Economía

El Banco de Inglaterra decide quedarse en su 'meseta': deja los tipos en el 5,25% por segunda reunión consecutiva

  • Su economista jefe defendió hace meses 'mantener' en vez de subir y bajar rápido
  • Clara división en la votación: seis miembros a favor y tres pidiendo otra subida
  • La previsión del BoE es una inflación llegando al objetivo del 2% para 2025
Vista de la Table Mountain sobre Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Foto: Dreamstime

El Comité de Política Monetaria (CPM) del Banco de Inglaterra (BoE) ha decidido este jueves dejar por segunda reunión consecutiva el tipo de interés de referencia en el 5,25%, máximo desde 2008. En la cita de septiembre, el banco central decretaba la primera tras año y medio de alzas ininterrumpidas que han supuesto un endurecimiento de 515 puntos básicos. El organismo parece querer asentarse así en la 'meseta' dibujada hace unos meses por su economista jefe, si bien la decisión ha sido dividida.

Este verano, Huw Pill, economista jefe del BoE, saltó a los titulares por la metáfora de la 'meseta'. Exponiendo el rumbo que deberían seguir los bancos centrales tras la crisis inflacionaria, el británico dijo que se podía optar por una trayectoria 'Matterhorn', la escarpada cumbre situada en los Alpes en la frontera entre Suiza e Italia (también conocida como Cervino), o por una senda 'Table Mountain' (Montaña de la Mesa en español), en referencia a la elevación coronada por una amplia planicie sobre Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

Si el primer caso implicaba abruptas subidas de tipos hasta 'romper' la economía y doblegar rápidamente la inflación para, acto seguido, bajar también velozmente las tasas; la segunda, la defendida por Pill como la vía a seguir por el BoE, implicaba mantener unos tipos elevados durante más tiempo hasta que sus efectos acaben transmitiéndose del todo a la economía. Este último camino se correspondería con el higher for longer (tipos más altos por más tiempo) que se ha empleado recientemente con la Reserva Federal de EEUU (este miércoles aprobó su segunda pausa consecutiva también) y con el Banco Central Europeo (procedió a su primera pausa del ciclo la semana pasada y el grueso de analistas coincide en que ya se ha alcanzado el techo).

La decisión del BoE este jueves supone un claro mensaje de que el banco central prefiere escalar el Table Mountain pese a que los recientes datos de inflación y de presiones salariales no acaban de despejar la pista a los funcionarios del organismo. No obstante, la división en el Comité de Política Monetaria a la hora de votar la decisión (6-3 en favor de la pausa) demuestra que existe la tentación por parte de algunos miembros de seguir escalando. Los tres 'díscolos' han votado a favor de un nuevo alza de 25 puntos básicos que llevarían el tipo de referencia al 5,5%.

"El CPM seguirá vigilando de cerca los indicios de presiones inflacionarias persistentes y de resiliencia en la economía en su conjunto, incluida una serie de medidas de la rigidez subyacente de las condiciones del mercado laboral, el crecimiento de los salarios y la inflación de los precios de los servicios. La política monetaria tendrá que ser lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente para que la inflación vuelva al objetivo del 2% de manera sostenible en el mediano plazo, en consonancia con el mandato del Comité. Las últimas proyecciones indican que es probable que la política monetaria deba ser restrictiva durante un período prolongado. Sería necesario un mayor ajuste de la política monetaria si hubiera evidencia de presiones inflacionarias más persistentes", recoge el comunicado del BoE, dando por bueno el nivel de tipos, pero no cerrando la puerta a alzas adicionales.

"La decisión del BoE de mantener los tipos de interés en el 5,25% por segunda vez consecutiva y la reafirmación del mensaje de que los recortes de tipos están muy lejos apoya nuestra opinión de que el tipo de interés bancario se mantendrá en el 5,25% hasta finales de 2024 y no hasta mediados de 2024 como esperan los inversores. Dicho esto, una leve recesión en el ínterin puede significar que los tipos se reduzcan hasta el 3% en 2025 en lugar del 4,25-4,5% que se presupone en los mercados", analiza Paul Dales, estratega de Capital Economics.

Para el economista, la gran novedad es que el banco central ha decidido insistir aún más en que no cree que vaya a bajar los tipos de interés durante mucho tiempo. Se ha repetido la frase de que la política será "suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente", pero se ha reforzado añadiendo la frase: "Las previsiones del CPM indican que es probable que la política monetaria tenga que ser restrictiva durante un largo periodo de tiempo", explica Dales. El Comité no ha utilizado antes la expresión "período prolongado", por lo que no hay precedentes sobre su significado. El gobernador Andrew Bailey también ha dicho en una declaración separada publicada hoy que "es demasiado pronto para pensar en recortes de tipos".

