Sin los jóvenes no hay futuro

  • El difícil acceso a la vivienda de las personas entre 25 y 34 años constituye un grave problema
  • El estudio 'Jóvenes Vivienda 2020' arroja luz sobre varios planes de actuación
El difícil acceso a la vivienda hace que la edad de emancipación de los jóvenes españoles sea muy tardía.

El año 2020 nos ha puesto frente a problemas de gran calado a nivel sanitario y macroeconómico, pero la pandemia del Covid-19 no puede hacer que nos olvidemos de los jóvenes, uno de los segmentos más vulnerables de la sociedad. El acceso de los jóvenes a la vivienda es actualmente un grave problema en el que debemos involucrarnos tanto el sector privado como las administraciones públicas porque sin ellos, no hay futuro.

El contexto sobre el que se sitúan los jóvenes es contundente: el paro juvenil registrado en el tercer trimestre del año en España supera el 40%, el más elevado de toda la Unión Europea (UE), una situación agudizada por el Covid-19, y que afecta, por ejemplo, a la capacidad de ahorro de los jóvenes y al esfuerzo económico que tienen que realizar para adquirir una vivienda en propiedad.

Los jóvenes de entre 25 y 34 años se enfrentan ahora a una nueva crisis después de la vivida en 2008 y, en consecuencia, sus proyectos de vida podrían verse truncados de nuevo, esta vez, por el coronavirus. Desde Aedas Homes tenemos un firme compromiso con las nuevas generaciones y, en esta línea, realizamos estudios que nos permiten conocer mucho mejor sus inquietudes, sus estilos de vida y sus necesidades. Queremos saber de primera mano cuáles son los problemas que afrontan, sus preocupaciones y sus sueños para intentar darles la mejor respuesta residencial.

El último de estos estudios ha sido Jóvenes y Vivienda 2020 publicado en el mes de diciembre y elaborado sobre la base de una encuesta online a más de 1.000 personas de 25 a 34 años. Gracias a esta información, hemos conocido cuál es su capacidad real de ahorro y cuáles son los impedimentos con los que se topan en su camino hacia la adquisición de una vivienda. A este respecto, más de la mitad contesta que no puede acceder a una casa porque no cuenta con los ahorros necesarios ni tampoco con el apoyo económico familiar para hacer frente al desembolso de la entrada.

Apenas 13.000 euros de ahorro

En concreto, como especifica el estudio, los jóvenes españoles cuentan con un ahorro medio de apenas 13.000 euros, cuando necesitan inicialmente más de 34.000 euros para el pago de la entrada de vivienda, importe que corresponde al 20% del valor de la vivienda, según la estadística de transacciones de vivienda del Gobierno publicada en el tercer trimestre del pasado año. Este ahorro sube a casi 16.000 euros entre los que viven con su pareja en una casa alquilada y desciende a menos de 9.000 euros en los que viven solo en un piso en arrendamiento.

Incluso en esta situación -con tasas de ahorro reducidas y en medio de una crisis sanitaria y económica- el estudio nos ha confirmado que 7 de cada 10 jóvenes que buscaban una primera vivienda mantienen viva su intención a pesar de la pandemia, un número que asciende a 8 de cada 10 en el caso de los jóvenes que ya poseen una vivienda y desean otra que se adapte mejor a sus necesidades actuales.

¿Está fallando la sociedad española a sus jóvenes que necesitan una vivienda, pero que no pueden acceder a ella? La respuesta, en datos: mientras que los índices europeos de emancipación han ido mejorando año tras año, en España se ha producido el efecto contrario. Estamos a la cola de Europa en edad de emancipación de sus jóvenes. Los españoles no dejan la casa familiar hasta los 29 años y tres meses, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que significa que lo hacen más de tres años después que los jóvenes europeos, según la Oficina Europea de Estadística Eurostat, que salen de la vivienda de los padres sobre los 26 años, y nada menos que ocho años más tarde que los suecos, daneses o luxemburgueses, que a los 21 años ya están haciendo vida por su cuenta.

El estudio Jóvenes y Vivienda 2020 nos confirma los principales ingredientes de la receta para poder facilitar la emancipación de los jóvenes: aumentar su capacidad de ahorro -buscando la reducción del esfuerzo económico que deben realizar para el pago del alquiler- y mejorar las condiciones para el pago de la cuota de entrada para aquellos que deseen adquirir una vivienda, de obra nueva o de segunda mano. La suma de estas dos iniciativas, en definitiva, busca favorecer el natural desarrollo del mercado y facilitar la producción de viviendas, incentivando tanto el alquiler como la compra.

En concreto, desde Aedas Homes estamos promoviendo actualmente más de 1.300 viviendas diseñadas para el alquiler en diferentes municipios con una demanda insatisfecha, y a lo largo del año próximo lanzaremos nuevas promociones destinadas a este mercado en otras ubicaciones similares. Adicionalmente, estamos explorando vías de financiación alternativas con bancos y administraciones con el objetivo de facilitar el acceso al crédito a aquellos interesados en adquirir su primera vivienda en propiedad, pero que no cuentan con todo el ahorro suficiente para la entrada.

Implicación de todos los actores

Actualmente disfrutamos de las mejores condiciones de financiación de la historia, así como de una industria bancaria sana y disciplinada, y todo indica que esta coyuntura se prolongará en el tiempo. Éste es un incentivo más para que todos los actores ligados al mercado inmobiliario, tanto privados como públicos, nos apliquemos decididamente en el acceso de los jóvenes a la vivienda. Los jóvenes también deben poder aprovecharse de esta coyuntura crediticia favorable porque, teniendo en cuenta este bajo coste de la financiación hipotecaria, la compra de una vivienda representa hoy también una oportunidad de ahorro para ellos.

Facilitar el acceso a la vivienda a las generaciones jóvenes es uno de los mayores desafíos y, a la vez, una gran oportunidad para el sector inmobiliario. Con el estudio Jóvenes Vivienda 2020 de Aedas Homes, que nos ha permitido conocer qué demanda una parte fundamental del ecosistema demográfico, arrojamos luz para generar diferentes planes de acción que permitan ofrecer alternativas suficientes y no privar a los jóvenes de una vivienda en alquiler o en propiedad. Sin vivienda los jóvenes no podrán formar hogares y sin ellos no hay futuro.

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