
La economía de toda la eurozona (compuesta por 20 países, los que tienen el euro como divisa) sigue recuperando la compostura. Así lo muestran los índices de gestores de compras, más conocidos como PMI, cuya lectura preliminar de marzo se ha conocido este jueves. Pero estos indicadores tienen luces y sombras y, como es habitual, hay algunas referencias positivas y otras decepcionantes. Y en lo que respecta a los datos sobre precios, los que pueden influir en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), los expertos lo tienen claro: dan más motivos a la institución para que espere hasta junio para empezar a bajar los tipos de interés (en vez de comenzar en su próxima reunión de abril).
S&P Global ha publicado esta mañana la lectura preliminar (o flash) de marzo de los famosos índices PMI relativos a la eurozona. Estos indicadores, elaborados a partir de encuestas masivas a empresas de distintos sectores y que los analistas siguen muy de cerca, muestran cómo se comporta la actividad económica en la región.
El PMI compuesto (que refleja la evolución de la economía en general) ha subido a 49,9 puntos. Se queda así a las puertas del nivel que marca la diferencia entre la expansión y la contracción de la actividad, los 50 puntos. El dato es mejor de lo esperado por los analistas y representa el cuarto mes de recuperación (o moderación) del conjunto de los países del euro.
Los PMI no solo recogen una foto general sobre la zona euro, sino que se centran asimismo en los sectores secundario (manufacturero) y terciario (servicios, el que más peso tiene en la economía). Entre otras cosas, se hacen eco de cómo se están comportando los precios en ambos ámbitos de la economía, lo que puede dar pistas sobre la evolución de la inflación. Y esto, a su vez, sirve para anticipar los próximos movimientos del BCE sobre los tipos de interés.
Hay que tener presente que el Banco Central Europeo tiene como cometido garantizar la estabilidad de precios en la zona del euro. Para cumplir con ello, el propio organismo se ha marcado como meta llevar la tasa de inflación general al entorno del 2% a medio plazo. Y para lograrlo va variando (o no) los tipos de interés (el precio del dinero) o el resto de sus herramientas como, por ejemplo, las compras de bonos, en cada una de sus reuniones de política monetaria.
Cada vez está más claro: los tipos bajarán en junio
En febrero (último dato disponible) el índice de precios al consumo (IPC) se suavizó al 2,6% interanual, acercándose un poco más al mencionado objetivo. Pero el BCE no solo se fija en el IPC general, sino que también mira con lupa el IPC subyacente (el que excluye los precios de los alimentos, energía, alcohol y tabaco por ser más volátiles, y que fue del 3,1% el mes pasado) y el de los servicios (en el 4%, el doble que el objetivo de la tasa general).
Es por ello que, según Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, la institución monetaria "puede hallar cierto consuelo en la noticia de que las presiones de los precios en el sector servicios, un sector sensible a los salarios, no hayan vuelto a aumentar".
"En cambio", agrega, el incremento de los costes de los insumos "se ha atenuado en cierta medida, y lo mismo ha ocurrido con los precios de venta".
No obstante, este experto advierte también de que las presiones de los precios continúan siendo elevadas. Y concluye su comentario en la nota de S&P Global afirmando que "las novedades del índice PMI en materia de precios no son suficientes para cambiar el plan aparente del BCE de recortar los tipos de interés en junio y no en abril".
"El hecho de que las presiones sobre los precios sigan siendo elevadas no hace sino confirmar que una bajada de tipos antes de junio queda descartada. Y aunque, en nuestra opinión, lo más probable es un recorte en junio, un inicio posterior de la relajación sigue siendo una posibilidad clara", apuntan en el mismo sentido los expertos de Capital Economics tras conocerse los PMI.
Frederik Ducrozet (Pictet WM): "El BCE hará una pausa de las bajadas de tipos en julio para reevaluar la inflación subyacente"
Para Bert Colijn, economista senior de ING Economics en la eurozona, los datos de hoy ofrecen "una señal alentadora de que las presiones sobre los precios no se están acelerando más por el momento, lo que podría haber sido un obstáculo para un recorte de tipos en junio".
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, reforzó ayer en un discurso la expectativa de que el precio del euro empezará a descender dentro de tres meses, aunque avisó de que el abaratamiento del dinero no será igual que el encarecimiento vivido entre 2022 y 2022, pues habrá pausas en las bajadas.
"Más allá de junio nada es seguro, ya que hay muchas incertidumbres", destaca en un comentario este jueves Frederik Ducrozet, director análisis macroeconómico de Pictet WM, en el que pronostica que "el BCE hará una pausa en julio para reevaluar la inflación subyacente y en su caso volverá a recortar tipos en septiembre".
"Alemania no remonta el vuelo"
De vuelta a los PMI, no todo son buenas noticias. El subíndice manufacturero (que se centra en el sector secundario) ha empeorado este mes: retrocede de los 46,5 puntos de febrero a 45,7, el nivel más bajo en tres meses. Esto es, las fábricas europeas están sufriendo su peor contracción en lo que va de año.
"Para los que esperaban una recuperación en el sector manufacturero en el primer trimestre, ha llegado el momento de darse por vencidos", dice De la Rubia.

"El índice PMI de marzo confirmó la clara debilidad de este sector, que parece estar dominado por el peso pesado de Alemania", añade el economista jefe del HCOB.
El PMI manufacturas flash de Alemania ha descendido a su marca más baja en cinco meses: 41,6 puntos. En cuanto al PMI compuesto, aunque ha escalado a su nivel más alto en un trimestre (47,4), continúa en territorio contractivo y evidencia, por tanto, que la locomotora germana lleva nueve meses retrocediendo.
"Alemania no remonta el vuelo", lamenta el economista del HCOB. Alerta de que la mayor potencia de Europa está otra vez al borde de la recesión técnica, un escenario que se materializaría si encadena dos trimestres con el producto interior bruto (PIB) en descenso.
"Nuestra previsión actual del PIB es del -0,3% [en el primer trimestre de 2024]. Esto corresponde a la tasa de contracción en el cuarto trimestre de 2023", señala el experto.
Cyrus de la Rubia no ofrece, sin embargo, su pronóstico sobre el PIB de toda la zona euro. El área monetaria se congeló (0%) en el último cuarto de 2023, por lo que de haber caído el producto interior bruto entre enero y marzo no caería en recesión técnica.
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