En el escrito con la decisión, los funcionarios del BoE reconocen que las presiones inflacionarias subyacentes siguen siendo "elevadas" en las economías avanzadas y que las noticias que llegan de Oriente Próximo pueden tener impacto en los precios de la energía. Sin embargo, admiten también, desde la última reunión del BoE, los rendimientos de los bonos gubernamentales a largo plazo han aumentado, lo que ha favorecido el endurecimiento de las condiciones financieras perseguido por el banco central sin necesidad de subir los tipos. Por contra, señalan, el crecimiento de Reino Unido se encuentra totalmente estancado.

"Se espera que el Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido se haya mantenido estable en el tercer trimestre de 2023, más débil de lo previsto en el informe de agosto. Algunas encuestas empresariales apuntan a una ligera contracción de la producción en el cuarto trimestre, pero otras son menos pesimistas. Se espera que el PIB crezca un 0,1% en el cuarto trimestre, también más débil de lo previsto anteriormente", escriben los miembros del CPM del BoE. Estas previsiones nacen de una proyección de tipos en el 5,25% hasta el tercer trimestre de 2024 y una posterior disminución gradual hasta el 4,25% para fines de 2026, un perfil más bajo que el que sustentaba las proyecciones de agosto.

En el arenoso terreno de la inflación, el último dato de índice de precios al consumo (IPC) reflejó un avance del 6,7% interanual, el mismo que en agosto y muy por encima aún del objetivo del 2% del banco central y de la registrada tanto en EEUU como en la eurozona (3,7% y 2,9% respectivamente en octubre). Si en agosto el dato sorprendió positivamente, en esta ocasión el repunte del petróleo lo impidió. La inflación subyacente -que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía- cayó menos de lo esperado, del 6,2% al 6,1%, y la inflación de los servicios, muy vigilada por el BoE, se aceleró inesperadamente hasta el 6,9% desde el 6,8%.

"La inflación del IPC se mantiene muy por encima del objetivo del 2%, pero se espera que siga cayendo bruscamente, hasta el 4,75% en el cuarto trimestre de 2023, el 4,5% en el primer trimestre de 2024 y el 3,75% en el segundo trimestre de 2024. Se espera que esta disminución se deba a una menor inflación de los precios de la energía, los bienes básicos y los alimentos y, más allá de enero, a una cierta caída de la inflación de los servicios", apunta el BoE en sus previsiones.

"En la última proyección más probable, o modal, del CPM condicionada a la trayectoria implícita del mercado para el tipo bancario, la inflación del IPC regresa al objetivo del 2% para finales de 2025. Luego cae por debajo del objetivo a partir de entonces, a medida que un grado creciente de deterioro económico la capacidad ociosa reduce las presiones inflacionarias internas", agregan los funcionarios. También exponen que "los efectos de segunda ronda en los precios y salarios internos tardarán más en desaparecer que en emerger" y que la proyección media de la inflación del IPC es del 2,2% y del 1,9% en los horizontes de dos y tres años, respectivamente.

En lo que atañe al mercado laboral, fuente de presión inflacionaria en la medida en la que ha faltado mano de obra por razones que van desde el Brexit hasta el acuciante número de bajas por enfermedad de larga duración tras el covid, el Comité admite que las últimas modificaciones estadísticas en los datos de empleo no ayudan, pero refuerzan su tesis de que, "en un contexto de actividad económica moderada, es probable que el crecimiento del empleo se haya atenuado durante la segunda mitad de 2023".

"La caída de las vacantes y las encuestas que indican una disminución de las dificultades de contratación también apuntan a una relajación del mercado laboral. Los contactos de los agentes del BoE también han informado de una flexibilización de las restricciones de contratación, aunque en algunos sectores persiste una persistente escasez de personal cualificado. El crecimiento de los salarios se ha mantenido elevado en una serie de indicadores, aunque el reciente aumento de la tasa de crecimiento anual de los ingresos semanales medios regulares del sector privado no ha sido evidente en otras series. Sigue existiendo incertidumbre sobre la trayectoria salarial a corto plazo, pero, no obstante, se prevé que el crecimiento salarial disminuya en los próximos trimestres desde estos elevados niveles", completan desde el CPM.

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