Empresas y finanzas

La descarbonización de Repsol: mucho más que renovables

  • La petrolera reduce sus activos en 4.850 millones al seguir el modelo de desarrollo sostenible de la AIE
Antonio Brufau, presidente de Repsol. Foto: EFE.

El 2 de diciembre, el día en que se inauguraba la Conferencia del Clima de Madrid (COP 25), Repsol anunció su intención de convertirse en una empresa neutra en emisiones de carbono en 2050, incluyendo el consumo de sus productos. Además, indicó que ello le provocaba un deterioro en el valor de los activos de 4.849 millones de euros, algo sin precedentes en la industria; ninguna otra petrolera tiene objetivos tan ambiciosos ni ha acometido ajustes contables semejantes.

Esta semana, con la presentación de resultados de 2019 -ha perdido 3.816 millones-, la empresa ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) más datos sobre su proceso de descarbonización.

La compañía ha arrancado con un análisis de sus riesgos climáticos, desarrollando una metodología propia, puesto que no existe un estándar en la industria.

Ha identificado que las amenazas más importantes de los próximos cinco años son las regulatorias -como la obligación de adoptar medidas mitigatorias o de índole fiscal-, la percepción social sobre la sostenibilidad de su comportamiento, la volatilidad de los precios de los hidrocarburos y el CO2, y la dificultad a la hora de captar fondos para financiar ciertas actividades.

Siguiendo el análisis, a medio y largo plazo, los riesgos están en los cambios en los usos finales de la energía, como la electrificación de la movilidad, en la reducción del consumo de combustibles fósiles y en la adopción de tecnologías que hoy no están maduras.

La AIE como referencia

Para minimizar estos peligros y tener una guía en su descarbonización, la petrolera ha tomado como referencia las prospectivas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en especial el Escenario de Desarrollo Sostenible -el único compatible con el cumplimiento del Acuerdo de París-, que es la base de su próximo Plan Estratégico 2020-2025.

El escenario, por ejemplo, prevé que el petróleo reduzca su peso desde el 31% del mix energético global en 2018 hasta el 23% en 2040, o que el precio del crudo tipo Brent crezca progresivamente hasta los 87 dólares por barril en 2035, o que el CO2 alcance los 60 dólares por tonelada ese mismo año.

A continuación, la empresa presidida por Antonio Brufau ha realizado su test anual de deterioro, considerando que, por ejemplo, cada incremento del 10% en los precios de los hidrocarburos se traduce en un aumento de su resultado neto de 2.390 millones, o que una reducción de la producción del 5% conlleva una merma de 2.978 millones.

El resultado es que el valor contable de sus activos de exploración y producción -upstream en inglés- se reduce en 6.111 millones antes de impuestos, que se convierten en los referidos 4.849 millones netos. La cifra es muy relevante, y más aún al considerar que un 62% de los hidrocarburos que extrae y un 71% de sus reservas son de gas, un combustible llamado a sustituir al carbón en los próximos años.

En cualquier caso, el grueso del ajuste contable, 3.572 millones, le corresponde a EEUU y Canadá, por la bajada de los precios del gas y la revisión de los planes de negocio; le sigue el fondo de comercio, con 793 millones, y las actividades pendientes de desarrollar, con 786 millones -sobre todo en Vietnam, Argelia y Papúa Nueva Guinea-, porque no serán viables; en España se reducirá la actividad, por un importe incluido en 209 millones consignados a Europa, África y Brasil.

Todo el procedimiento y los cálculos han contado con el visto bueno del auditor, PwC

Por el contrario, en los negocios de downstream -refino, comercialización, movilidad, trading, química, electricidad y gas...- la empresa no ha encontrado deterioros significativos, aun considerando en el análisis de sensibilidad que una bajada del 5% en los volúmenes y márgenes tendría un impacto de unos 570 millones en el resultado neto.

Todo el procedimiento y los cálculos han contado con el visto bueno del auditor, PwC, que ha puesto el acento en su relación con los 17.760 millones de inversiones comprometidas del Grupo a largo plazo.

Objetivos concretos

Ya fijado el punto de partida, la Hoja de ruta hacia la descarbonización se ha jalonado de metas e hitos intermedios, incluyendo algunas iniciativas anteriores, como suprimir la habitual quema de gas en las antorchas en 2030, de acuerdo con una iniciativa del Banco Mundial -Zero Routine Flaring- lanzada en 2016. En 2019 esta práctica se redujo un 19% con relación a 2018.

Los principales hitos están relacionados con las emisiones de CO2. Tomando como base 2016, deben bajar un 10% en 2025, el 20% en 2030 y el 40% en 2040.

La empresa dirigida por Josu Jon Imaz cree que con los avances tecnológicos previsibles, el CO2 se puede reducir un 70% en 2050, y, en todo caso, se compromete a usar la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS por sus siglas en inglés) y la reforestación para alcanzar el ciento%, incluyendo tanto las emisiones resultantes de su actividad como las derivadas del consumo de sus productos.

Entre 2020 y 2023 el 40% de la retribución variable a largo plazo de la directiva dependerá de su nivel de descarbonización

Otro elemento clave es el negocio de producción y comercialización de electricidad con bajas emisiones, que de momento solo desarrolla en España. Con un millón de clientes, tiene más de 4,1 GW en operación o proyecto, quiere alcanzar los 7,5 GW instalados en 2025, y ya prevé duplicar la cifra en 2030.

Ninguna otra petrolera tiene un plan parecido, incluidas las pocas que también aspiran a varias modalidades light de neutralidad en CO2 -sólo una parte de la producción, sólo en un país...-, como BP, ENI y Equinor.

Salarios ligados a las emisiones

Para incentivar la materialización de la Hoja de ruta de cambio climático, Repsol liga la remuneración de su consejero delegado, de la Alta Dirección y del personal de ciertas áreas, al cumplimiento de los objetivos de descarbonización y sostenibilidad; el pasado 19 de febrero decidió que entre 2020 y 2023 el 40% de su retribución variable a largo plazo dependa de ello.

En el caso de Imaz, además, lo hará el 20% de su retribución variable en 2020, de modo que, sin considerar modulaciones, más de medio millón de euros de sus ingresos en metálico, y casi 6.900 acciones, dependen este año del buen desempeño ambiental de la compañía.

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Comentarios 4

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Dio
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La solución al cambio climático pasa por el aumento del CO2 emitido, primero lo quemamos todo para crear el sistema no emisor de CO2 y después lo usamos. El método ideado de volver a la esclavitud mediante la sustitución del tractor por la azada es cruel.

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#1
Glp
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Hay un problema, la gente de los pueblos tenemos coches gasolina y títulos de ingeniería, pero las entrevistas de trabajo se realizan en Madrid y no podemos entrar así que mediante el uso de la ingeniería no va ser, será por el uso de las armas, lo de siempre. Tantas universidades de ciencias sociales en Madrid y todas se limitan al uso de las armas.

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#2
Ivan
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El problema que tiene repsol se llama VENEZUELA.

.

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#3
nicaso
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Que bien con la descarbonización pero el puro que ha metido a sus accionistas con unas pérdidas de más de 3800 millones no se las salta un torero.

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#4