aprobó este martes que las personas más vulnerables puedan retrasar un mes el pago de su hipoteca para afrontar la crisis de la epidemia. Las entidades aún son reacias a aventurar el impacto que la medida tendrá en el negocio y miran hacia el BCE ante la posibilidad de que flexibilice la exigencia de provisiones para estos créditos impagados (que tendrán que tratar como dudosos) y suavizar así el golpe en sus cuentas. Desde la patronal AEB apoyaron la medida. De momento, el Gobierno ha dado instrucciones al Banco de España para que exima al sector de realizar las insolvencias derivadas de la moratoria.

Menos hipotecas e ingresos

No obstante, confían en que las medidas puestas en marcha por el Gobierno y el supervisor europeo ayuden a mitigar las consecuencias, como los avales para las empresas y los autónomos, pero consideran que la crisis podría llevar incluso a ser peor que la iniciada en 2008. Eso sí, sostienen que, a diferencia de entonces, los bancos están mejor preparados, al contar con unos niveles de solvencia superiores y un balance saneados. 

En el sector dieron la bienvenida a algunas de las medidas, aunque puedan verse perjudicados en un futuro. Así, ven con buenos ojos la garantía estatal de los préstamos que concedan a las empresas afectadas por el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el aval solo cubre la mitad de la insolvencia, en caso de que se produzca.

Hay expertos que ya han vaticinado caídas de hasta el 60% en abril y mayo en los nuevos créditos hipotecarios. Este recorte puede ser optimista, admiten desde algunas entidades, porque los ciudadanos van a aparcar la decisión de adquirir una vivienda hasta que puedan conocer si van a mantener sus puestos de trabajo. S&P atisba una caída de los ingresos de la banca en el primer semestre de 2020 por la menor entrada de comisiones de gestión de fondos de inversión ante la alta volatilidad de los mercados.

Economía dependiente del turismo

Los analistas han advertido que entre los bancos europeos más expuestos y con mayores riesgos se encuentran los españoles porque la economía depende en gran medida del turismo, el principal sector de actividad afectado. No obstante, las mayores entidades (especialmente el Santander y BBVA) tienen a su favor la dispersión geográfica, aunque la pandemia es global y podría llegar con fuerza a todo el mundo.

La presidenta del Santander, Ana Botín, estimó una caída del beneficio de un 5% para 2020 sin incluir medidas mitigadoras. Un golpe que no supondrá a priori una caída de los objetivos previstos en su plan 2019-2022.

La banca se ha volcado en la venta online y en la tramitación de las gestiones a través de los canales remotos, aunque con servicios mínimos en sucursales y reducción de horarios. El lunes, el primer día de implantación, la afluencia de usuarios a las oficinas bajó en algún caso hasta en un 80%. Las entidades han recomendado a los usuarios que acudan solo para cuestiones imprescindibles a las oficinas.

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